Grecia aprueba un austero presupuesto marcado por la división en el Gobierno
- Papadimos: “La posición de Grecia en Europa no es negociable”
- El debate ha dejado claro las fisurasde la coalición en el Gobierno
El Parlamento griego ha ratificado durante la madrugada de este miércoles con una abrumadora mayoría el presupuesto para 2012, que recorta severamente el gasto público y consolida la política de austeridad exigida por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para seguir ayudando al país a combatir su enorme deuda.
“La posición de Grecia en Europa no es negociable”, ha dicho el primer ministro Lukás Papadimos en el Parlamento.
Aunque la mayoría que suman socialistas, conservadores y la ultraderecha que respalda al Gobierno del primer ministro Lukás Papadimos ha permitido sacar adelante el proyecto sin sobresaltos, los partidos de la coalición han demostrado durante el debate que las fisuras en la coalición son muy profundas.
Según Papadimos, los objetivos de los presupuestos son "difíciles de alcanzar pero no imposibles", algo frente a lo que varios diputados, tanto del Partido Socialista Panhelénico (PASOK) como de la conservadora Nueva Democracia (ND), se han mostrado escépticos.
Objetivo presupuestario
El objetivo principal de los presupuestos de 2012 es lograr un superávit primario del 1,1 % que, tras el pago de deuda e intereses, llevará a un déficit del 5,5 % del PIB, frente al 9 % que se espera para 2011.
Para ello, el gasto público se recortará en 5.000 millones de euros al reducir los salarios públicos, las pensiones y el presupuesto de Educación, que será un 60 por ciento más bajo, entre otras partidas que serán disminuidas.
En cambio, crecen las partidas para armamento militar y para Interior. Los ingresos del Estado se verán aumentados un 7,1 % a través de la aplicación de nuevos impuestos indirectos y una mayor tasación directa, que se centrará en los particulares, mientras que la presión fiscal a las empresas disminuirá.
Un total de 258 de los 299 diputados que han participado en la votación, de los 300 legisladores que componen el Parlamento, han dado el "sí" a las nuevas cuentas públicas, mientras que 41 diputados del Partido Comunista y la Coalición de la Izquierda Radical junto a los independientes progresistas se han opuesto.
Cruce de acusaciones
Antonis Samarás, líder de la segunda fuerza parlamentaria, la conservadora Nueva Democracia (ND), ha culpado de la severidad de los recortes incluidos en el Presupuesto a los "pecados" del Gobierno de (el ex primer ministro socialista) Yorgos Papandreu, pero ha dado el apoyo de su partido "para asegurar la viabilidad de la deuda griega".
Eso sí, ha insistido en que el actual Ejecutivo "es un Gobierno de transición, no de coalición", por lo que ha exigido que se celebren elecciones en febrero, en un nuevo giro de un político que ha cambiado en varias ocasiones su parecer al respecto.
Papandreu, aún líder del partido socialista PASOK, ha defendido el trabajo de su Gobierno y ha acusado al Ejecutivo predecesor, de Nueva Democracia, de ser el culpable de haber aumentado la deuda griega de 180.000 millones de euros en 2004 a los más de 300.000 millones actuales y a Samaras de no colaborar.
"La oposición no solo no ha apoyado las reformas que eran necesarias, no solo hizo todo lo posible para desacreditar al país en el extranjero, sino que incluso ha adoptado formas extremas de violencia", ha denunciado.
El ministro de Finanzas, el socialista Evangelos Venizelos, también ha criticado indirectamente a Samarás al avisar a la coalición de que los contratos de los nuevos préstamos internacionales no están listos, sino que dependen de las negociaciones de las próximas semanas, por lo que pidió la cooperación de los tres partidos que componen el gobierno.
De ahí que el primer ministro tuviera que hacer un llamamiento a la "unidad nacional".
"El esfuerzo nacional no acaba en 2012"
"El esfuerzo nacional no acaba en 2012. Durará por muchos años", ha avisado Papadimos en su intervención ante el hemiciclo, pidiendo a los diputados un esfuerzo por mantenerse unidos en torno al Gobierno de coalición.
"No estamos bajo supervisión de la Troika (que componen la UE, el FMI y el Banco Central Europeo (BCE), sino bajo supervisión de la Historia", ha añadido el primer ministro