Los tres fantásticos del cómic iberoamericano
- Rodolfo Migliari y Darío Adanti hablan sobre el cómic iberoamericano
- Carla Berrocal desnuda el proceso de creación de 'El brujo' en una exposición
Tendrían que haber sido los Cuatro Fantásticos del cómic pero (al igual que la reciente muerte de la antorcha humana) una indisposición de última hora del Leandro Fernández (Hulk, Lobezno) les ha dejado en tres, los argentinos Rodolfo Migliari y Darío Adanti y la madrileña Carla Berrocal.
Un trío inigualable de grandes artistas que han participado en la Casa de América en una charla sobre el cómic actual. Pero Carla ha sido la gran protagonista (aunque ella bromee considerándose la "mujer invisible" de este grupo) ya que esa institución expone sus originales de El brujo (Edicions de Ponent) hasta el próximo 15 de enero.
Los 'Caminos desnudos' de Carla Berrocal
"La exposición Caminos desnudos, comenta Carla, es un viaje al interior de las vísceras de El Brujo que empieza con una vitrina con todas las influencias de la historia. Hay vinilos de Victor Jara, libros de Vicente Huidobro, Pablo Neruda… y sobre todo este librito de Umiliana Cárdenas, Casos de brujos de Chiloé, el que más me influyó. Te cuenta pequeños cuentos relacionados con brujos y pensé que era un material estupendo para una historia".
"La exposición consta de 25 originales de la obra desde el principio, en blanco y negro, hasta que empieza a introducirse el color y las acuarelas. Es interesante porque se ve el proceso y la técnica mucho mejor que en el libro. Me lo tomé como un juego de experimentación, cómo cambiando la técnica y los estilos se podía influir en la narrativa gráfica, es algo lúdico y tiene que ver con la historia que quiero contar. El Brujo con una misma técnica sería otra cosa. Ese juego forma parte de la historia".
"Y además, asegura Carla, creo que la técnica ayuda a la narración. Estar en el Caleuche (Un barco fantasma, como el holandés errante, donde van todos los brujos a emborracharse) y ver esos tonos rojizos y amarillos ayuda a meterse al lector en ese ambiente más cálido. Según la mitología chilena el Caleuche se ve como una luz rojiza en la playa. Y es una superstición que se sigue manteniendo muy viva. Otro ejemplo, los azules del mar le dan un toque más melancólico".
"La muerte es el final y el principio"
En el libro, El brujo va en busca de la muerte. "La muerte, comenta Carla, es el final y el principio de todo. Para el personaje de Porfirio (El brujo) es la meta de su vida. Decide que la vida no merece la pena y la muerte es casi agradable. En Sudamérica la gente va al cementerio como quién va a una cafetería. Es en Europa donde tenemos miedo a la muerte. Allí la muerte forma parte de la vida".
"La imagen del Brujo sale de un libro de cuentos folklóricos de Chiloé, donde hay un personaje con un sombrero y un aspecto muy parecido al de Porfirio. Me pareció la imagen del traje típico chileno con un toque más campechano gracias al sombrero. Confieso que también se parece un poco a mi tío".
"Creo que la mitología de Sudamérica es muy rica y proviene de la mezcla de lo mejor de las dos culturas. La gente convive con el realismo mágico. Ahora hablas de Zeus y es un dios muerto, pero allí hablas de las ánimas, de los muertos, y la gente piensa que han reaparecido. Están muy presentes. Eso es lo bonito".
En cuanto a influencias, confiesa Carla, tengo una santísima trinidad, Osamu Tezuka (Astroboy), Milton Caniff (Terry y los piratas) y Hugo Pratt (Corto Maltés), confieso que el brujo tiene ese aire bohemio y solitario de Corto, pero es más chilote, más cerrado. Desconfiado pero bonachón. También me gustan Johan Sfarr (El principito, La Mazmorrra) o Jorge González (Hate Jazz)".
Carla está tan contenta con los resultados que confiesa que, para sus próximos proyectos, "Me gustaría profundizar en el tema de Chiloé".
