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Condenado a 32 años el etarra Agirresarobe por el asesinato de Pagazaurtundua

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La Audiencia Nacional ha condenado a 32 años de prisión al etarra Gurutz Agirresarobe por el asesinato del jefe de la Policía Municipal de Andoain (Guipúzcoa) Joseba Pagazaurtundua en febrero de 2003, aunque le ha absuelto por integración en ETA al no haber quedado "suficientemente acreditada".

Así lo ha acordado en su fallo la sección tercera de la sala de lo penal de este tribunal, que condena a Agirresarobe, que estaba "inmerso en el Movimiento Nacional de Liberación Vasco" y siguiendo instrucciones de la banda ideó la muerte de Pagazaurtundua, por los delitos de asesinato y tenencia ilícita de armas.

Según los magistrados,  el ADN recogido en una taza de café que tomó el asesino de Pagazaurtundua antes de descerrajarle cuatro tiros en el bar Daytona de Andoain "es suficiente" para condenarle, ya que se corresponde con el hallado de una botella en la que Agirresarobe bebió durante su declaración ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska.

Autor del plan

El tribunal, compuesto por el presidente Alfonso Guevara y las magistradas Ángeles Barreiro y Clara Bayarri, considera probado que el acusado, "inmerso en el Movimiento de Liberación Vasco de la izquierda abertzale (MLNV)" y "siguiendo las instrucciones" de la banda, "ideó el plan para acabar con la vida" del sargento.

De esta forma, sobre las 9:30 horas del 8 de febrero de 2003, Agirresarobe, vestidos con ropa oscura y un gorro que tapaba parte de su rostro, accedió al bar Daytona de Andoain (Guipúzcoa), "tomó asiento en un taburete de la barra, cerca de la puerta de entrada, donde pidió un café con leche" y empezó a leer el periódico.

Veinte minutos después, cuando solo quedaban en la barra dos clientes y una empleada del establecimiento, se dirigió a la mesa en la que se encontraba Pagazaurtundua y, "de pie enfrente de dicha persona, extrajo el arma de fuego que portaba escondida y le disparó cuatro proyectiles", provocándole la muerte.

La autoría de la banda se refleja, a juicio del tribunal, en los comunicados en los que ETA reivindicó esta acción en los periódicos Gara, Deia y Diario Vasco el 19 de marzo de 2003.

Absuelto de integración en ETA

Sin embargo, encuentra "huérfana de prueba" la acusación por delito de pertenencia contra Agirresarobe, si bien menciona "dos casualidades que lo vinculan a ETA", como que jugara en el mismo equipo de Rugby que Beñat Aguinagalde -supuesto asesino del ex concejal socialista de Mondragón Isaías Carrasco- y que fuera pareja de Aitziber Ezkerra, detenida junto él en agosto de 2010.

El tribunal da cuenta de cómo la Ertzaintza comenzó a seguirle tras la desarticulación en marzo de 2009 del "complejo Donosti" y recogió una botella en la que el condenado bebió en el "bar Iñaki" de Irún, así como en otra utilizada durante su declaración ante el juez Fernando Grande-Marlaska, cuyos perfiles coinciden "sorprendentemente" con el del asesino de Pagazaurtundua.

Tras insistir en que fue adecuada la cadena de custodia de la taza, que la defensa cuestionó, la sala hace hincapié en que la muestra de ADN es "suficiente aunque no ideal" y que "reputa la responsabilidad del acusado", que se refuerza además con "otros indicios de su persona y periféricos al hecho".

Por ejemplo, el hecho de que en aquellas fechas trabajara en Andoain y viviera en Hernani, a diez kilómetros de esa localidad; los 6.000 euros y la documentación intervenida en su casa que "concitan la proximidad del acusado al movimiento independentista" de la izquierda abertzale.

Unos indicios que "dotan de mayor potencia probatoria" las pruebas genéticas, a los que se une el hecho de que el asesino pidiera su consumición en euskera, lo cual reduce la cifra de partida de sujetos con los que puede coincidir el perfil hasta limitarla a ciudadanos que radiquen en el País Vasco.

Los testigos oculares

Como otras pruebas de cargo, el tribunal recoge los distintos testimonios ofrecidos durante el juicio celebrado el pasado mes de noviembre por testigos oculares de los hechos, que relataron cómo el asesino se encontraba en la barra del bar tomando un café con leche antes de levantarse y efectuar los cuatro tiros.

La camarera que sirvió la consumición a que Agirresarobe subrayó cómo después del atentado ordenó "no tocar nada" para señalar posteriormente a la Ertzaintza la taza en que usó el asesino, que fue preservada junto con el platillo y la cucharilla, tal y como explicó el instructor de las diligencias, explica la sentencia.

Asimismo, insiste en que el lugar donde se colocó el autor del crimen, que ofreció un "rato de espera" tomando un café y leyendo el periódico para "generar un clima de confianza" en la víctima para que así "abandonara cualquier medida de vigilancia", hace "indiscutible" que el fallecido no pudo reaccionar, "resultando estéril el arma que portaba consigo legítimamente".