Diáogo entre flamenco y moda

Modesto Lomba ha creado cuatro vestidos para Sonia Olla que estrena Entretiempo.

No es la primera vez que Modesto Lomba firma el vestuario de un espectáculo. Ha vestido a la Compañía Nacional de Danza o a los actores de Arte pero el baúl de una bailaora es diferente.

MODESTO LOMBA: Todo es puesta en escena, desde un desfile a una obra de teatro o una película pero en el flamenco hay un tiempo medido mucho más medido que en otra disciplina.

SONIA OLLA: Además cada artista tiene sus gustos. María Pagés no suele baila con manga larga y yo no puedo bailar con tirantes. Modesto se ha adaptado a mi forma de bailar

M. No quisimos olvidarnos de las raíces ni del flamenco clásico pero sin caer en lo evidente. El volante existe pero el movimiento y la fuerza están cuidados al máximo en los trajes, midiendo el peso de los tejidos, el volumen y la estructura arquitectónica de los trajes.

S. Los dos somos muy exigentes, y hemos cuidado mucho el peso de las telas porque la ropa tiene que bailar conmigo. Yo no bailo igual si no estoy a gusto con lo que llevo.

M. En este vestuario están los detalles que a ella le gusta cuidar y no están los que a ella no le hacen sentir cómoda. Aquí es principal que el traje sea una segunda piel y funcione como funciona su pelo y todos sus movimientos.

S. Ha sido un trabajo compartido entre los dos. Adaptando la ropa a los palos del flamenco. Por ejemplo bailo unos tientos que terminan en zambra de Manolo Caracol que lo bailaba Lola Flores y yo lo hago con un traje rojo sangre. La minera más fina y elegante va con un vestido en verde, el fandango con un sastre y la soleá por bulerías con uno en color azul marino con cintas rojas.

M. La sensación final es magnífica pero no solo por ver cómo se mueven los trajes sino por ver cómo los mueve Sonia.

S. Yo estoy muy contenta con el resultado. Modesto ha sido quien me ha acercado a las pasarelas y en un espectáculo de estas características tenía que ser él quien me hiciera el vestuario. El día del estreno estará conmigo hasta que vaya a arrancar y luego quiero que lo disfrute sentado, aunque… ¡cerca del camerino!