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Pakistán boicotea la conferencia sobre Afganistán en protesta por el ataque de la OTAN

  • El Gobierno anuncia que no acudirá a la reunión que se celebra en Bonn
  • La muerte de 25 soldados paquistaníes ha abierto una crisis diplomática

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Pakistán boicoteará la conferencia internacional sobre el futuro de Afganistán que se celebrará en Bonn (Alemania) el próximo 5 de diciembre en protesta por el bombardeo de la OTAN en su territorio que mató a 25 de sus soldados y que ha abierto una importante crisis diplomática en la región.

"Pakistán ha decidido no asistir a la conferencia de Bonn en señal de protesta", ha declarado una fuente gubernamental después de una reunión extraordinaria del consejo de ministros presidida por el primer ministro, Yusuf Raza Gilani, en Lahore, con motivo del bombardeo estadounidense.

El incidente del pasado sábado en la frontera de Afganistán en el que fallecieron los militares paquistaníes ha complicado los intentos de Estados Unidos de mejorar las relaciones con Islamabad, que han sufrido un serio deterioro en los últimos meses justo cuando más necesario es para Washington el apoyo paquistaní para estabilizar la región de cara a la retirada de sus tropas de combate en 2014.

Tras reunirse con sus asesores de seguridad nacional en la Casa  Blanca,  el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, calificó a  través de su  portavoz, Jay Carney como "una tragedia" lo ocurrido ha anunciado una investigación, pero el anuncio  del ejecutivo paquistaní muestra que esas palabras no son suficientes.

Islamabad considera que el bombardeo excede el mandato de la misión de la OTAN en  Afganistán y es una violación de su soberanía. Como represalia, bloqueó  la ruta de suministros a las tropas aliadas a través de su frontera.

Conferencia de paz

La conferencia que se celebrará en Bonn reunirá a ministros de más de 100 países para discutir precisamente el futuro de Afganistán tras la retirada de las tropas de la OTAN.

Esta reunión se produce mientras el país afgano se encuentra en una situación delicada, ya que la presencia de más de 130.000 soldados de la OTAN -en su mayoría de Estados Unidos- no ha logrado estabilizar el país frente a los rebeldes talibanes,  que han ganado terreno en los últimos años.

En este contexto la presencia de Pakistán, pais vecino cuya zona fronteriza con Afganistán ha sido usado como base operativa por los insurgentes en los últimos años se considera como un actor clave para la resolución del conflicto.

En este sentido, la comunidad internacional teme cada vez más que Pakistán siga sus propios intereses en Afganistán,  que pueden llegar a ser contrarios a los de Occidente.

La decisión de no acudir a la cumbre sería el último intento de Pakistán para aumentar la presión contra Estados Unidos, Afganistán y la OTAN para lograr nuevas cesiones que permitan mejorar la imagen del Gobierno y el ejército ante la opinión pública, abiertamente antiamericana.

Furia en Pakistán

"Ya no seguirán las cosas como siempre", aseguraba Gilani en una entrevista a la CNN el pasado lunes, en la que advertía de que su Gobierno "tiene que lograr algo más grande para satisfacer a mi nación".

"No se puede ganar ninguna guerra sin el apoyo de las masas. Necesitamos al pueblo de nuestro lado", ha declarado Gilani, que ha considerado que la relación de colaboración entre ambos países, forjada tras los atentados del 11-S en 2001, solo puede continar si se basa "en el respeto y el interés mutuo".

Preguntado sobre si Pakistán está recibiendo ahora ese respeto Gilani respondió claramente: "En este momento no".