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Un doble atentado suicida contra chiíes deja más de 60 muertos en Afganistán

  • Centenares de personas habían congregado para celebrar la fiesta de la Ashura
  • Hay medio centenar de muertos, incluidos mujeres y niños, y 150 heridos
  • Otro ataque bomba ha matado a cuatro personas en el norte de Afganistán

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Más de sesenta personas han muerto hoy en Afganistan en dos atentados suicidas

Dos atentados, uno en Kabul y otro en el norte de Afganistán, han dejado más de 60 heridos y 130 heridos en una ataque sectario  sin precedentes contra chiíes que celebraban la festividad religiosa de  la Ashura, solo un día después de que la comunidad internacional se comprometiera a seguir ayudando al país al menos hasta 2024.

En uno de los atentados más brutales desde el inicio de la guerra en 2001, centenares de personas se habían congregado en una  mezquita de la parte viaje de la capital afgana con motivo de la celebración de la fiesta religiosa chií, cuando el terrorista suicida hizo explotar una bomba en el santuario, matando a 60 personas, entre ellas mujeres y niños que se encontraban en el santuario.

A las fueras de un hospital del centro de Kabul, las víctimas lloraban junto a un monton de zapatos y ropas. Una mujer que sostenía una zapatilla de deporte manchada en  sangre dijo a la agencia Reuters que su hijo de 20 años había muerto en el atentado. "Han  matado a mi hijo... este es su zapato", gritaba.

Poco después de la explosión de Kabul, una motocicleta bomba estalló cerca de otra mezquita en la ciudad norteña de Mazar-i-Sharif,  matanto a cuatro personas e hiriendo a 17. Las calles de la ciudad estaban atestadas de fieles que celebraban la Ashura, pero no se ha podido cofirmar si el ataque iba dirigido también contra los chiíes.

Karzai y los talibanes condenan el ataque

El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, ha condenado el atentado suicida y ha advertido de que "esta es la primera vez que ocurre un acto terrorista tan horrible durante la celebración de un día religioso tan importante en Afganistán". Karzai ha hecho estas declaraciones en una rueda de prensa conjunta con la canciller alemana, Angela Merkel, con la que se ha reunido a primera hora para fijar las bases de su colaboración más allá de 2014, fecha de la retirada de las tropas internacionales.

Hasta el momento, nadie se ha responsabilizado del ataque. Un portavoz de los talibanes ha negado su implicación y ha condenado "enérgicamente" el atentado.

"Afganistán ha estado en guerra durante 30 años y han ocurrido cosas  terribles, pero una de las cosas de la que los afganos se habían librado  en general ha sido lo que parece ser este tipo de ataques sectarios  dirigidos", ha señalado Kate Clark, de la Red de Analistas de Afganistán.

Afganistán tiene un importante historial de violencia y tensión entre la mayoría suní y la minoría chií,  pero tras la caída de los talibanes habían disminuido este tipo de atentados sectarios a gran escala que tanto preocupan a la vecina Pakistán.

Sin embargo, los ataques sectarios contra la minoritaria comunidad chií son  habituales en algunos países musulmanes durante la fiesta de la Ashura,  que en estos días reúne a miles de fieles en los santuarios de esta rama  del islam.

La mayor fiesta del calendario chií

La fiesta musulmana de la Ashura, el mayor evento en el calendario musulmán chií, conmemora el martirio del nieto del profeta Mahoma, Hussein, en la batalla de Karbala en Irak en el año 680.

Los atentados de este martes se producen un día después de que la comunidad  internacional se comprometiera en la conferencia de Bonn sobre el  futuro de Afganistán, a apoyar financieramente al país asiático tras la  retirada en 2014 de las tropas internacionales.

En la vecina Pakistán, decenas de miles de soldados paramilitares y agentes de policía se han desplegado para evitar incidentes. La violencia sectaria se ha intensificado en este país desde que los militantes  suníes estrecharan sus vínculos con Al Qaeda y los talibanes  paquistaníes después de que el Gobierno de Islamabad se uniera a la  campaña liderada por Estados Unidos contra el terrorismo islamista tras  los atentados del 11-S.