La Comisión Europea y el FMI supervisarán las cuentas de Italia y el plan de ajuste
- Barroso confirma que ha sido Roma quien ha pedido la supervisión
- El FMI baraja crear una nueva facilidad para reforzar el fondo de rescate
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El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha confirmado que Italia ha pedido la supervisión de sus cuentas públicas y del plan de ajuste acordado con la Unión Europea en la última cumbre, además de invitar al FMI ha sumarse a la vigilancia del programa.
Ha añadido que este control externo servirá para reforzar la credibilidad de Roma y que "asegurar la credibilidad de todos nuestros miembros es importante no solo para estabilidad de la zona euro, sino de todo el mundo".
Barroso ha detallado que la semana que viene los técnicos de Bruselas y el Fondo Monetario Internacional (FMI) visitarán Roma. Ha explicado que la institución dirigida por Christine Lagarde realizará inspecciones en Italia con una periodicidad trimestral.
Por su parte, el presidente permanente del Consejo, Herman Van Rompuy, ha querido aclarar que "no hemos puesto a Italia en el foco, ellos mismos han querido invitar al FMI para que les monitorizase".
Berlusconi también lo confirma
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha confirmado finalmente su solicitud de supervisión a Bruselas y a la Comisión Europea, pese a que fuentes de su ejecutivo han matizado al diario La República que tan solo pedirán "consejo" al FMI sobre la aplicación de las medidas, bajo la responsabilidad de la Comisión, ya que "es toda el área euro la que está bajo presión, incluida España e Italia".
Aún así están "preparados para ser aconsejados", mientras que el presidente de la República, Giorgio Napolitano, afirma que Italia vive una "crisis gravísima y sin precedentes".
Las instituciones internacionales vigilarán de cerca el cumplimiento de Italia que se ha visto retrasado por los problemas de Berlusconi con sus socios de la Liga Norte, sobre todo en la ampliación de la edad de jubilación hasta los 67 años.
El FMI se une a Bruselas en su tarea de supervisar las cuentas de Italia, que sufre la presión de los mercados desde hace semanas. Ayer su prima de riesgo, el diferencial con el bono alemán, alcanzó un nuevo máximo aunque luego se relajó gracias a la intervención del BCE con la compra de bonos.
Tanto Bruselas como el FMI elaborarán sus propios informes acerca del cumplimiento del programa de ajuste del gobierno italiano. Barroso ha explicado que con la crisis griega "hay dudas en los mercados y el contagio interno es un hecho" por lo que con el control externo se ratifica que Roma "va a implantar todos los compromisos" acordados.
Más implicación del FMI en la crisis de deuda
Los líderes de los países industrializados y emergentes del G-20 estudian pedir al FMI que aporte más asistencia técnica y recursos financieros para frenar la crisis de deuda con el objetivo de evitar que acabe provocando una recaída mundial en la recesión.
Se sopesan hasta tres alternativas distintas, entre las que se incluye la creación de una nueva facilidad, para que el FMI asista a la UE en la resolución de la crisis de deuda. Los europeos quieren además que la institución que dirige Christine Lagarde les ayude a apalancar el fondo de rescate para países endeudados para poder alcanzar así el objetivo de un billón de euros.
No obstante, Estados Unidos, Rusia y China han insistido en que son los europeos los que deben encontrar la solución a la crisis de deuda. "Para que el plan global de Europa tenga éxito, Europa tiene que estar en el centro, movilizar sus muy sustanciales recursos y demostrar la voluntad política que todos los líderes han manifestado", ha dicho la vicesecretaria del Tesoro norteamericana, Lael Brainard.
"Dicho esto, hay un papel para la comunidad internacional, y el FMI está mucho mejor dotado hoy que en 2009, cuando apoyamos la expansión de sus recursos", tras añadir que "hay varias ideas que se están discutiendo".