Arístegui: "Algunas de las transiciones árabes pueden no acabar en democracia"
- Considera demasiado "optimista" la visión sobre las revueltas
- "Un Egipto dominado por los islamistas sería una pésima noticia para Europa"
- "Por monstruoso que fuese Gadafi, nadie merece un final como ese"
Las lecturas de occidente sobre el final de las revueltas árabes han pecado de "optimistas", en opinión del diplomático y portavoz de exteriores del PP, Gustavo de Arístegui, y quizá por eso la alarma ante los resultados de Túnez, donde el partido islamista moderado An Nahda ha conseguido una arrolladora victoria, llame tanto la atención.
"Creo que occidente no está entendiendo que algunas de estas transiciones pueden acabar en democracia y algunas puede que no. Si los islamistas aplican su programa de máximos, eso difícilmente puede ser una democracia. (…)Ser árabe no es incompatible con ser demócrata, ser musulmán no es incompatible con ser demócrata, pero ser islamista radical sí" ha dicho en una entrevista para RTVE.es
Al Nahda, no obstante, presenta en principio un discurso más cercano al modelo turco, más moderado que otros movimientos islamistas de la zona. Pero más allá del debate sobre su mayor o menor rigorismo, el resultado de las primeras elecciones tras las revueltas se ha dado en clave islamista. Para Arístegui, pueden no ser las únicas.
Las elecciones egipcias
"Una de las claves más importantes es lo que ocurra en Egipto el mes que viene. (..) Un país como Egipto, que es la clave en Oriente Medio, dominado por los islamistas sería una pésima noticia, no sólo para el mundo musulmán, sino también para Europa."
Arístegui, que acaba de presentar su último libro Encrucijadas árabes asegura que el "panorama en Egipto es extraordinariamente preocupante", porque además de la organización islamista Hermanos Musulmanes, "quienes tienen también muchísimas posibilidades de obtener un resultado electoral espectacular son los salafistas, como An Noor o el Partido de la Libertad y Justicia, que es la marca más radical y violenta de los islamistas".
La muerte de Gadafi
Para Arístegui, los resultados tunecinos y las perspectivas egipcias no son los únicos puntos preocupantes. El "repugnante" final del dictador Muamar Gadafi tras su captura y asesinato ha despertado dudas respecto a la naturaleza del nuevo Gobierno.
"Las circunstancias, a nadie se le escapa, no fueron las que se dice que fueron. (...) Por monstruoso que fuese Gadafi y su régimen, nadie merece un final como ese, en el que ha sido obscenamente exhibido su sufrimiento y su tortura", ha manifestado.
Inquietud ha generado también en occidente las primeras manifestaciones del CNT en las que apostaba por instaurar la Sharía como fuente única de derecho en la nueva Libia. "La ideología del CNT es muy variada, y también hay islamistas, y me temo que la mayoría de los integrantes del CNT profesan más esta ideología, y eso es un escenario preocupante", ha dicho el diplomático y senador del PP.
La 'primavera árabe' arrancó con un espíritu democrático pero el diplomático del PP advierte que "siempre hay pescadores en aguas revueltas". "Las ansias de los pueblos es la libertad y la democracia, pero el resultado es más que incierto".
Por eso, Arístegui dice que Occidente debe apoyar los procesos de transición, pero tener cautela."No estoy diciendo que intervengamos, ni que seamos paternalistas, pero que seamos conscientes de que algunos procesos pueden acabar bien y otros pueden acabar mal. Es importante pensar que son procesos muy largos, que habrá pasos adelante y pasos atrás, y que ya veremos cuál es la suma algebraica y cómo quedan los países”.