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Bélgica, un país en funciones

  • Un año y medio después de las elecciones, Bélgica sigue sin gobierno
  • A pesar de ello, el país soporta la crisis mejor que otros socios europeos

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Un año y medio después de las elecciones, Bélgica sigue sin gobierno. Sin gobierno electo. El ejecutivo saliente de la legislatura anterior ha tomado las riendas del país y está adoptando decisiones de gran calado para contener la crisis.

Los comicios del 13 de junio de 2010 alumbraron un parlamento casi inmanejable. En Flandes, triunfaron los nacionalistas flamencos. En Valonia, su antitesis: los socialistas francófonos.

Los principales partidos de una y otra región han conseguido un acuerdo de principio sobre política territorial, pero aún así las negociaciones para formar gobierno no cuajan.   Esta misma semana, el aspirante a primer ministro, el socialista francófono Elio di Rupo, ha pedido el relevo ante la dificultad para pactar la política presupuestaria. El rey Alberto II cavila si acepta o no su renuncia.

Mientras, en la rue de la Loi , 16, la residencia del primer ministro,   Yves Leterme lleva 17 meses haciendo las maletas. Cuando su mandato estaba en vigor, Leterme, democristiano flamenco, era un primer ministro controvertido, con tendencia a meterse en charcos e incapaz de sacar adelante su agenda.

Leterme, discreto y eficaz desde que está en funciones

Pero desde que es primer ministro en funciones, Leterme se comporta como un tecnócrata discreto y eficaz, que ha conseguido contrapronóstico que Bélgica soporte la crisis relativamente mejor que otros socios europeos a pesar de que su deuda pública está entre las más elevadas de la zona euro.

El gobierno en funciones de Leterme es una rara coalición con más de un político en retirada –como el ministro de Finanzas, Didier Reynders. Sin embargo, el equipo Leterme actúa como una eficaz máquina tecnócrata.   El año pasado consiguió que el parlamento aprobase su presupuesto anticris crisis y estos días, ultima subidas de impuestos para intentar cuadrar las cuentas en 2012 y calmar la presión creciente de los mercados.  Entremedias, embarcó a Bélgica en la guerra de Libia.

En Bélgica, lo extraordinario es lo normal”, dice un diplomático francés con muchos años de experiencia en Bruselas. Pero esta vez es una normalidad realmente extraordinaria. Ningún país democrático ha estado gobernado tanto tiempo por un ejecutivo en funciones. Y eso, en medio de la peor crisis vivida por la Unión Europea.