Egipto vota dividido sobre el futuro de su revolución
- La campaña electoral ha quedado empañada por las nuevas protestas
- Los egipcios no creen en la capacidad del Ejército para liderar la transición
- Consulta todos los partidos que concurren en las legislativas de Egipto
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Datos básicos de Egipto:
- Población: 78,8 millones
- Capital: El Cairo
- Idioma oficial: Árabe (no oficiales francés, inglés y griego)
- Religión: Musulmana (suní), la religión oficial, 82-93%. Cristiana (mayoría coptos) entre el 6 y el 17%.
- Forma de Gobierno: A raíz de la caída de Hosni Mubarak, el 11 de febrero de 2011, es la Junta Militar la que asume el poder. El actual presidente es el mariscal Husein Tantaui.
- Poder legislativo: Lo ostentan la Asamblea Popular (454 miembros, 10 nombrados por el presidente y 444 elegidos por cinco años) y el Consejo Asesor (210 miembros, 140 elegidos y el resto nombrados por el presidente). La Asamblea Popular propone el presidente o el jefe del Estado, quiendebe ser de origen egipcio y tener como mínimo 40 años.
- Poder Ejecutivo: El Gobierno se define como el órgano administrativo y ejecutivo supremo del Estado y al frente figura el presidente, que puede nombrar a uno i más vicepresidentes y a todos los ministros.
*Fuente: EFE
Como un verdadero logro. Así sintieron los manifestantes de Tahrir la convocatoria de las elecciones legislativas que este lunes celebra el país. Quién les iba a decir que, meses más tarde de haberlo consiguido tras la marcha de su expresidente Hosni Mubarak, esa fiesta democática se iba a ver empañada por nuevos brotes de enfretamientos, muertes y la misma petición que les echó a las calles la primera vez: la de lograr la caída de quien ostenta el poder.
En este contexto ha llegado el que debía ser su gran día democrático, el primero de un largo camino con el que dar forma al nuevo Egipto. Pero lo cierto es que el grito unánime de los egipcios que han vuelto a llenar Tahrir también ha querido transmitir que el país no estaba preparado para acudir a las urnas.
El clamor de esta mítica plaza es el de que los militares abandonen el poder antes de las presidenciales -previstas como tarde para el próximo julio de 2012- y que se den las verdaderas condiciones para dar el voto en las legislativas.
Una campaña sin campaña
Pero la Junta Militar que ostenta el poder no piensa lo mismo. A través de un mensaje televisado - continuación para muchos del que en su día realizó Mubarak para aferrarse al poder- el general Tantaui anunció que la cita electoral se mantenía.
Horas más tarde, los egipcios salieron a la calle para decir que no tendría que ser así. Así se lo explica a la cadena BBC un joven presente en Tahrir que insta al boicot de las urnas como único camino a la transición para salvaguardar la democracia.
El temor es claro y evidente: no creen en la capacidad del Ejército, que ha ejercido el poder durante décadas, para dirigir a todo un país hacia la democracia. Es más, muchos manifestantes han asegurado no creer en ningún proceso presidido por los militares ya que no consideran que tengan ni autoridad moral ni política para decidir cuándo y en qué condiciones deben votar.
“No pueden celebrarse antes de transferir el poder a los civiles“
"Si acepto este parlamento que se va a crear bajo el gobierno de los militares, entonces estoy participando en la mayor falsificación de la democracia real en Egipto", explica a la cadena BBC la activista Ahmed Naguib.
Por ello los ojos de la mayoría de los egipcios no se han centrado en la campaña electoral en la que más de medio centenar de partidos han presentado sus propuestas. Estas se han visto completamente ensombrecidas por los enfrentamientos que se viven El Cairo y otras dos ciudades desde el pasado sábado. También por las fustraciones sobre la velocidad de la transición democrática así como por el desempleo, la pobreza y la corrupción presente en el país.
De nada han servido todos los pasos dados por los militares. El dimitido gabinete de Esam Sharaf ha resultado ser para los revolucionarios un títere del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, supeditado a las decisiones de unos dirigentes militares que ya movían los hilos en la época de Mubarak.
Tampoco la designación el pasado viernes de Kamal Ganzuri, exprimer ministro bajo el régimen de Mubarak, parece convencer a Tahrir.
Amalgama política
El mensaje es claro: buscan un nuevo Ejecutivo con prerrogativas verdaderas para guiar a Egipto en el periodo de transición y la salida del poder de la Junta Militar son para muchos los requisitos imprescindibles antes de llevar a cabo cualquier tipo de consulta electoral.
Es el caso del investigador de la Universidad Ain Shams, Jaled Awad, quien ha asegurado a la agencia Efe en Tahrir que las elecciones, que está previsto que comiencen el próximo lunes, "no pueden celebrarse antes de transferir el poder a los civiles".
Pero sí se celebrarán y por el fuerte rechazo que generan es prácticamente imposible predecir con certeza quién será el partido vencedor y más si se tiene en cuenta que los egipcios se encontrarán con múltiples posibilidades y un complejo proceso electoral de tres fases, la primera el lunes y las dos siguientes, tras las modificaciones realizadas por la Junta, los próximos 5 y6 de diciembre.
Eso sí, en el marco del sinfín de nuevas formaciones surgidas tras la revolución también se encontrará con viejos conocidos como los grandes favoritos, los Hermanos Musulmanes.
Pero lo relevante es que haya más de una cincuenta partidos y coaliciones, una cifra inédita en Egipto, marcado durante más de tres décadas por la omnipresencia en la escena política del extinto Partido Nacional Democrático (PND).
En la línea de salida parte con clara ventaja el Partido Libertad y Justicia (PLJ), de los Hermanos Musulmanes, que tras pasar casi 60 años proscrito aspira ahora a emular a los islamistas tunecinos y hacerse con entre un 40 o 50% de los escaños, lo que les abriría la llave para formar un futuro Gobierno.
Con todo, la última la palabra la tendrán, de nuevo, los propios egipcios.