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Activistas de Greenpeace se infiltran en una central nuclear francesa

  • Lo hacen para poner en evidencia los fallos de seguridad
  • La central de Nogent-sur-Seine está a 95 kilómetros al sur de París

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Un activista de Greenpeace consigue subir a la cúpula de uno de los reactores de Nogent-sur-Seine y descuelga una bandera contra la energía nuclear.
Un activista de Greenpeace consigue subir a la cúpula de uno de los reactores de Nogent-sur-Seine y descuelga una bandera contra la energía nuclear.

Varios activistas de la organización ecologista Greenpeace se han infiltrado esta mañana en la central nuclear de Nogent-sur-Seine, un centenar de kilómetros al sureste de París, en una operación con la que querían poner en evidencia las fallos en los mecanismos de seguridad de la instalación.

Los activistas consiguieron subir a la cúpula de uno de los dos reactores del complejo a las 7.30 horas donde tenían intención de pintar una señal de peligro, ha explicado Greenpeace en un comunicado, en el que aprovecharon para denunciar la seguridad de las centrales nucleares francesas, que producen en torno al 75 % de la electricidad de Francia.

"Esta acción muestra hasta qué punto las centrales nucleares francesas son vulnerables: unos simples activistas con intenciones pacifistas han conseguido, con pocos medios, llegar al centro de una central nuclear. ¿Por qué? ¿Cómo? Porque los dispositivos de seguridad son insuficientes", ha subrayado la organización.

A examen tras el desastre de Fukushima

El ministro francés de Industria y Energía, Éric Besson, ha señalado que si se confirmaba la infiltración de Greenpeace "eso quiere decir que ha habido disfunciones y que habrá que tomar disposiciones para que no se reproduzca".

La asociación antinuclear ha aprovechado para cargar contra la auditoría encargada por el Gobierno francés sobre las instalaciones nucleares del país tras el desastre de Fukushima en Japón, y en particular el hecho de que se haya limitado a evaluar el riesgo de fenómenos naturales,  como un terremoto o una inundación.

"Los riesgos de origen humano tendrían que haber sido integrados en este análisis, en una acción de revisión global de la seguridad, ha afirmado la organización, que ha insistido en que pese a las "medidas excepcionales y dignas de las mejores películas de acción" de las que el Ejecutivo se jacta "los militantes de Greenpeace muestran hoy que las instalaciones nucleares francesas son muy frágiles".