Las claves de la campaña maratoniana de Rubalcaba en contra de las encuestas
- Ha intensificado los actos con "minimítines" en la última semana de campaña
- Su mensaje principal es que el PP pone en riesgo el Estado de bienestar
- Ha denunciado el "programa oculto" del PP y ha apelado al voto últil de izquierdas
- Su mujer, Pilar Goya, no ha estado con él en ninguno de los mítines
El candidato del PSOE a las elecciones generales, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha debido tener muy presentes en los 15 días de campaña electoral sus tiempos de velocista durante la universidad, cuando consiguió ser campeón universitario nacional de 100 metros lisos (10,9 segundos). En esta campaña, el candidato socialista ha combinado dos disciplinas atléticas, las pruebas de velocidad y la maratón, en su recorrido de más de 15.000 kilómetros de punta a punta de España, en casi 40 ciudades, y a un ritmo frenético, con hasta seis actos electorales el mismo día en una carrera contrarreloj para intentar recortar distancias con el PP.
Con el aliento de las encuestas claramente favorables al PP en el cogote, Rubalcaba adoptó la estrategia de pisar el acelerador a fondo una vez pasado el ecuador de la campaña, cuando, a una semana de las elecciones del 20N, los sondeos publicados por la prensa vaticinaban una mayoría aplastante de los 'populares' y una debacle de los socialistas, aunque el PSOE aseguraba manejar encuestas internas que reducían la diferencia a 8.9 puntos.
"Cuando las cosas van mal, hay que trabajar muchísimo más", decía Rubalcaba el lunes cuando estrenaba los denominados "mítines en ruta" o "minimítines", que ha celebrado en pequeñas ciudades de Galicia y Andalucía, como Betanzos o Lebrija, para tener un contacto directo con el elector y pedirle que, a su vez, convenciera a unos cuantos vecinos para que votaran al PSOE, casi un puerta a puerta de las campañas tradicionales.
En estos pequeños "mítines", el candidato socialista ha llevado los mismos mensajes que ha expuesto ante auditorios más amplios, pero en versión resumida.
El Estado de Bienestar y Felipe González
El principal mensaje que Rubalcaba ha difundido en esta campaña para intentar reducir distancias con el PP o, al menos impedir una mayoría absoluta -preocupación que ha ido dejando entrever una vez avanzados los días-, ha sido el de que solo el PSOE mantendrá el Estado de bienestar que él mismo construyó en los años 80, con una educación y sanidad públicas y gratuitas, las pensiones o las prestaciones de desempleo- y que los populares lo van a "recortar" incluso destruir.
Para respaldar este mensaje, el candidato socialista no ha dudado en recurrir al expresidente Felipe González (1982-1996), a quien ha adjudicado la paternidad del Estado social español y al que ha definido como "mentor" a lo largo de la campaña, en contraposición al José María Aznar que "ordena" y es el "ventrílocuo" del candidato del PP, Mariano Rajoy. González ha compartido escenario con Rubalcaba en tres grandes mítines, en Zaragoza, Valencia y Dos Hermanas (Sevilla), donde también estuvo el exvicepresidente y candidato por Sevilla por décima legislatura, Alfonso Guerra.
Rubalcaba ha optado por recurrir a la vieja guardia del partido y se ha distanciado del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con pésimos índices de popularidad por la crisis. De hecho, frente a los tres actos con González, con Zapatero solo compartió uno, el mitin multitudinario de Málaga del pasado miércoles que el PSOE quiso convertir en un acto "generacional", con políticos veteranos -también González y Guerra vía mensaje de vídeo- y jóvenes, y que resultó prácticamente un homenaje de despedida al presidente gracias a un público entregado que no cesó de corear su nombre, al igual que el de Rubalcaba.
