Primera manifestación de comerciantes chinos en España para reclamar la venta de alcohol
- Pedirán ante el Ayuntamiento de Madrid que les concedan la 'Segunda licencia'
- Reclaman poder vender bebidas alcohólicas a partir de las 22.00 de la noche
- Dicen que la ley de 2010 que se lo prohíbe les causa pérdidas económicas
Los tenderos chinos de Madrid se manifestarán por primera vez en España para reclamar que el Ayuntamiento les conceda la denominada 'Segunda licencia', que permite a las tiendas de alimentación la venta de vino y cerveza, ha informado la Asociación de Comerciantes de origen chino en España.
Las protestas se articularán en forma de concentración este lunes a las 12 horas en la puerta principal del Ayuntamiento de Madrid de la Plaza Cibeles. El objetivo de este acto de protesta es entregar en el Registro Municipal más de 200 solicitudes de esta denominada licencia.
Desde el año 2002 todas las tiendas de alimentación de región deben tener este permiso para vender vino, cerveza y otras bebidas alcohólicas a cualquier hora del día. "La concesión de estas autorizaciones para ejercer el libre mercado, recogido en la Constitución Española, depende de la discrecionalidad de los diferentes concejales de distrito, quienes desde 2002 no están respondiendo a las reiteradas solicitudes que les han presentado los comerciantes chinos", ha señalado.
"Ley antibotellón"
Así, la Asociación de Comerciantes Chinos de España, integrada en la Federación de Empresarios de la Comunidad de Madrid (FEDECAM), reclama "el mismo trato y posibilidades que los establecimientos regentados por comerciantes españoles".
Además, la modificación puntual de la Ley de Drogodependencias -conocida como "Ley antibotellón"- aprobada en diciembre de 2010 permite exclusivamente a los establecimientos de conveniencia vender alcohol a partir de las 22 horas, "discriminando a otros comercios con horarios amplios de atención al público y que tradicionalmente lo vendían", ha denunciado la asociación.
"Desde la entrada en vigor de esta enmienda ha comenzado una persecución a los establecimientos chinos, que anteriormente no habían sido sancionados, con multas de 30.000 euros como mínimo", se quejan los comerciantes chinos de la capital.