iSpy, un 'software' para cotillear lo que se escribe en móviles a distancia
- Un sistema captura a distancia lo que se está escribiendo en el teléfono móvil
- Combina el vídeo y un 'software inteligente' de detección de símbolos y gestos
- El 'rango de cotilleo' varía entre los 3 y los 60 metros de distancia
- Existen filtros de privacidad que evitan que otros puedan ver la pantalla
Aunque en la inmensa mayoría de las ocasiones teclear en el teléfono móvil estando en un lugar público no supone ningún riesgo ni amenaza, un grupo de investigadores se ha propuesto -al parecer ha conseguido- demostrar que existen técnicas efectivas para obtener esa información de forma discreta y a distancia, sin el conocimiento de la víctima.
Para ello han desarrollado iSpy, un software que combina el uso de imágenes en resolución mediana y alta y un software de reconocimiento de imagen que es capaz de cotillear en las pantallas de teléfonos móviles incluso a decenas de metros de distancia.
Así, permite obtener una transcripción de lo que se teclea, lo que en la práctica viene a ser la mitad de la conversación. Aunque también pueden ser contraseñas.
“Permite cotillear en las pantallas de teléfonos móviles a decenas de metros de distancia“
El software puede funcionar tanto con imágenes capturadas con cámaras de vídeo de alta resolución -como el que pueden grabar muchas cámaras de bolsillo y réflex- como con cámaras de vídeo de teléfonos móviles, algunos de los cuales son capaces también de grabar vídeo en alta definición.
Dependiendo de la resolución de la cámara el 'rango de cotilleo' varía entre los 3 y los 60 metros de distancia.
Software 'inteligente' para obtener información
El objetivo de los investigadores que han desarrollado iSpy era comprobar si el uso de teléfonos móviles en lugares públicos puede suponer un riesgo y propiciar la invasión a la intimidad.
Y al parecer es así: el software desarrollado en la Universidad de Carolina del Norte acierta en el 90% de los casos qué teclas está pulsando el usuario. Es decir, qué está escribiendo en cada momento.
Puede parecer un poco extraño desarrollar un software de reconocimiento cuando en muchas ocasiones se podría ver la pantalla directamente.
Pero la ventaja de utilizar software específico es que iSpy no necesita ver exactamente las teclas que se pulsan: le basta con detectar los movimientos del dedo y -como hacen los teléfonos- los analiza junto al contexto del texto escrito para deducir qué se está escribiendo.
iSpy puede ponerse en marcha automáticamente al detectar que se hace uso de un teléfono móvil. Es capaz de distinguir la figura de la pantalla en cada uno de los fotogramas cuya imagen, de ser necesario, estabiliza y alinea para lograr una mayor precisión en el posterior proceso de detectar qué teclas se pulsando.
El resultado es una transcripción del probable texto tecleado, evitando esa parte manual del proceso.
Cámaras más discretas
El uso de software específico permite utilizar cámaras más discretas y con menor resolución que en el caso de requerir una visión clara y directa del texto que aparece en pantalla.
Permite por tanto utilizar cámaras comunes, más económicas, accesibles y discretas en la tarea de obtener información de la víctima sin su conocimiento.
Por si fuera poco, iSpy tampoco necesita ver directamente la pantalla del teléfono. Es capaz de servirse de imágenes procedentes de reflejos de la pantalla en cristales tales como los de las ventanilla y gafas de sol.
En este caso se reduce el alcance efectivo dado que la imagen es más pequeña y menos nítida. Permite también obtener la secuencia de teclas que se pulsan al escribir una contraseña, aunque en pantalla se muestre de forma oculta.
La clave del asunto, la que hace que iSpy resulte efectivo, está en el efecto que los teclados de plataformas móviles como iPhone o Android utilizan para confirmar al usuario qué tecla ha pulsado en cada momento, ese que muestra cada letra ampliada en un bocadillo que surge al pulsar cada uno de los caracteres que forman la palabra.
“Se puede servir de imágenes procedentes de reflejos de la pantalla, como los de unas gafas de sol“
La excepción a lo anterior está en la tecla de la barra espaciadora. Esta tecla no confirma la pulsación de ningún modo.
Para este caso el software se basa tanto en la observación completa del teclado, cuando es posible, como en el análisis de palabras e incluso en una variación en el tiempo medio que transcurre entre pulsaciones de teclas, deduciendo que las pausas en la aparición de bocadillos de confirmación corresponden a espacios en blanco.
Cómo evitar las miradas indiscretas
Aunque todo lo anterior es más una demostración práctica de las potenciales consecuencias que puede suponer el uso de móviles en lugares públicos, el caso es que revela el riesgo de exposición no deseada de información que se produce utilizando tales dispositivos en determinados casos y lugares.
La forma fácil y evidente de evitarlo es no teclear en público o al menos no escribir cosas importantes como información sensible o contraseñas.
Algunos sencillos gestos también pueden contribuir a mantener cierto nivel de intimidad: tapar parcialmente la pantalla cogiendo el teléfono con ambas manos para dificultar su visión, aproximar el teléfono al cuerpo o ayudarse del abrigo para ocultarlo.
También resulta efectivo reducir al máximo posible el brillo de la pantalla. Y, visto lo visto, puede ser incluso conveniente quitarse las gafas de sol.
Filtros de privacidad
Otra opción es colocar en el dispositivo móvil un filtro de privacidad. Existen en distintos tamaños y formatos: para pantallas de ordenadores portátiles, móviles y tablets.
Básicamente consiste en una fina lámina de plástico, similar a los conocidos protectores de pantalla. Pero los filtros de privacidad tienen un tratamiento específico que limita el ángulo de visión de la pantallas, que en teléfonos modernos puede ser tan amplio como casi 180 grados. Es decir, que se ven desde prácticamente cualquier ángulo.
El filtro limita el ángulo de visión de modo que solo el usuario situado justo frente a la pantalla tiene una visión completa y normal de ésta. En cambio el observador situado en ángulo -desde un lado u otro- verá la pantalla de forma parcial o completamente oscura.
Demostraciones prácticas aparte, sirva esta ocasión para recordar la conveniencia de ser discreto a la hora de utilizar el teléfono móvil en lugares públicos, especialmente cuando se trata información personal, privada o confidencial.
Normalmente no va a haber ningún problema, pero nunca sabes quién puede estar sentado en el asiendo de atrás del autobús.