Gustavo Sala: "Soy fan de la escuela de Robert Crumb"
- El humorista más rompedor de Argentina ha presentado su trabajo en España
- "Me gustan los chistes brutales y directos y jugar con el absurdo", asegura
Gustavo Sala (Buenos Aires, 1973)
Dibujante, guionista y humorista grafico, a finales de los noventa se integra a la escena del cómic underground con su fanzine “Falsa modestia” y colabora con la revista de informacion “Comiqueando“. En el 2000 sale su primer libro “Falsa Alarma” donde recopila lo mejor de “Falsa modestia“. Luego colabora con varios fanzines , siempre trabajando desde el humor más guarro y absurdo. En el 2005 entra al diario Pagina 12, donde hace la tira “Bife angosto” cada jueves en el suplemento de rock NO de dicho diario (editada en libro por ediciones De la flor en 2008) y que continua hasta hoy, al mismo tiempo empieza a colaborar con la revista infantil “Genios” haciendo juegos y la historieta “Torni Yo” con guiones de Carlos Trillo y Eeduardo Maicas y con Humberto Miranda a cargo del color (al igual que en Bife angosto y el material de la revista Fierro). En 2006 entra a la mítica revista Fierro, que en ese año inicia su segunda etapa. En ella publica tiras, historias cortas y las series “El baño” y “Violeta macho“. En el 2009 sale su libro “Bolatriste“, que recopila material de Fierro, de diferentes revistas y fanzines y material inédito.En 2009 también empieza a publicar sus viñetas de humor en la revista “Rolling stone“, edicion argentina. En la actualidad publica también en la revista El Jueves, y en 2010 se publicó su primer álbum en España de la mano de Diábolo Ediciones "El baño violeta". Sala también hace radio, canta y escribió y actuó en espectáculos de humor.
El argentino Gustavo Sala es uno de los dibujantes de cómic humorístico más brillante, rompedor y salvaje de los últimos años, recuperando ese espítiru gamberro que tenían míticas revistas de la transición como El Víbora o El jueves en su primera época. Y acaba de pasar por España para firmar ejemplares de su libro El baño violeta (Diábolo Ediciones), que recopila dos de las series más rompedoras del autor: El baño y Violeta macho.
"Es una recopilación de dos series enmarcadas en el humor negro, aunque algunos lo han definido como surrealismo escatológico, asegura Sala. Se publicaron en la mítica revista Argentina 'Fierro'.
"Por un lado son chistes brutales y directos y por el otro quería experimentar con la vuelta de tuerca del guión y jugar con el absurdo, con las cosas que aparecen por que sí. Me gusta todo tipo de humor y no tengo prejuicios así que lo junto todo en una ensalada y salen cosas muy interesantes".
'No quiero entrar en detalles, pero el nivel de locura por viñeta es sencillamente insuperable.", asegura el también humorista, Paco Alcázar, en el prólogo.
Humor universal
"En El baño violeta, asegura Sala; hay algunas citas sobre músicos, personajes de la tele y de la cultura “chatarra” de Argentina que no van a conocer en España, pero como todo está sacrificado al guión, en ningún momento el lector se va a quedar fuera, sino que lo extrapolará a algún personaje similar conocido en España. Vais a entender que se trata de un cantante".
"A mi me pasaba lo mismo con las historietas que llegaban a Argentina de El Víbora, Paul Auster, y muchos artistas artistas españoles o americanos. No entendía muchos giros del idioma como “me flipa”, “me corro” y cosas así. Pero siempre me parecieron alucinantes. No me dejaban fuera, sino al contrario, me parecían mucho más ricos. No sé si al español le molestarán los modismos y vocablos argentinos, pero no creo que haya ningún problema".
"Las ideas no las saco mucho de la actualidad, asegura Gustavo. Tengo unas viñetas en las que parodio más a la farándula de la política, la televisión, la música... Pero en las historietas que considero más de autor, como El baño violeta me gusta trabajar a dos niveles, por un lado la influencia de la gente de la calle, el Facebook, la influencia de la tele, la moda, la música, el consumo en general… y por el otro el surrealismo, el costumbrismo mezclado con el delirio marciano".
"Soy de la escuela de Robert Crumb"
"Mi dibujo es humorístico, y me gusta que vaya hacia lo grotesco, la cosa más cruda, asegura Sala. Soy fan de la escuela de Robert Crumb. Me acuerdo que lo descubrí en La historia de los cómics de Javier Coma, en mi juventud me influyó mucho la historieta española que llegaba a Argentina, y aluciné con el capítulo que dedicaban al Underground americano, con Shelton, la revista 'Zapping', el LSD y la locura de los dibujantes de los 70 en California... Y dije: "esto es impresionante. Me gusta el humor “desfachatado”.
"En Argentina he tenido la suerte de que me dejan “irme al carajo”, en mi estilo de humor, sobre todo en la revista 'Barcelona' que es un semanario, como 'El Jueves' de aquí, también en la revista 'Página 12' y en 'Fierro', ahí puedo hacer lo que quiero. Como algunos grandes dibujantes españoles también rompedores, como Paco Alcázar, que también tiene un discurso muy fuerte, en el dibujo, la estética, lo que cuenta".
"La historieta en Argentina está ahora muchísimo mejor que hace diez años e incluso que hace cinco, confiesa Gustavo. La aparición de muchos “sellos” (editoriales) pequeños de fans y de los propios dibujantes metidos a editores, que tratan de contar algo diferente, va descentralizando la cultura de la historieta de de Buenos Aires, que fue la que centralizaba "la movida".
"En Argentina hay muchas líneas estéticas"
"Ahora en ciudades como Rosario, Córdoba, en la Patagonia empieza a haber salones, crítica, aficionados, autores… Es un buen momento para la historia de autor y los proyectos personales. El objetivo más difícil es lograr la distribución fuera del geto de las tiendas especializadas, pero se está consiguiendo gracias a las grandes librerías que apuestan por el cómic. Yo creo que va a seguir creciendo".
"En Argentina, continúa Sala, hay muchas líneas estéticas, lo cual es muy interesante. Hay autores muy diversos como Liniers, con una historieta muy personal, entre poética melancólica, de autor, retro. Hay otros como Sergio Langer o Diego Parés que hacen un humor más visceral, más guarro, como el mío. Y muchos que dibujan Ciencia ficción, costumbrismo, biografía. Hay mucho para elegir".
"Hablar de un resurgimiento del cómic argentino es medio exagerar, puntualiza Gustavo. Hay un movimiento, pero es endogámico, son siempre las mismas caras. La prensa seria está apoyándolo, aunque deberíamos tener medios más grandes como los españoles para que aparezcan fuera de la prensa especializada. Pero la historieta para el público argentino común sigue siendo el Eternauta, Mafalda, Fontanorrosa… lo de toda la vida".
"Hay autores como Luca Varela, Federico Casas, Diego Grimbau… un montón que siguen teniendo mucha obra publicada en Argentina y el mundo, pero son desconocidos para el gran público".
"En la historieta todavía hay caminos desconocidos"
"No creo que el cómic pueda cambiar la sociedad, sería muy ingenuo, rimbombante, casi épico, asegurarlo, pero tampoco descarto que sea imposible. Cómics como Carlitos y Snoopy (Peanuts) seguramente ha cambiado las decisiones de muchas personas en casos puntuales, pero son casos excepcionales".
"Pero en el lenguaje de la historieta todavía hay autores que muestran que hay un camino desconocido. Hay cada vez más posibilidades. Todo eso hace que uno quiera estar a la altura y hacerlo lo mejor posible".