Las minorías logran su mejor resultado en 20 años
- Con 54 escaños distribuidos en once grupos, los minoritarios logran más poder
- Doblan su representación respecto a la última legislatura a costa del PSOE
- Los socialistas pierden 4,3 millones de votos y el PP apenas gana 500.000
- Consulta nuestro gráfico interactivo de evolución del voto
Si la reforma constitucional para establecer un techo de gasto en la Carta Magna acordada por PP y PSOE se hubiese aprobado tras las elecciones del 20-N, el resto del Congreso de los Diputados habría podido forzar un referéndum.
Este dato ilustra hasta qué punto y pese a la mayoría aplastante lograda por Mariano Rajoy es importante el peso conseguido este domingo por las formaciones minoritarias.
La próxima cámara baja contará con el mayor número de formaciones con representación parlamentaria desde 1989. Además, 54 de los 350 diputados serán de partidos minoritarios, el doble que en 2008, una cifra que no lograban en 20 años y que supone mucho más que el 10% necesario para pedir una consulta sobre una reforma de la Constitución.
De esta forma, el llamamiento de movimientos ciudadanos como el 15-M ha conseguido revivir la diversidad parlamentaria que se había perdido en la pasada década, donde al declive de Izquierda Unida se le sumaba la caída de otros partidos regionalistas como el Partido Andalucista, Unión Valenciana o el Partido Aragonés Regionalista, amén de la desaparición de una formación de centro a nivel nacional como el CDS.
Historia del multipartidismo
El multipartidismo se convirtió en una de las características destacadas de las primeras legislaturas de la democracia, donde los dos partidos mayoritarios apenas superaban el 30% y había formaciones a su derecha y a su izquierda así como diferentes grupos nacionalistas que daban una extraordinaria variedad al arco parlamentario.
En 1977 las formaciones minoritarias sumaron 66 de los 350 escaños y dos años después 61, pese al premio a la mayoría de la ley D'Hont.
En el año 82 la mayoría histórica del PSOE redujo el número de diputados de otras formaciones, pero la descomposición creciente de la oposición de Alianza Popular hizo que los minoritarios, desde Izquierda Unida hasta el CDS de Adolfo Suárez lograsen importantes representaciones parlamentarias en los dos comicios siguientes.
Durante los 90 se produjo un importante ascenso del PP, que se hizo con el poder en 1996, pero los minoritarios mantuvieron su cuota a costa del PSOE, especialmente Izquierda Unida.
El declive con Zapatero
Sin embargo, en los comicios celebrados en la pasada década el número de grupos parlamentarios y de diputados que no pertenecían a los grandes partidos ha ido decreciendo: en 2000 eran 42 diputados, en 2004, 38, y en 2008, 27.
Hace tres años esta situación llego a su punto álgido debido fundamentalmente a la buena imagen que el anterior candidato socialista, el presidente saliente José Luis Rodríguez Zapatero, tenía entre el electorado de Izquierda Unida y de algunos partidos nacionalistas.
Así, pese a que el electorado del PP creció respecto a 2004, el PSOE supo compensarlo agitando el miedo a los populares entre los tradicionales electores de izquierdas y nacionalistas.
Esta circunstancia explica por qué, pese a que pueda parecer lo contrario por la victoria aplastante del PP, las grandes beneficiadas de la sangría electoral del PSOE han sido las formaciones minoritarias.
En tres años, los socialistas han perdido más de cuatro millones en el trayecto de Zapatero a Rubalcaba mientras que los populares solo han conseguido mejorar su registro en 500.000 votos.
Más votos para los minoritarios pero menos escaños que el PP
El resto se encuentra entre los 800.000 que ha ganado UPyD, los 700.000 que se ha anotado Izquierda Unida, los poco más de 200.000 arañados por CiU o la misma cifra ganada por la coalición de Compromís con Equo, que solo ha podido rentabilizar sus apoyos en Valencia.
Sin embargo, esta ganancia en votos no se traduce de una manera proporcional en escaños, lo que revela de nuevo la carencia de nuestra ley electoral.
Los 500.000 nuevos votos del PP hacen que consiga 32 escaños más que en 2008, lo que supone que cada uno de sus nuevos diputados le ha costado 15.625 papeletas. Mientras, a UPyD los 800.000 votos nuevos le han aportado apenas cuatro escaños más o, lo que es lo mismo, le han costado 200.000 papeletas.