Darío Adanti: "Creo que el humor es universal"
Darío Adanti (Buenos aires, 1971) es uno de los autores más renovadores de la historieta de humor en España, habiendo trabajado para los grandes periódicos y la revista el Jueves. También ha conseguido un gran éxito con el libro Mis problemas con Amenábar (Glénat), en colaboración con Jordi Costa.
“Fuera de Sudamérica se conoce más a los humoristas, como Quino (Mafalda), Liniers (Macanudo) o Padrón (Vampiros en la Habana), pero se desconoce la gente que hace novela gráfica o dibuja superhéroes para Estados Unidos, y eso es de lo que hablamos en esta charla, del panorama del cómic latinoamericano en general”.
“Yo tenía trabajo en Argentina, pero también era un chaval que leía a Stevenson y quería vivir aventuras, por eso me puse a viajar por ahí. Pero nunca he trabajado de otra cosa que no sea publicando, porque soy muy jeta. Tuve un truco que me ha servido en Estados Unidos, Argentina y España. Como mi nombre es muy sonoro, yo llamaba a las revistas y preguntaba por el director de arte y cuando la secretaria me preguntaba de parte de quién yo decía: Darío Adanti. Y como se creían que el nombre les sonaba de algo me pasaban con el director. Antes que yo estaba Darío Argento (Director de cine) y a la gente le suena el nombre y me atienden, no es broma".
"Aunque le haga bromas a Rodolfo diciendo que los que hacen superhéroes se forran porque tienen más salida comercial, también es verdad que el cómic humorístico se vende porque es un parásito de la prensa. No hace falta que te conozcan para que te publiquen un chiste en un periódico"
"Yo creo que el humor es universal. Si tomas el caso típico de la mitad del siglo XX para acá en España, que es Azcona, yo me reía mucho con él en Argentina. Y me parece muy internacional. Cuando trabajaba con un amigo en la MTV americana, le puse a un amigo Amarcord, de Fellini y me dijo: “Qué película más surrealista”. Y yo le explicaba que en la adolescencia yo había vivido eso en Argentina, y seguro que en España también".
"Yo creo que hay una fórmula que consiste en quitarte de lo racional o lo esperado, porque el gag es transgredir lo esperado. Tu planteas una secuencia con un final esperado y luego lo cambias, lo llevas a otra cosa, y eso funciona en todas partes, es algo químico, algo cerebral".
"Mi humor es absurdo"
"Mi humor siempre lo he definido como absurdo, assegura Darío porque cuando me decían que hacía humor surrealista matizaba que el surrealismo tenia una carga analítica que lo mío no tiene, es simplemente absurdo".
"Cuando empecé a hacer humor en Argentina alguien me dijo que tenías que plantear una normalidad y rematarla con un absurdo. Pero a mi me gustaban los autores que hacían lo contrario, que planteaban un absurdo como normalidad y luego elevaban ese absurdo a algo más inesperado todavía.
"El absurdo define mi obra, pero con un trasfondo costumbrista porque mis personajes siempre son maltratados y siempre está la figura del perdedor".
Proyectos
"Ahora trabajo con Jordi costa en un nuevo cómic en el que volvemos a meternos con la gente del cine. No puedo decir a quién parodiamos pero se repiten viejas fobias y hay más masacres. En una entrevista Amenábar aseguraba que no había leído el cómic anterior Mis problemas con Amenábar (Glénat) pero que en cualquier caso éramos nosotros los que teníamos problemas con él y no el con nosotros, con lo que me cayó muy bien".
"Desde el verano ya no publico en El Jueves, porque se está remodelando, busca nueva gente de fanzines, de blogs… y a mí me ha servido para plantearme otros temas".
"Estoy preparando una novela gráfica basada en un tema real. Cuando Magallanes descubrió el estrecho, la Reina Isabel Mandó al pirata Francis Drake para atacar a los barcos españoles. Cuando se enteró el virrey Toledo, el representante de Felipe Segundo en el Virreinato de Perú, mandó a Sarmiento de Gamboa a perseguir a Drake. Y ninguno se encontró, es como un Apocalipse Now pero en gracioso, una historia de desencuentros, una metáfora de la vida".
