Julian Assange cumple un año de calvario judicial
- Assange podrá presentar un recurso ante el Supremo para evitar su extradición
- El fundador de Wikileaks ha mantenido que su caso tiene motivaciones políticas
Ver también: Especial 'Cablegate'
Hacía apenas diez días que las filtraciones de Wikileaks habían tambaleado los cimientos de la diplomacia internacional, cuando un tranquilo Julian Assange, convertido entonces en el hombre más buscado, acudía por su propio pie a las 09.30 de la mañana a una comisaría de Londres, donde sería detenido en virtud de una orden de arresto internacional emitida por la Interpol. Fue el 7 de diciembre de 2010.
Suecia le reclamaba por tres delitos de agresión sexual y uno de violación cometidos en el verano de 2010, aunque el fundador de Wikileaks siempre ha mantenido que todo se trata de una maniobra para desprestigiarle y acabar extraditándole a EE.UU., donde le esperan un sinfin de enemigos por revelar documentos secretos que han puesto en jaque al Gobierno norteamericano.
Hoy, un año después de su detención en Londres, Assange sigue librando una ardua batalla judicial para evitar su extradición a Suecia. Tras dos dictámines en su contra, el Tribunal Superior de Londres ha aceptado que el australiano pueda recurrir al Supremo, que deberá aceptar o no el recurso.
Aislamiento en la campiña inglesa
Doce días tiene ahora por delante Assange para presentar una apelación formal y, mientras la prepara, sigue aislado en una mansión de la campiña inglesa acompañado por el adinerado y fiel defensor de la causa periodística, "el tío Julian" Vaughan Smith. Una pulsera electrónica vigila su paradero, casi siempre cercano a la lujosa residencia de Ellingham Hall, desde donde se traslada cada día a firmar en la comisaría más cercana.
Sus apariciones públicas se han ido diluyendo con el paso del tiempo coincidiendo con su cambio de abogados y estrategia judicial. Desde junio es la prominente defensora de los derechos humanos Gareth Peirce la que lleva su caso en lugar del sempiterno Mark Stephens.
Pero su retiro no solo es consecuencia de su arresto domiciliario, sino que también tiene que ver con un aislamiento mediático orquestado, según él, por los mismos periódicos que publicaron flamantes exclusivas de los 250.000 despachos diplomáticos, entre el Departamento de Estado de EE.UU. y más de 270 embajadas estadounidenses en todo el mundo.
Últimas apariciones públicas
En el documental "True Stories: Wikileaks", de Channel Four, Assange tacha al periodismo británico de “industria ratera y puta que te apuñala por la espalda” y dirige sus críticas especialmente al The Guardian por desvelar "selectivamente" detalles de su vida privada. Y tampoco deja pasar la oportunidad de censurar la connivencia del New York Times con la Casa Blanca. “Cuando un grupo mediático es poderoso por un tiempo demasiado largo, pasa a integrarse en el red y a formar parte de la elite”, señala.
Su comparecencia más sonada fue la que protagonizó el pasado 24 de octubre junto al número dos de Wikileaks, Kristin Hrafnsson, para anunciar que la organización no publicará más secretos por falta de fondos ante la "asfixia financiera de EE.UU".
Parece que el guión de Wikileaks y el de su fundador se escribe de forma paralela. No hay duda de que la película continuará en 2012.