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Uno de cada dos estadounidenses son pobres o tienen bajos ingresos, según el último censo

  • La clase media se ha visto gravemente afectada por la crisis económica
  • La red de seguridad del gobierno se ha desgastado y faltan ayudas

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Proliferan las "Ciudades campamento" levantadas por los más pobres en EE.UU

La crisis económica está afectando al mundo entero y, especialmente, a aquellos que ya de antemano tenían dificultades o un nivel de vida medio. Pero la situación ha llegado a tal punto que, en el caso de Estados Unidos, ha dejado un dato desolador: uno de cada dos estadounidenses son pobres o tienen que vivir con bajos ingresos.

Esta cifra, récord en la historia del país, la ha reflejado el último censo realizado y del que se hace eco la cadena Mnsbc. Los principales motivos que se apuntan son que el desempleo sigue siendo elevado y que la red de seguridad del gobierno se ha desgastado. La consecuencia directa es la reducción de la clase media ya que, a su vez, lleva años resistiendo un estancamiento salarial, lo que ha terminado haciendo mella en millones de trabajadores y en sus familias.

"Los programas de la red de seguridad como son los vales para obtener alimentos y créditos fiscales evitaron que la pobreza aumentara todavía más en el año 2010 pero muchas familias de bajos ingresos que enfrentan a su vez gastos médicos y otros relacionados con el trabajo son consideradas demasiado "'ricas' para recibirlas, explica Sheldon Danziger, profesor de políticas de la Universidad de Michigan especializado en el mundo de la pobreza.

Reaccionar a tiempo

"La realidad es que el panorma para los pobres y los casi pobres es desalentador. Si el Congreso y los estados siguen haciendo más recortes, no duden que el número de familias pobres y de bajos ingresos siga aumentando en los próximos años", añade.

Según el estudio, más de 90 millones de estadounidenses se engloban en la categoría de bajos ingresos, a los que se suman los 49,1 millones que están por debajo de la línea de la pobreza que juntos suman el 48% de la población del país. Son cuatro millones más que en el año 2009.

Robert Rector, un investigador de la Heritage Foundation, pone en duda si algunas de las personas que han sido clasificadas como pobres o de bajos ingresos pasan realmente penurias materiales. En su opinión, aunque los programas asistenciales han ayudado a muchos estadounidenses, en otros casos considera que han sido ayudas excesivas como por ejemplo aquellas personas consideradas pobres y que viven en casas que son suficientemente amplias, tienen coche propio y hasta poseen televisiones de grandes dimensiones.

"No hay duda de que la recesión ha dejado a muchas personas sin trabajo y de que los ingresos han bajado", aclara Rector. "A medida que vamos saliendo de la recesión, será importante que estos programas promuevan la autosuficiencia en lugar de la dependencia, y que alienten a las personas a buscar empleo".

Por su parte, los alcaldes de 29 ciudades informan de que más de una de cada cuatro personas que necesitaba asistencia alimentaria de emergencia no la ha recibido. También aseguran que muchos estadounidenses de clase media han caído debajo de la línea de pobreza debido principalmente a los recortes salariales, las reducciones forzadas de horas trabajadas o porque uno de los cónyuges ha perdido el empleo. A ello hay que sumarle el hecho de que los costes de la vivienda y del cuidado infantil consumen casi la mitad de los ingresos de una familia.

Los estados del sur y del oeste del país son de los más acstigados y en ellos se concentran la mayor parte de familias de bajos ingresos, incluidos Arizona, Nuevo México y Carolina del Sur, en los que se han eliminado o reducido los programas asistenciales para los necesitados.