"Además estaba haciendo una historia de animación con el guionista Jorge Riera, Zona Carroña, pero sólo hemos hecho la demo. Y está parado por la crisis y porque los productores te dicen que por mucho menos compran una serie ya hecha a Estados Unidos o Japón, y tienen razón. A ver que pasa".
"Mis referentes en el mundo del humor son antiguos, como Crazy Kat, de Herriman. Sigue siendo muy moderno. También me gusta mucho Oski (Oscar Conti) un argentino que se exilió en Italia e hizo cosas muy buenas como Vera historia de Indias, donde cogía relatos auténticos de los conquistadores e ilustraba exactamente lo que decían. Por ejemplo, una llama la describían como una cabra con cuerpo de caballo y cara de camello y lo ilustraban así".
Rodolfo Migliari: "Soy mi propio modelo"
El argentino Rodolfo Migliari es uno de los portadistas más solicitados del cómic norteamericano gracias a sus espectaculares ilustraciones, y ha sido una de las estrellas de esta edición de Expocómic, donde ya nos habló de su obra. Por eso nos centramos en las portadas, de las que lleva una buena muestra en una carpeta bajo el brazo.
"En esta charla yo hablo de mi experiencia en el cómic norteamericano y de las portadas" (más de 100 cubiertas en 10 años trabajando en Estados Unidos).
"La mayoría de los dibujantes argentinos quieren trabajar en el mercado norteamericano por una cuestión económica y de fanatismo, porque quieras o no, todos hemos crecido con los cómics de Marvel y DC y soñamos con poder dibujarlos".
"El proceso de realización de una portada comienza cuando los editores me mandan la idea, una sinopsis muy breve de lo que va a tratar. Por ejemplo, equis personajes peleando con otros. Y si es necesario, alguna referencia. Entonces yo hago un boceto bastante terminado, porque por el tipo de pinturas que hago, si luego tengo que realizar cambios es muy complicado".
Imita las sonrisas del Joker
Rodolfo nos confiesa que se usa como modelo para sus pinturas. "Primero saco fotos muy graciosas que espero que nunca se hagan públicas. Y a veces, cuando es necesario, modelo algo en 3D y hago un render que luego voy a usar como referencia. Una vez que tengo todo eso me pongo a pintar, lo dibujo con temperas en papel durante una o dos semanas. Lo escaneo y en photoshop hago algunos arreglos de contraste, corrijo algunas manchitas y se lo mando a los editores".
"Me suelo usar como modelo porque es más fácil, no porque me considere un buen modelo. He probado a contratar gente y engañar amigos para que posen pero a veces es difícil transmitir lo que uno quiere que haga el personaje. Y como a mi me encantan los superhéroes me resulta muy fácil. En el momento de hacerme las fotos, en la intimidad de mi estudio, trato de pensar lo que haría ese personaje con las expresiones de la cara y las posturas del cuerpo.
"Por ejemplo, las sonrisas locas del Joker sólo las puedo hacer en la intimidad. Y gracias a dios que existen las cámaras digitales. Te recuerdo que empecé haciendo fotos con cámaras analógicas y había que ir a revelarlas. Y ahí llegaba el momento incómodo, porque en Argentina está la costumbre de que te enseñan las fotos para que les des el visto bueno. Y siempre pasaba lo mismo: abrir el sobre, ver lo que había, cerrarlo y pasármelo sin mirarme a los ojos. Esa es la historia de mi vida. Y soy una persona muy tímida, pero para estas cosas lo hago".
"Para ser dibujante hay que practicar mucho"
"No hay otra manera de ser dibujante que practicando, practicando y practicando, invirtiendo muchas horas. Luego, ser objetivo, no preguntar a la madre que opina porque siempre va a decir que es lo más lindo del mundo. Ni a los amigos. Hay que tratar de conseguir la opinión de los profesionales, practicar mucho y seguir insistiendo a las personas adecuadas".
"La editoriales siempre buscan nuevos talentos. Y a una persona con talento y capacidad no le van a decir que no".
"Mi experiencia en Expocómic ha sido maravillosa. Yo me resistía a ir a las convenciones hasta que vine aquí hace dos años. Y fue tan maravilloso que es lo que ha animado a continuar asistiendo. Y Madrid me encanta, la estoy disfrutando cada minuto".