Además, mientras que Felipe González ha estado presente, no solo físicamente, sino en los mensajes del candidato socialista desde el primer día de campaña para recordar su legado, en el de Zapatero no se empezó a detener hasta el quinto día de campaña, después del "cara a cara" con Rajoy, aunque sí lo habían hecho algunos teloneros. A partir de entonces, en todos sus mítines ha tenido palabras de alabanza para el presidente del Ejecutivo, principalmente por su trabajo en favor de la igualdad y los derechos civiles, como la ley del matrimonio homosexual, la de igualdad o la de Dependencia.
En los mítines también ha habido momentos para la "autocrítica", conocedor de que sus rivales le reprochan que se desentienda de que era miembro del Gobierno de Zapatero hasta hace escasos meses. Así, Rubalcaba ha reconocido "errores" y que hay cosas que a toro pasado probablemente no se hubieran hecho igual, pero también las ha justificado en las "mil caras" de la crisis, que se ha esforzado en destacar que es "global y mundial" y no "hispanoespañola", como dice el PP.
En este sentido, en el acto con Zapatero y ya en la recta final de campaña, Rubalcaba ha alabado al presidente por haber "antepuesto los intereses generales de España", incluso por delante de los del PSOE, pese a los costes electorales de sus decisiones.
El programa "oculto" y la "triple campaña"
Otro de los mantras que Rubalcaba ha repetido en esta campaña es que el PP tiene un "programa oculto" que no quiere desvelar y que, por ello, el PSOE tiene que hacer una "doble campaña" -luego se convirtió en "triple"-: para explicar el programa socialista, explicar el programa del PP y desvelar lo que no está escrito y Rajoy no se atreve a decir para "no perder muchos votos".
No obstante, según ha ido repitiendo el candidato socialista, lo que Rajoy "calla", sus dirigentes autonómicos lo desvelan, como la presidenta manchega y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, o la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, a los que acusa de haber puesto en marcha los recortes en educación y sanidad y las privatizaciones que los populares implantarán en toda España si ganan las elecciones.
Otra de las ideas que ha repetido Rubalcaba y en la que cree que Rajoy también se achica es en la necesidad de "ir a Bruselas" a pedir que se flexibilice el calendario de ajuste del déficit fijado para España y la necesidad de que se se reactive la economía mediante inversiones de los poderes públicos. También ha arremetido en los últimos días contra el Banco Central Europeo (BEC), al que insta a defender el euro y la deuda soberana de los países miembros frente a los ataques de los "especuladores" para acabar con la situación de incertidumbre que atraviesa Europa.
El voto útil y el de los "cabreados"
La campaña del PSOE y los mensajes de su candidato también se han centrado en intentar movilizar a los indecisos y a los votantes "cabreados" con el Partido Socialista, en los que creen que está la clave de las elecciones y, también, la fuerza para no sufrir una debacle.
Casi siempre en el mensaje final de cada mitin, Rubalcaba ha apelado a los simpatizantes socialistas a ir a convencer a esos indecisos y explicarles "que somos los mismos socialistas de siempre", bajo su lema de campaña "Pelea por lo que quieres".
Aunque su directora de campaña, Elena Valenciano, lo hizo recién empezada la campaña y también otros dirigentes socialistas, Rubalcaba ha tardado más días, pero lo ha hecho, en apelar al voto útil y llamar contra la "fragmentación de la izquierda", para evitar el "monopartidismo de la derecha". En este lote se incluyen los 'indignados'. Su mensaje es que es necesario tener un PSOE "fuerte".
En esta clara llamada al voto de la izquierda también se incluyen los dos días de reuniones con sindicalistas que ha dedicado el candidato socialista y que no estaban previstas en una agenda que se ha visto alterada en varias ocasiones. El lunes 14 se reunió con Cándido Méndez (UGT) y este jueves con CCOO y UGT de Cataluña en Barcelona.
Los socialistas también tienen muy presente-González se encargó de transmitir ánimos entre bastidores en Zaragoza- el caso de 1996, cuando el PP aventajaba al PSOE en más de 9 puntos en las encuestas y finalmente el PSOE se quedó a un punto. Entonces, González dijo "nos ha faltado un telediario".
