Viaje a las entrañas de 'Zarkana', el último espectáculo del Circo del Sol en España
- Desembarca en la capital tras pasar por el Radio City Music Hall neoyorquino
- En el montaje del Madrid Arena trabajan 100 operarios en turnos de 24 horas
- Por primera vez, un show de gran formato del Circo del Sol llega a España
Algunos datos sobre 'Zarkana' Algunos datos sobre 'Zarkana'
150 personas forman el equipo
La estructura principal en Madrid pesa 50 toneladas
Madrid Arena tiene capacidad para 4.000 espectadores
En la capital ya se han vendido 55.000 entradas antes de su estreno
500.000 personas ya han visto el show en Nueva York
Zarkana solo se representa en Nueva York, Madrid y Moscú
“Es un espectáculo gigantesco, todo un desafío en el montaje y con unas cifras que marean”, con esta alentadora frase nos sitúa en antecentes, David Dovell, Director de producción de Zarkana. El último espectáculo del Circo del Sol se estrenará en Madrid el 12 de noviembre. .
Lo primero que comprobamos es que a Dovell no le falta razón. En el recinto Madrid Arena de la Casa de Campo, la actividad es frenética.
Más de 100 operarios trabajan a contrarreloj en turnos de 24 horas para encajar todas las piezas de este enorme puzzle. El montaje intenta acoplar la estructura que ha cobrado vida en el Radio Music Hall de Nueva York, por el que han pasado más de 500.000 espectadores, a las hechuras del edificio madrileño.
Todo es poco para situar sobre el escenario las aventuras de Zark, el mago protagonista, que busca desesperado sus desaparecidos poderes y atraviesa bizarros mundos oníricos para encontrar a su amada.
La representación recuerda a la estética tenebrista de las películas de Tim Burton, y al aspecto decadente de los freaks que poblaban en los años 20, Coney Island, el parque de atracciones estadounidense, según desvelan con misterio los responsables de prensa.
Una mixtura gótica a ritmo de ópera rock compuesta por Nick Littlemore, músico australiano líder del grupo electrónico Sydney PNAUD, servirá de banda sonora a los acróbatas.
Un montaje muy complicado
De momento, poner Zarkana en pie, con un montaje que se extenderá durante más de seis semanas, no está siendo nada fácil.
“El equipo creado especialmente para Madrid ha llegado en 12 contenedores marítimos desde Montreal, Nueva York e Inglaterra”, insiste el productor, que señala sin descanso las estructuras metálicas que cuelgan por doquier en el Madrid Arena.
El recinto acogerá a más de 4.000 espectadores por sesión y cuenta con un escenario más pequeño que el neoyorquino.
Zarkana es una producción teatral, más parecida a las que se representan en sedes permanentes como Las Vegas. Se aleja de los “espectáculos bajo la carpa” a los que estamos acostumbrados en España, aunque especialmente la ciudad de Madrid, parece encontrarse en el momento adecuado para acogerlo: “Que en Madrid coincidan dos shows de gran formato como El rey León y Zarkana significa que ya existe un público potencial acostumbrado a este tipo de obras”, explican desde la organización.
Un mundo oscuro y tenebroso
Una inmensa plataforma de cuatro patas y más de 50 toneladas peso, donde colgará todo el material acrobático, es su columna vertebral. Sobre ella se superponen tres arcos adornados con serpientes y enredaderas que viajan al planeta misterioso de Zarkana. No en vano, el título es una mezcla de dos palabras que significa algo así como “mundo oscuro y raro”.
Un universo de negritud, que no deja de lado las nuevas tecnologías: arcos de pantallas LED que generan efectos multimedia pueblan el escenario. Cámaras de infrarrojos sincronizarán los movimientos de los artistas con las imágenes proyectadas en la pantalla. Ningún detalle se deja al azar, en este engranaje aparentemente perfecto.
Hasta se ha contratado a una empresa europea especialista en escenografía, que ha tapado con lonas negras las partes traslúcidas de las gradas del Madrid Arena- nos cuentan- “se trata de que se parezca lo más posible a un teatro, y las lonas mejoran la acústica y evitan que entre la luz”. Poco a poco, el gigante se despereza en las entrañas de la Casa de Campo.