'Lobos de Arga' - Juan Martínez Moreno : "Primera parada: Sitges"
- El director nos comenta el excepcional recibimiento de la película
- Y las buenas críticas recibidas
Y nos vamos todos al festival de Sitges, al estreno mundial de Lobos de Arga. Somos un huevo de gente: los productores Tomás, Emma y Borja, el compositor de la BSO, Sergio, los actores Gorka, Carlos y Secun, y un servidor. Además están Lara y Alberto, del departamento de prensa.
Y vamos todos acojonados, para que os voy a mentir. Para empezar, es la primera vez que el público va a ver la peli. No tenemos ni pajolera idea de cómo van a reaccionar. ¿Gustará, no les gustará?
Y luego está el hecho de que Sitges es primordialmente un festival de cine fantástico y de terror. Sí, vale, LDA va de hombres lobo. Pero tampoco es terror, terror. El público allí es muy purista, lo mismo no les hace ni puta gracia la combinación de géneros, y nos da un palo de cojones. Un amigo, director de cine, asiduo al festival, me confesará después que estaba muy preocupado por eso.
Los nervios del estreno
Llegamos el día de la inauguración, proyección de Eva y fiesta posterior. Estoy tan atacado que no puedo comer nada, así que me meto cuatro gin tonics en vacío, a ver si me calmo. Lo que hago es pillarme un pedo del carajo. El equipo a mi alrededor parece más tranquilo, pero a mi no me engañan. Están tan cagados como yo. Bueno, pienso, con este pedo al menos dormiré como un niño.
Un huevo. Me meto en la cama y los nervios vuelven a aflorar. Malduermo un par de horas y me levanto, incapaz de seguir en la habitación. Me doy un baño en la piscina del hotel (27 de Octubre, 08:00 am) y se me congelan las pelotas. La gente que está desayunando me mira como si fuera gilipollas. Debo serlo. Al menos se me pasa la resaca…
A las 10 es el pase de prensa. Me asomo por allí, pero no puedo estar más de un minuto, mierda de nervios.
Las entrevistas
A las doce empezamos las entrevistas los actores y yo. Bueno, todos menos Secun De la Rosa, que tenía que haber llegado la noche anterior de Los Angeles (no los de San Rafael, los de California), donde estaba rodando una serie de televisión. Su vuelo se ha retrasado, ha llegado a Madrid a las 4 de la mañana y después de mil peripecias conseguirá llegar a tiempo para la rueda de prensa.
Empiezan las entrevistas, y el feeling que recibimos es que la peli ha gustado. Gente de páginas web como Aullidos, Sci/Fi World,Diario de Venusville, La casa de los Horrores,… Nos transmiten su buen rollo con la peli. A la prensa “seria” también le ha gustado. Es un buen comienzo.
Luego rueda de prensa: va todo muy bien. Los actores, benditos sean, están muy divertidos, transmiten buen rollo. Sortean algunas preguntas disparatadas con humor muy negro.
Nos vamos a comer, y una vez más no puedo tragar bocado. Si me habéis visto físicamente sabréis que eso es difícil de creer, así que imaginaros mi estado mental.
El pase para el público
A las 20:00 es el pase de público. El momento definitivo. El ojo del tigre, el culo del mono, como lo queráis llamar. Ahí es donde vamos a ver por fin si los cuatro años de trabajo dedicados a LDA han merecido la pena o si, por el contrario, tengo que dedicarme a otra cosa.
Tenemos que presentar la película. Suma mi odio a hablar en público a los nervios que ya tengo, y obtienes una taquicardia. Me tomo otros cuatro gin tonics, pero ya ni me emborracho. Comienzo a sudar. Mucho.
Llegamos a la sala y una pequeña decepción: la sala no está llena. Quizás un poco más de la mitad, unas ochocientas personas. Bueno, da igual. Salimos al escenario, yo como si me hubiera bañado vestido en la piscina un minuto antes. Consigo balbucear unas palabras y ya está. Nos sentamos, se apagan las luces y, en el silencio antes de la tempestad, me pregunto cómo se nos ha ocurrido ir allí, a ese festival, los fans del cine de terror nos van a odiar. Y estoy a punto de levantarme e irme corriendo a mi habitación, a llorar como una niña. Pero no lo hago, no por falta de cobardía, sino porque estoy paralizado.
Y empieza la película: la primera secuencia, un flashbacks con los títulos de crédito, hecha en animación con una voz en off. Acaba.
Y la gente aplaude. Tomás, mi productor, y yo nos miramos desconcertados.
"Una ovación del carajo"
Sigue la película. Y se ríen. Aparición del personaje de Carlos Areces, y nuevos aplausos. Tomás y yo volvemos a mirarnos, convencidos de que alguien ha quemado dos kilos de marihuana por el conducto del aire acondicionado.
Y va todo de maravilla. El público ríe sin parar, aplaude doce o trece veces durante la proyección, y al final nos da una ovación del carajo. Yo no me lo puedo creer, la cara de idiota que tengo es para verla. A la salida la gente se nos acerca, nos felicita, nos dice cosas super bonitas. El comentario general es que nadie se esperaba que la peli fuera así. Independientemente de la comedia han notado el amor y el respeto por el género de terror, y lo agradecen. Mucho.
Y entonces ya sí, me relajo y me pillo el pedo del siglo. Pero esta vez disfrutándolo.
Al día siguiente salen las críticas. Son casi todas muy buenas (bendito Capitán Spaulding), aunque a alguno no le ha gustado. Bueno, no se puede tener todo.
Además, ese día ocurren una serie de cosas de lo más alucinantes. No puedo ni quiero comentarlas todavía, ya que aun no están cerradas y no quiero gafarlas. Si todo sale bien, las contaré más adelante. Digamos tan solo que tiene que ver con la carrera internacional de LDA.
Y así fue Sitges. Ni en nuestros mejores sueños podíamos imaginar que la cosa iría tan bien. Mis agradecimientos eternos al festival, a su director Angel Sala, al personal, a Aullidos, La Casa de los Horrores, Sci/Fi Wolrd, Diario de Venusville y todas las demás páginas web que nos han ayudado a dar a conocer cómo es de verdad Lobos de Arga. Y, sobre todo, de corazón, a las ochocientas personas que fueron a ver la película e hicieron que la noche fuera mágica.
En las próximas notas, os contaré como fue la película en la Semana de Cine de Terror de Donosti, una de las plazas más difíciles que he visto en mi vida.