El taxista se reafirma en la inculpación del hermano de Carcaño en el caso Del Castillo
- El conductor asegura tener una certeza del "cien por cien"
- Llevó al hermano de Carcaño al portal donde desapareció la joven
- Dos peritos ven coincidencias en restos de ADN que inculpan a Carcaño
Ver también: Las claves del caso / Cinco declaraciones y ninguna pista
Un taxista ha reiterado este lunes que llevó a Francisco Javier Delgado, hermano del asesino confeso de Marta del Castillo, al mismo portal donde desapareció la joven entre las 00.15 y 00.30 horas del 25 de enero de 2009, cuando supuestamente se produjo el traslado del cadáver.
El taxista ha declarado al tribunal que juzga la muerte de Marta que tiene una certeza "al cien por cien" de que trasladó a Francisco Javier Delgado y ha explicado que, aunque se dio cuenta al día siguiente de la coincidencia, no lo reveló hasta el pasado día 10 porque creyó que su testimonio no era necesario, al estar detenido el sospechoso.
Pese a ello, cada vez que las noticias hablaban de la muerte de Marta, el taxista comentaba a su esposa el traslado que había hecho porque el asunto "le estaba matando".
Previamente, las defensas de tres de los cuatro acusados hicieron constar su protesta y petición de nulidad de actuaciones por la admisión de este testigo, así como el anuncio de futuros recursos ante el Tribunal Supremo y el Constitucional.
Dos peritos incriminan a Carcaño
Dos peritos del laboratorio de la Policía Científica de Sevilla que analizaron hasta 194 muestras relacionadas con el caso de Marta del Castillo han confirmado la existencia de sangre perteneciente "con absoluta seguridad" a la víctima en el chaquetón del autor confeso del crimen, Miguel Carcaño, mientras que en el tensiómetro que éste empleó supuestamente para comprobar si Marta estaba muerta había "una mezcla de ADN perfecta y completa" de ambos.
Durante la decimoquinta sesión del juicio por la desaparición y el presunto asesinato de la joven, los peritos han señalado que analizaron hasta tres manchas existentes en el referido chaquetón, "la más importante" la ubicada en la parte interior izquierda, junto a la cremallera, donde se encontró sangre "de origen humano y cuyo perfil genético coincidía" con el de la víctima.
Asimismo, se han referido a las muestras halladas en la silla de ruedas que supuestamente se habría empleado para transportar el cadáver, y han precisado que en la empuñadura se obtuvo una mezcla de los perfiles genéticos de Miguel y Marta, por lo que "tuvieron que tener algún contacto" con esa zona de la silla, aunque no han podido determinar ni la forma en que esos restos pudieron llegar a la silla ni el tiempo que podrían llevar en esa zona, si bien han opinado que, "en buena lógica, deben ser recientes".
"Hay productos que degradan el ADN"
Cuestionados por si se encontró alguna evidencia de sangre en la silla de ruedas, han aseverado que no, señalando que se trata de muestras "críticas". Además, han confirmado que en el dormitorio que ocupaba Miguel en el piso de León XIII, concretamente bajo la mesa del ordenador, se encontró "una mezcla de los perfiles genéticos de Marta y de Francisco Javier García Marín", aunque han reiterado que "no se puede afirmar nada sobre la naturaleza de la muestra" al ser "crítica".
Al hilo de ello, los peritos han considerado que "la limpieza enérgica sobre un soporte que contenga sangre podría conseguir eliminarla completamente, pues hay productos de limpieza que degradan el ADN". Además, a juicio de los peritos, los perfiles genéticos de Marta y el entonces menor de edad llegaron al lugar referido "de manera simultánea", aunque es algo que, según han dicho, no pueden demostrar científicamente.
Tras subrayar que los restos "que más perduran en el tiempo" y "los más difíciles de eliminar" son los correspondientes a la sangre, los peritos han ratificado que tanto en el exterior como en el interior del tensiómetro se halló una mezcla de ADN "completa y perfecta" de Carcaño y Marta. Además, en un rollo de esparadrapo se halló una mezcla del perfil genético de Miguel y la acusada María García, mientras que en un cable de alargadera había ADN de Francisco Javier Delgado y de María García.