Breivik será juzgado por los atentados de Noruega el próximo 16 de abril
- Se espera que el juicio dure alrededor de diez semanas
- Este lunes se ha prolongado por tercera vez su prisión preventiva
- En la vista abierta Breivik ha intentado hablar con las víctimas
El juicio contra el ultraderechista Anders Behring Breivik, autor confeso de los atentados del 22 de julio en Noruega que causaron 77 muertos, comenzará el 16 de abril de 2012, según ha anunciado este lunes la Corte de la ciudad de Oslo.
Las autoridades noruegas cuentan con que la investigación esté cerrada a finales de febrero. La Fiscalía ya había mostrado su deseo de que el juicio se celebrase lo más rápido posible, y aunque no había una fecha fija, se había anunciado que comenzaría en abril.
El tribunal de Oslo realizará una ampliación de una de sus plantas para acoger la que será la sala de justicia más grande de Noruega, en previsión del gran número de personas que seguirán el juicio, contando a supervivientes y familiares de las víctimas de la tragedia y medios de comunicación.
La celebración de este juicio requiere, además, que Breivik, de 32 años, sea examinado por dos psiquiatras expertos que tienen que hacer públicas sus conclusiones el 30 de noviembre.
La duración de un juicio se estima que sea de unas 10 semanas, según el secretario del Tribunal de la Ciudad de Oslo, que ha informado de que las fechas se han acordado tanto con la defensa como con la fiscalía.
Por otro lado, este lunes Breivik se ha presenciado con un traje azul oscuro, camisa blanca y corbata azul claro a la vista judicial sobre su prisión preventiva que por primera vez ha estado abierta al público.
Ha sido entonces cuando Breivik ha intentado hablar con los familiares de las víctimas, pero el juez se lo ha impedido.
"Entiendo que los afectados están presentes por primera vez. ¿Puedo decirles algo?", fueron las palabras de Breivik, a las que el juez ha respondido con un "no", según la televisión pública NRK.
Varios de los familiares y supervivientes presentes abandonaron la sala a mitad de la vista, en la que finalmente se ha extendido otras doce semanas su prisión preventiva.
El juez también interrumpió a Breivik cuando intentó justificar su actos y elaborar un discurso político.
Breivik sólo podía hablar sobre su situación en la cárcel y su posición ante la cuestión de la prisión preventiva, objeto de la vista, circunstancia acerca de la que fue advertido al inicio de la comparecencia, la cuarta desde su detención pero la primera en que se permitió el acceso de público a la sala.
Máxima seguridad
La justicia noruega no dejó filmar la vista ni sacar fotos al sospechoso, esto último por petición suya, pero levantó la prohibición inicial a los medios de hacer referencia a lo que se decía en la sala.
Al inicio de la vista, Breivik se presentó como comandante militar en el movimiento de resistencia contra la islamización, una expresión ya usada en su manifiesto político, y mostró sus objeciones contra el juez, Torkjel Nesheim.
"Has recibido el mandato de aquellos que apoyan el multiculturalismo. Es una ideología del odio, que apoya la deconstrucción de la sociedad noruega", llegó a decir Breivik antes de ser interrumpido por Nesheim, según la agencia NTB.
Tal y como ha hecho hasta ahora, Breivik -vestido con un traje oscuro, camisa blanca y corbata azul clara- reconoció los hechos pero se declaró inocente, rechazó la prisión y pidió ser liberado.
Preguntado por su abogado por su situación de aislamiento en la prisión de Ila, al oeste de Oslo, dijo no tener "grandes problemas", si bien admitió que al principio le costó "adaptarse a una existencia muy pasiva cuando se es muy activo".
En la sala han estado presentes cerca de 300 personas, la mayoría familiares de las víctimas de aquel fatídico día, así como ciudadanos anónimos y cientos de periodistas.
La Policía noruega ha pedido que se prolongue doce semanas más la prisión preventiva a Breivik, así como la prohibición de recibir visitas y tener contacto con los medios de comunicación.
Investigación en curso
La vista será la cuarta sobre el caso Breivik desde su detención el mismo día de los atentados, pero con la novedad de que esta vez la corte de Oslo abrirá sus puertas al público, ya que así lo decidió hace tres días un tribunal de la capital noruega.
De acuerdo con esta instancia, no hay riesgo de que el fundamentalista cristiano pueda difundir informaciones sensibles para la investigación y tampoco hay ningún indicio de que cuente con cómplices.
El día de la vista, donde se decidirá si se le prolonga por tercera vez la prisión preventiva, el fundamentalista cristiano cumplirá 16 semanas desde su detención.
Mientras, siguen conociéndose más datos sobre el suceso como que dejó 900 balas sin usar en la isla de Utoya, uno de los escenarios de la matanza, según informa el diario VG.
La Policía las encontró en una maleta en la oficina de información de la isla, según el diario, que cita varias fuentes sin dar nombres.
Durante el tiroteo, que se prolongó más de una hora, Breivik volvió a la oficina varias veces en busca de munición.
En los registros realizados en Utoya, la Policía encontró también cargadores y balas en el chaleco, el rifle y la pistola que el fundamentalista cristiano llevaba consigo cuando fue detenido el pasado 22 de julio.
Breivik hizo estallar ese día un coche bomba en el complejo gubernamental de Oslo, donde murieron ocho personas, e inmediatamente después se trasladó a la isla de Utoya, a 45 kilómetros de la capital, donde disparó de forma indiscriminada matando a 69 personas.
La mayoría de las víctimas de Utoya eran jóvenes que asistían al campamento de las Juventudes Laboristas (AUF).