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Las elecciones egipcias registran una participación del 62%, la más alta de su historia

  • Está por debajo del 70% que habían adelantado los militares
  • Cuatro de los cinco candidatos individuales superan el 50% de los votos
  • Los jóvenes vuelven a Tahrir para pedir la salida de la junta militar

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Una manifestantes contra el ejército en la plaza Tahrir de El Cairo.
Una manifestantes contra el ejército en la plaza Tahrir de El Cairo.

La participación en la primera ronda de las elecciones legislativas en Egipto, las primeras libres desde 1952, ha sido del 62%, "la más alta de sla historia", pero inferior a la que predijo la junta militar que gobierna el país, que la situó por encima del 70%, según ha informado este viernes el presidente de la Junta Electoral egipcia, Abdelmoaiz Ibrahim.

En una rueda de prensa, Ibrahim ha explicado que votaron casi 8,5 millones de personas sobre los más de 13,6 millones de electores que estaban llamadas a las urnas en esta ronda, que se celebró en nueve provincias, entre ellas El Cairo y Alejandría, y cuya segunda vuelta se disputará los próximos días 5 y 6.

Las autoridades electorales han difundido también los nombres de los candidatos que concurren en listas individuales que pasan a la segunda vuelta de esta ronda inicial de votaciones.

Tan solo cuatro candidatos individuales -que formarán un tercio del nuevo Parlamento- han conseguido superar el 50 % de los votos, lo que les permite conseguir el escaño sin necesidad de una segunda vuelta.

Entre ellos está el reconocido politólogo y analista liberal Amr Hamzawy, que representará a la acomodada circunscripción cairota de Heliópolis en la Cámara Baja.

Junto a él, los otros candidatos que superaron la mitad de los votos fueron los representantes de los islamistas Hermanos Musulmanes Ramadan Salem, en El Cairo, y Akram El Shaer, en Port Said (norte), así como el periodista Mustafa Bakry, de tendencia nacionalista árabe, también en El Cairo.

Además, hay cerca de un centenar de candidatos que se disputarán sus escaños en la segunda vuelta.

Incertidumbre electoral

La incertidumbre creada por el retraso en la publicación de los votos -con el argumento de que aún no ha terminado el recuento- se suma a las críticas que ha recibido en las últimas horas la Junta Electoral por la supuesta mala organización de los comicios.

La Asociación Egipcia para el Desarrollo de la Participación Social ha considerado que la mala gestión de la Comisión Electoral propició "numerosas irregularidades", que sin embargo, no lograron desvirtuar el conjunto de los comicios.

Según dijo el pasado jueves en rueda de prensa el presidente de la asociación, Magdy Abdelhamid, "el proceso electoral se ha desarrollado con bastante justicia e integridad".

Sin embargo, "la mayoría de decisiones cruciales han sido tomadas por la Junta Militar y no por la Comisión Electoral", destacó Abdelhamid, para quien la autoridad electoral "no estaba lista para celebrar estas elecciones y debería haber tenido el tiempo suficiente para prepararlas".

La asociación ha recogido abundantes infracciones electorales, a la cabeza de las cuales se situaron las formaciones que lideran el recuento de los votos, el Partido Libertad y Justicia (PLJ) y Al Nur.

Éxito islamista

El éxito islamista en las urnas del país más poblado del mundo árabe refuerza una tendencia en el norte de África, donde islamistas moderados en Marruecos y Túnez han vencido de forma clara en los comicios legislativos celebrados en los últimos dos meses.

"Hemos intentado todo, ¿por qué no probar una vez con la ley islámica?", se ha preguntado en voz alta Ramadan Abdel Fattah, un funcionario de 48 años.

El Parlamento, cuya composición exacta no se conocerá hasta que finalice un largo proceso electoral que terminará en enero, podría alterar el poder que hasta ahora y desde cayó Mubarak en febrero tiene la junta militar, que no cederá oficialmente el mando del país hasta que se celebren los comicios presidenciales, posteriores a la elección legislativa.

Presionada para ceder el poder a los civiles -el motivo de los sangrientos enfrentamientos producidos antes de los comicios entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes que este viernes vuelven a Tahrir- la junta miltar quiere mantener su poder de nombrar o echar a un gobierno mientras que los Hermanos Musulmanes, los favoritos para los comicios y la principal formación islamista, han declarado que los que tengan la mayoría en el parlamento deben formar gobierno independientemente de lo que digan los militares.

Los Hermanos han adelantado este viernes en su página web que su partido Justicia y Libertad ha ganado el 43% de los asientos que se reparten las listas de partidos -dos tercios del total- en unos comicios que han tenido algunas irregularidades pero han tenido una participación récord.

Pero la principal sorpresa ha sido la formación salafista Al Nour, una formación más conservadora que los hermanos, que según los Hermanos habría logrado un 30% de los escaños.

Los salafistas quieren prohibir que las mujeres y las minorías religiosas como los cristianos tengan altos cargos y quieren volver al código islámico lieral para pohibir el alcohol, el arte "antiislámico" y la literatura del mismo tipo, así como el turismo de playa que muestra el cuerpo.

Mientras, la coalición liberal Bloque Egipcio se habría asegurado una quinta parte de los votos para su lista.

Esta "marea islamista", todavía por confirmar, ha suscitado temores entre los laicos y la comunidad copta en Egipto, que los Hermanos han querido calmar con un comunicado en el que instó a construir un Parlamento equilibrado que represente a todo el pueblo.

Asimismo, ha atajado los rumores acerca de una posible alianza con Al Nur, ya que las conversaciones sobre un futuro Ejecutivo son "prematuras".

Manifestación en Tahrir

Pese a todo, las perspectivas para el frente islamista se antojan halagüeñas, más aún si se tiene en consideración que ya han votado las metrópolis de El Cairo y Alejandría, y el voto de las provincias rurales, en la segunda y tercera fase, suele ser conservador.

El Movimiento 6 de abril, formado por los jóvenes que formaron la revuelta contra Mubarak, ha decidido no presentarse pero ha asegurado que la victoria de ningún partido puede ser causa de preocupación.

Estos activistas han vuelto a manifestarse este viernes para protestar para recordar a los "martirizados" y reforzar su petición de que el ejército deje el poder inmediatamente tras las oraciones del viernes en la plaza Tahrir, el epicentro de la oposición al régimen.