'El vino de la fiesta de San Martín', de Bruegel el Viejo, cuelga ya restaurado en el Museo del Prado
- Fue adquirida en 2010 y es uno de los últimos descubrimientos del arte flamenco
- Mira en un visor interactivo el antes y después de la restauración
La obra El vino de la fiesta de San Martín de Pieter Bruegel el Viejo, considerada el descubrimiento más importante de arte flamenco de los últimos 25 años, cuelga por primera vez en las paredes del Museo del Prado tras casi dos años de laboriosa restauración.
Adquirida por el Ministerio de Cultura para el Prado por siete millones de euros, de los cuales tres millones han salido del museo y el resto del Ministerio, la inclusión de la obra en las colecciones del Prado suponen "unos Reyes Magos anticipados" en opinión de Miguel Zugaza, director del museo nacional.
Para él hoy es un día feliz en el que se celebra la culminación de la delicada restauración de la pintura, en cuya primera fase se autentificó la autoría de Bruegel el Viejo, la figura más importante de la pintura flamenca del siglo XVI del que se conocen 41 obras.
Exhibición individual hasta el 25 de marzo
La obra, junto a su radiografía y un vídeo explicativo (el vídeo también en la web del museo en la página del museo muestra el proceso de verificación, de autoría y de restauración de la obra), se exhibirá individualmente hasta el 25 de marzo, y posteriormente se incorporará "a una de las mejores colecciones de pintura flamenca" haciendo del Museo del Prado "más excelente de lo que era", según Zugaza.
Gabrielle Finaldi, director adjunto del museo, mostró también su alegría por esta incorporación "que hace dos años nos hubiera parecido imposible ya que solo existían 40 obras de Bruegel el Viejo y todas ellas estaban ya en museos".
El vino de la fiesta de San Martín incrementa el conocimiento del pintor flamenco, del que el Museo del Prado posee el óleo sobre madera El triunfo de la muerte, la única pintura que hasta ahora existía del artista en España.
Bajo el barniz, un tema popular y un Bruegel autentico
Pintada con temple de cola sobre tela sin preparación, representa un tema muy popular en la segunda parte del siglo XVI, la fiesta de San Martín "que en los Países Bajos coincide con el final de la cosecha y el principio del invierno", comentó durante la presentación de la obra Manfred Sellink, director del Museo de Brujas
En esta fecha "se repartía vino y comida entre los necesitados", señaló el especialista de Bruegel, que en esta composición ha mezclado la virtud y el vicio "algo que es muy habitual en él.No se trata de una escena campestre sino que nos muestra al Bruegel humanista.
Es una de sus obras más ambiciosas y de mayor calidad y en ella se muestran todas las calidades del trabajo de Bruegel", afirmó Sellink.
La historia de 'El vino de la fiesta de San Martín'
El primer propietario documentado de la obra fue, según fuentes de El Prado, el IX duque de Medinaceli, quien probablemente la adquirió durantes los años en que estuvo en Italia, como embajador en Roma, primero y como virrey de Napoles, después. Su colección era valiosísima y en ella se incluían pinturas de la talla de Las Hilanderas de Velazquez.
La obra, el lienzo de el lmayor tamaño (148x270,5 cms.) de los que se conservan del pintor flamenco, se encuentra en España desde 1702, año en el que el IX duque de Medinaceli regresó a nuestro país.
El cuadro llego al Museo del Prado en noviembre de 2009 a través de la casa de subastas Sotheby's, procedente de una colección particular española con la atribución de Pieter Bruegel el Viejo para su estudio y posible compra. Los análisis técnicos permitieron reconocer la singular grafía del pintor enmascarada por una gruesa capa de barniz poliéster cuya eliminación permitió identificar su mano en superficie.
Se confirmó así, la autoría de Bruegel de la que no existe duda tras la aparición de la firma del pintor en septiembre del 2010, año en el que el Ministerio de Cultura anunció la compra de la obra, recordó Pilar Silva, jefe del departamento de Pintura Española y Pintura Flamenca y Escuelas del Norte.
"La radiografía nos descubrió que nos encontrábamos ante un Pieter Bruegel, con su forma de hacer los trazos, muy singular, y con unos contornos que recuerdan a Gauguin", señaló Silva para quien, aunque aquí quizá no valoremos bastante al pintor flamenco, "en otros países es uno de los grandes y el descubrimiento de la obra ha sido una fortuna".
Un cuadro destacado en la historia del arte
Durante la restauración, cuya responsable ha sido Elisa Mora, se ha llegado a intervenir "en más de 600 desperfectos. Ha sido un auténtico reto que se ha podido superar".
Además de con la obra de Bruegel el Viejo, el Museo del Prado se ha enriquecido este año con varias pinturas, entre ellas y por adscripción del Ministerio de Cultura La Virgen del Huso y Ecce Homo, de Luis de Morales; La curación de Tobías de Bernardo Strozzi; San Juan y el Niño Jesús besándose de un seguidor de Jos van Cleeve.
Por el sistema de dación las pinturas han llegado las obras La gallinera de Alejandro de Loarte; El Rey David de Ignacio de Ríes.