El arzobispo de Canterbury y otros 17 obispos anglicanos critican los recortes sociales
- Así lo señalan en una carta publicada por el diario 'The Guardian'
- Los obispos pidieron enmiendas a la reforma de la Ley de Bienestar
- La reforma pretende limitar los subsidios semanales de las familia
- Con la medida, el gobierno británico prevé ahorrar unos 224 millones de euros
Un grupo de 18 obispos anglicanos del Reino Unido, entre ellos el arzobispo de Canterbury, han criticado este domingo los recortes del Gobierno británico en materia social "que pueden empujar a miles de niños a la pobreza", en una carta abierta publicada por el periódico The Guardian.
Los obispos mostraron su preocupación por una reforma de la Ley de Bienestar que debatirá el Parlamento británico el lunes y que pretende limitar a 500 libras (unos 570 euros) a la semana las ayudas recibidas por las familias necesitadas.
La carta, firmada entre otros por el Arzobispo de Canterbury, máxima autoridad de la Iglesia de Inglaterra, asegura que esta institución tiene "la obligación moral de hablar por aquellos que no tienen voz" y califica el límite en los subsidios como "profundamente injusto".
“El Arzobispo de Canterbury dice que su obligación moral es hablar por aquellos que no tienen voz“
Los obispos pidieron a los miembros del Gobierno introducir una serie de enmiendas a la reforma de la Ley de Bienestar que proteja a los niños más pobre de la sociedad, especialmente los que forman parte de familias numerosas y que viven en grandes ciudades.
La propuesta del Gobierno británico tiene bastante oposición
La reforma de la ley propuesta por el Gobierno, que cuenta con bastante oposición entre los diputados, pretende limitar los subsidios semanales percibidos por una familia para que no superen los ingresos medios de los trabajadores.
El Gobierno británico que calcula que la medida puede suponer un ahorro de 192 millones de libras (unos 224 millones de euros), considera además que es una manera de incentivar a la gente para que trabaje en lugar de vivir de las ayudas del Estado.
Sin embargo, la organización humanitaria Childrens Sociaty denunció que esta reforma supondrá retirar los subsidios a 210.000 niños y puede dejar sin casa a 80.000 personas.
En la carta los obispos anglicanos aseguran que "sienten la obligación de hablar por los niños que pueden enfrentarse con una grave pobreza y con perder potencialmente sus casas, como resultado de las opciones o circunstancias de sus padres".
La carta propone que se haga una diferenciación a la hora de limitar los subsidios entre aquellos hogares en los que viven niños y en los que no, y concluye que esperan que el Gobierno "escuche y tenga en cuenta nuestra petición por el bien de los más vulnerables de nuestra sociedad".