El partido islamista Al Nahda, vencedor en Túnez, inicia contactos para formar Gobierno
- El futuro presidente de Túnez no será de Al Nadah
- Pero sí lo será el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente
- Destacan los resultados obtenidos por Hechmi Haamd, exaliado de Ben Alí
Tras la abrumadora victoria del partido islamista moderado Al Nahda en las elecciones de Túnez, el responsable de estructuras internas de este partido, Tarek Ben Ahmed, ha anunciado el inicio de las conversaciones con otros partidos para formar Gobierno y designar al próximo presidente democrático.
“Se le ha propuesto la presidencia tunecina al líder de centro-izquierda del Forum Democrático por el Trabajo y las Libertades (FDTL), Mustafá Ben Yafaar, que lidera la tercera fuerza política más votada en las elecciones. Otro candidato a la presidencia es el director del Banco Central Tunecino, Kamel Nabli, que goza de muy buenas relaciones con las instituciones financieras internacionales”, ha apuntado Ben Ahmed según Efe.
Puntos por resolver
Al igual que el presidente de Túnez, el primer ministerio también estará compuesto por miembros de fuerzas políticas que no son de Al Nadah. “Las nuestras las dejamos para la Asamblea Nacional Constituyente (ANC)". Una institución que debe poner en pie las instituciones del país y que “probablemente esté presidida por el actual secretario general, Hamadi Yabali” ha apuntado el responsable de estructuras internas de Al Nadah.
Pero si hay una figura que parece ser clave en estas negociaciones es la de Hechmi Haadami, cuyo partido, "La Petición popular para la justicia y el desarrollo", ha quedado segundo en estas elecciones. Y va a ser clave por lo que su figura representa ya que es, para los tunicinos, una de las figuras más ambiguas de la pasada campaña electoral ya que se desconoce si verdadera orientación popular.
"¡Esta es, sin duda, la sopresa más llamativa de los resultados! Esto es horribel y catástrofico", denuncia la periodista Houda Trabelsi. Su sensación e interpretación de los resultados se debe a que son varios los que han puesto de manifiesto los vínculos de Haadami con la formación política del expresidente tunecino, Ben Alí, del que era aliado durante su gobieno.
Con todo, este antiguo islamista reconvertido en aliado de Ben Alí, Hamdi se convirtió en una figura notable de la mano de la cadena de televisión Al Mostakilla, muy seguida en Túnez.
En las elecciones del pasado domingo, el movimiento islamista Nahda ha obtenido, según los datos recogidos por la agencia AFP, 44 escaños de los 94 en juego. Con 9 escaños obtenidos en el extranjero, el partido ya cuenta con 53 escaños de la futura asamblea que tendrá 217 miembros. Aún falta por conocer los resultados definitivos. En todo caso, sería los resultados de la capital, los que matizarían de algún modo la tendencia islamista moderada en las primeras elecciones libres de la historia del país.
La ANC, conformada mayoritariamente por el partido Al Nadah, tendrá como prioridades la consolidación de la independencia de los medios de comunicación y la Justicia, principalmente la reparación de todas las víctimas del régimen anterior así como las de la revolución.
Victoria de los islamistas
La victoria del partido Nahda es de gran importancia, ya que los islamistas no habían ganado unas elecciones en ningún otro país árabe. El único caso parecido se registró en las elecciones legislativas palestinas de 2006, en las que ganó la organización integrista de Hamás. Además, los gobiernos occidentales mantienen otra actitud ante los islamistas moderados, conscientes de que existen otros mucho más radicales (como los salafistas, que rechazan tajantemente la democracia por impía).
Pero por su parte, los islamistas en este nuevo Túnez han presentado un discurso que, en un principio, con una supuesta inspiración en el modelo de Turquía y que presenta credenciales democráticas en algunos temas sensibles, como el estado civil, separación de poderes, respeto a las minorías y mensajes favorables a la igualdad entre hombre y mujer: ninguna alusión a la "sharia", a la imposición del velo islámico o a restricciones sobre el alcohol.