España entra en zona de riesgo al colocar 3.562 millones de deuda por encima del 7%
- La demanda ha sido escasa: solo se han solicitado 5.500 millones de euros
- España, obligada a ofrecer un 30% más de rentabilidad que en octubre
- Hace un mes, el interés que se ofreció en una subasta similar fue del 5,4%
España ha colocado este jueves 3.562 millones de euros en obligaciones a 10 años, pero se ha visto obligada a subir su interés al 7,088%, el más alto desde 1997. Además, por primera vez, la rentabilidad de la emisión de deuda ha superado el rendimiento del bono español en el mercado secundario.
El objetivo de la emisión, que oscilaba entre 3.000 y 4.000 millones de euros, se ha cubierto sin problemas, aunque el ratio de cobertura -proporción entre demanda e importe adjudicado- no ha sido tan elevado como en anteriores subastas y ha alcanzado 5.502 millones de euros.
Para colocar estos productos España ha tenido que pagar casi un 30% más que hace un mes. En la anterior subasta de obligaciones a diez años, el pasado 20 de octubre, España ofreció un interés al 5,453%.
Francia también sube el interés
Los inversores parecen confíar solo en la deuda alemana. El Tesoro francés ha colocado 9.700 millones de euros en obligaciones a corto, medio y largo plazo, pero también ha tenido que pagar el peaje a los inversores y subir el interés. En la subasta de los títulos a medio plazo el tipo de interés aumentó hasta el 2,82% mientras que los bonos a diez años alcanzaron un rendimiento del 2,32%, inferior al 3,79% del mercado secundario.
Esta misma semana, en la última subasta de deuda de deuda española, letras a 12 y 18 meses, España conseguía colocar 3.158 millones de euros, pero ha acusado la desconfianza de los inversores, con un interés superior al 5,2%, lo que significó un 40% más que en la anterior subasta de esas características celebrada en octubre.
Tras la subasta, la prima de riesgo de España ha alcanzado los 496 puntos, su mayor nivel desde la creación del euro, y se acerca peligrosamente a los 500 puntos básicos. Y la rentabilidad del bono español a 10 años en el mercado secundario se coloca ya por encima del 6,7%.
Falta de una intervención decidida del BCE
Los expertos atribuyen este entorno a la falta de una acción decidida del BCE, al que muchos consideran la solución definitiva a la crisis si adoptara un papel similar al de la Reserva Federal estadounidense, el de prestamista ilimitado, algo a lo que se opone Alemania.
Según un informe de Barclays, las autoridades alemanas se niegan de momento a que el BCE tenga un papel más activo, porque quieren "usar esta presión de los mercados para acelerar" las reformas en Italia.
"Sólo entonces, el BCE será partidario de jugar un papel de prestamista de último recurso. Esto será positivo para la aversión al riesgo global", apunta la nota.