Minhaj Gedi Farah, el rostro de la esperanza en el Cuerno de África
- Minhaj llegó en julio al campo de refugiados de Dadaab al borde de la muerte
- Tras tres meses de ciudados ha recuperado su peso y está totalmente sano
El 26 de julio el bebé Minhaj Gedi Farah se convirtió en el rostro de la hambruna en el Cuerno de África cuando llegó junto a su madre procedente de Somalia al hospítal del Comité de Rescate Internacional, en Dadaab, Kenia, uno de los campos de refugiados más grandes del mundo.
Cuando llegó tenía siete meses y pesaba poco más de tres kilos. Recibió tres transfusiones de sangre y un régimen intensivo de alimentación. Ni siquiera su propia madre confiaba en que el pequeño Minhaj Gedi Farah sobreviviera ya que su nivel de desnutrición era crítico y tenía anemia.
Pero el caso de este niño somalí -uno de los miles que llegan hasta este campo de refugiados- es el mejor ejemplo de que, a veces, hay esperanza en mitad de la hambruna.
En tres meses ha ganado cinco kilos
Gracias a los cuidados de esta ONG, en tres meses ha pasado a pesar ocho kilos y luce un aspecto más que saludable, según muestran las fotografías de la agencia Associated Press.
La imagen de la izquierda muestra su estado a su llegada al campo de refugiados de Dadaab. Tres meses después el pequeño se ha recuperado y se ha convertido en un niño completamente sano que incluso tiene mofletes.
La recuperación de este pequeño es un claro ejemplo de la importancia y el gran trabajo que realizan las agencias de ayuda humanitaria que actúan a través de esta ONU en el cuerno de África, duramente afectado por la hambruna y la sequía.
Tal es la recuperación del pequeño Minhaj que ya puede sentarse sin ser sostenido, puede tomar el suplemento nutritivo por sí mismo y está aprendiendo a gatear.
El Cuerno de África se muere de hambre
La ONU ha declarado el estado de hambruna en dos regiones del sur de Somalia y ha pedido a la comunidad internacional 210 millones de euros para “salvar vidas”.
Por su parte, la FAO ha reclamado 85 millones de euros para proporcionar ayudas a la agricultura en el Cuerno de África, azotado también por una grave sequía.
En total, once millones de personas necesitan ayuda urgentemente en países como Somalia, Kenia, Etiopía y Yibuti gracias a la cual, niños como el pequeño Farah pueden tener una segunda oportunidad.