La Policía china disuelve las protestas contra una planta eléctrica en el sur del país
- Los antidisturbios cargan contra los manifestantes con gases lacrimógenos
- La televisión local retransmite las imágenes de detenidos
- Las protestas son cada vez más habituales en el país
La Policía china ha usado gases lacrimógenos este viernes para dispersar una protesta contra una central eléctrica en una ciudad del sur del país.
Las imágenes de la televisión de Hong Kong Cable TV muestran a los agentes antidisturbios cargando contra cientos de manifestantes en Haimen, en la provincia de Guangdong.
Horas más tarde, una televisión local, Shantou TV, ha difundido la entrevista con dos detenidos, un hombre y una mujer. Sentados tras unos barrotes y esposados, los dos confiesan "que estuvo mal bloquear la autopista".
"No conozco la ley. Si la conociera no hubiera bloqueado la autopista. Si lo hubiera comprendido, no habría sido tan revoltoso", dice la mujer, apellidada Yung.
En un intento de dividir a los manifestantes, que han salido a la calle por cuarto día consecutivo, el canal televisivo ha citado a expertos legales que recuerdan que la pena máxima por estos delitos es de cinco años de cárcel, y ha urgido a los opositores a rendirse.
Protesta por la contaminación
Los manifestantes se oponen en la construcción de una central eléctrica alimentada por carbón y denuncian la contaminación del agua y del aire causada por otras industrias similares en la ciudad.
La agencia estatal Xinhua informa que los ciudadanos "se quedan de que la planta actual ha provocado un aumento en los casos de cáncer, un deterioro del medio ambiente y una caída de la pesca".
"El gobierno de la ciudad de Shantou (de la que depende Haimen) ha anunciado que el proyecto será suspendido. Algunos residentes dicen que no saben nada del anuncio, mientras que otros no confían en la decisión", añade la agencia.
Según los periódicos de Hong Kong, los manifestantes exigen que el proyecto sea abandonado totalmente y que los detenidos sean liberados.
Manifestaciones habituales
El conflicto de Haimen se ha intensificado esta semana, después de que la revuelta en la localidad de Wukan, a 130km, terminara con un acuerdo entre sus ciudadanos y las autoridades.
Las protestas se han vuelto relativamente habituales en China por motivos como la corrupción, la contaminación, los sueldos y las expropiaciones llevadas a cabo por políticos locales.
Aunque el poder del partido único, el Partido Comunista Chino, no se ve directamente amenazado, los dirigentes temen que las revueltas locales puedan crecer y convertirse en un desafío más amplio y organizado.