ETA en campaña
Aunque prácticamente todos sus teloneros le han atribuido a Rubalcaba, exministro del Interior -desde 2006 a julio de 2011-, el final del terrorismo, incluido el lehendakari vasco, Patxi López -que ha compartido escenario con el candidato hasta tres veces-, Rubalcaba no ha sacado el tema de ETA a colación en los mítines salvo en una ocasión.
Solo se refirió a ello en su visita a Vitoria el día 9, cuando pidió el voto vasco para "asegurar la paz" y dijo haber "tragado" mucho en pro de la unidad democrática. No lo hizo siquiera en el acto que celebró en Barakaldo el pasado miércoles, en la que era su segunda y última visita a Euskadi en campaña.
También ha estado ausente de la campaña la cuestión de la corrupción política, prácticamente al igual que en la del PP. Rubalcaba solo aludió indirectamente a esto en Vigo y para mostrar su apoyo público al ministro de Fomento, José Blanco, al que implican en la 'operación Campeón'. Sí hubo alguna referencia a la corrupción política en los multitudinarios mítines de Valencia y Sevilla, contra el expresident Francisco Camps por el caso de los trajes de Gürtel pero por parte de los dirigentes socialistas valencianos y alguna alusión de González y Guerra.
Curiosidades de la campaña
En el capítulo de ausencias también cabe incluir la de la mujer de Rubalcaba, la también química Pilar Goya, que no ha estado acompañando a su marido en ninguno de los mítines ni actos electorales, aunque él ha regresado a dormir a Madrid casi todas las noches. A la mujer del candidato solo se la ha podido ver, hasta antes del cierre de campaña este viernes, en la sede de Ferraz, donde recibió a su marido tras llegar del debate electoral con Rajoy.
Contactos directos con la prensa, el candidato también ha tenido pocos. Tuvo un encuentro informal con los periodistas de la caravana de una media hora en Toledo y dos comparecencias ante la prensa acompañado de los sindicalistas con los que se ha reunido en Madrid y Barcelona, aunque muy breves y sin apenas tiempo para plantear tres o cuatro preguntas.
Sí que contestó más preguntas en una "Twitter Entrevista" que Rubalcaba mantuvo con los usuarios de la red social y a las que tuvo que dar respuestas de no más de nueve segundos, en equivalencia a los 140 caracteres de los "tuits".
En esa entrevista el candidato socialista contestó brevemente a un tema que ha eludido antes y durante la campaña, el liderazgo del PSOE en el próximo futuro. Esto es, si se presentará a la Secretaría General del PSOE o qué hará si se produce una debacle electoral: "No me iré esa noche como Alminia", contestó, a la vez que matizó que no podía dimitir de nada porque solo era candidato. Añadió que no hablará sobre la Secretaría general hasta el 22 o el 23 y no volvió a sacar el tema.
Aunque sí lo hizo el día 16 la que iba a ser su rival en las primarias socialistas, Carme Chacón, que retó a quien se atreviera a decir que una catalana no podía liderar el PSOE. Al día siguiente, con Rubalcaba en Barcelona, Chacón cerró filas en torno al candidato, matizaron las declaraciones y dieron una imagen de total unidad durante la larga jornada que compartieron, hasta el punto de que la catalana le dio "mimitos de mitin".
Después de 15 días de "mítines", "minimítines" y mítines improvisados encima de un cajón -como el que dio en Burgos a un centenar de personas que no pudieron entrar al recinto donde se celebraba el acto por falta de espacio, Rubalcaba echa el cierre esta noche a las 22.40 horas en Fuenlabrada (Madrid), teloneado por la "número dos" por Madrid y directora de campaña, Elena Valenciano, y el secretario general del PSM-PSOE, Tomás Gómez.
Antes sonarán los acordes del exmiembro de Tequila Alejo Stivel, que ha acompañado al candidato en los mítines más importantes, para interpretar mini conciertos previos que animaban al respetable. Curiosamente, entre los temas interpretados siempre ha sonado "Que el tiempo no te cambie", que el músico y productor compuso para Zapatero para la campaña de 2008.