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Pilar Jurado se atreve con el pop y el jazz en su disco 'Una voz de cine' que presenta esta semana

  • Interpreta 13 temas extraídos de bandas sonoras de películas famosas
  • Presentó en concierto el disco arropada por numerosos famosos
  • El álbum, lujosamente editado, ha sido producido por Tony Carmona

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Pilar Jurado: compositora, directora de orquesta, soprano y ahora "Una voz de cine".

Una voz en off anunció: “los dioses de la música no pudiendo decidir qué tesitura acotarle, se la dieron completa, para que pudiera ser desde contralto negra de jazz hasta pájaro en pleno vuelo”. La voz, que era la de Iñaki Gabilondo, definió así a la protagonista -la soprano Pilar Jurado- antes de que ésta saliera este martes, al escenario del madrileño teatro Arteria Coliseum, para presentar los temas de su disco Una voz de cine, con arreglos y producción de Tony Carmona, en el que además de algunas arias de ópera, canta sobre todo canciones populares, entre el jazz y el pop, pasando por el tango. Todas ellas relacionadas con alguna película famosa; de ahí el título de este atrevido proyecto.

Seguridad, energía y arrojo

Lo que Gabilondo sentenció -algo muy exagerado que sólo puede afirmarse de un puñado de cantantes normalmente formadas en universo anglosajón- define en cualquier caso la actitud y la seguridad en si misma que Pilar Jurado (Madrid, 1968) desplegó en ese escenario tan sólo unos minutos más tarde.

Apareció con un leopardo de peluche en los brazos (réplica del leopardo real con el que se retrata en el álbum) y cantó para abrir fuego el que quizás sea el tema más espectacular y rompedor de todo el disco, y seguramente más acorde con la personalidad exuberante y exhibicionista de la intérprete: Libertango, de Astor Piazzola que ilustró en su día la película Frenético de Roman Polanski. Se trata de un acertado arreglo en el extremo despliegue vocal resulta perfecto para recrear –es decir crear un nueva e interesante versión- del tema original.

El díficil salto de las cantantes de ópera

Los siguientes temas, Volare de Domenico Modugno (Habitación en Roma de Julio Medem), La vie en rose, de Marguerite Monnot y Édith Piaf (La vida en rosa de Olivier Dahan) o I will wait for you, de Michel Legrand (Los paraguas de Cherburgo de Jacques Démy) evidenciaron que, a pesar de su privilegiada capacidad vocal, Pilar Jurado no posee la capacidad o el instinto de cambiar de registro para cantar canciones como éstas con la intimidad, la sensualidad o la sencillez que requieren.

A pesar de que los músicos (guitarras, piano, acordeón, violín, batería) si trasladan el ambiente jazzístico que los arreglos pretenden dar a las melodías.

Hace unos cinco años, la octogenaria Juliette Gréco interpretó en su disco Le temps d’une chanson, casi sin voz, pero con tremenda calidez una versión lentísima de Volare. En el mismo disco, interpretaba pero de un modo totalmente distinto Over the rainbow de Harold Arlen (El mago de Oz), que también Jurado incluye en este disco dedicada a la música cinematográfica.

La versión arrolladora de Over the rainbow de Pilar Jurado hace añorar la ingenuidad e incluso el blanco y negro de Judy Garland en la película de Victor Fleming. El terreno en el que ha entrado Jurado es resbaladizo; bien lo saben grandes cantantes que fracasaron en el intento de pasar de la música culta a la popular (Montserrat Caballé) y muy pocas son las que acertaron en el intento (Jessye Norman cuando cantó a Michel Legrand en su CD Jessye Norman sings Michel Legrand, o Barbara Hendricks)

El mayor 'pero' que puede ponerse a este último trabajo de Jurado es que imprime la misma energía, arrojo y despliegue de virtuosismo operístico a todos los temas y la mayoría de ellos no lo necesitan. De todos modos, como ocurre con todas las artistas extremas, este trabajo no causará indiferencia; habrá quien no lo soporte y, por otro lado, fans como los que arroparon a Jurado en la presentación –y que aplaudieron a rabiar- a los que emocionará.

Entre ellos algunos famosos comunicadores que han escrito palabras dentro del disco, como Pepe Navarro, Isabel Gemio o José María Iñigo –algunos de ellos también entre el público, en la presentación que estarán de acuerdo también con esta frase que Gabilondo dedica también a Jurado: “Los dioses de la música, no pudiendo decidir qué don otorgarle, se los dieron todos”