Entrevista a Sonia Olla
- "María Pagés comprendió que era el momento de volar en solitario"
- "He montado mi espectáculo sin ayudas ni apoyos"
Las palabras se amontonan y van más lentas que sus pensamientos. Son los nervios de estrenar su primer espectáculo y hacerlo en Madrid. La bailaora deja una etapa a la sombra de los grandes y se lanza al vacío con Entretiempo, un homenaje a la moda.
“Entretiempo, o contratiempo, es un ritmo del flamenco que hay entre tiempo y tiempo, y también se refiere a las temporadas de moda, de creación entre las estaciones”.
El tema llegó porque tenía que llegar. Ha vivido intensamente los desfiles de su amigo Modesto Lomba y, como no, él ha creado el vestuario de la artista. “Es un homenaje a las pasarelas”, dice Sonia Olla. “Hablo del backstage, de lo que conlleva preparar un desfile.
Un repertorio muy flamenco
Pero a pesar de esta licencia el repertorio es de flamenco clásico. “Que no se asusten los puristas”, dice, “la moda tan solo inspira la temática y la escenografía pero el resto es flamenco. Bailo una minera, tientos, alegrías y bulerías. Falta la bata de cola pero ya estará, en esta temática no me encajaba”.
Comparte tablas con David Paniagua, “es muy diferente a mi, es más intuitivo y baila lo que le sale de dentro. A veces me cuesta, pero nos conocemos muy bien y tenemos estilos muy parecidos, incluso físicamente”.
Dos escuelas: Canales y Pagés
Ha bailado con Antonio Canales, con Rafael Amargo y con María Pagés. Con ésta ha recorrido el planeta durante ocho años. Hace uno le comunicó sus intenciones y ella le dio su bendición. Ahora las dos coinciden en la cartelera. “Me dijo que era el momento por edad y por responsabilidad, y que tengo la puerta abierta. Me da alegría coincidir con ella pero no me comparo, es mi maestra. Lo malo es que no puede venir a verme, ya que bailamos a la misma hora”.
“Canales y Pagés me han influido mucho”, reconoce. “Antonio era mi meta y lo conseguí, es un maestro. El sentido flamenco y la manera de pisar lo he aprendido de él. De María aprendí además disciplina, a cuidar la alimentación y el cuerpo”.
Sin ayudas, sin apoyos
Sin apenas ayudas ni subvenciones la bailaora ha invertido todas sus fuerzas y sus ahorros en Entretiempo. Tanto su pareja, Ismael, como Modesto Lomba le han dado apoyo pero este momento, dice, es muy difícil.
“Hay gente muy buena bailando en el tablao menos pintao porque no tienen forma de salir. Cada vez hay menos festivales y no se ceden espacios para bailar. Ahora se montan obras con tres o cuatro personas, y no puedes competir con el Rey León que sube a cincuenta sobre el escenario.
No es supersticiosa ni hace ningún ritual para atraer la suerte. “Cinco minutos antes me santiguo y estoy hasta contenta, pero antes estoy atacada. Luego oigo la primera nota y se me olvida todo”.
Todo menos bailar, que ya son años de tacones y maletas, de volante y flecos arrastrados por el mundo. Un viaje que terminó para dar paso a otro. El que empieza ahora.