El sanatorio de muñecos, imprescindible cuando la ilusión no está en los juguetes nuevos
- En el centro de Madrid, un establecimiento casi centenario arregla juguetes
- "Ver la cara de un niño recibir su muñeco arreglado es lo más gratificante"
Esta Navidad muchos niños se levantarán en sus casas con los regalos que les deje Papá Noél o los Reyes Mayos, pero la ilusión no está siempre en esos juguetes. En el corazón de Madrid, en la transitada calle Preciados, hay un establecimiento que vela porque los más viejos, y no menos queridos, no desaparezcan. Se trata del sanatorio de muñecos, un 'hospital' de juguetes en el que no hay listas de espera y en el que es raro el día que no 'ingrese' un paciente nuevo.
"Los niños lo pasan realmente mal cuando nos los dejan, a alguno incluso se le escapa alguna lagrimilla y nos pide que lo cuidemos bien", explica Juan Bolivar, encargado del establecimiento.
"Ver la cara de un niño recibir su muñeco arreglado es lo más gratificante", explica Bolivar a RTVE.es orgulloso del trabajo que desempeña su familia desde hace tres generaciones.
Comienzo en la ilusión
Este lugar abrió sus puertas en 1916 como una tienda de juguetes y de prótesis ortopédicas, pero la guerra civil hizo mella en el negocio. Cuando terminó, a partir de 1939, se dedicaron en exclusiva a los primeros y el resto desapareció.
Entonces el establecimiento solo se dedicaba a la venta, pero como explica Bolivar, "en aquella época solo se regalaba un juguete al año, por reyes", y claro, era difícil que no sufriesen algún 'accidente'.
"Mi abuelo, que era muy mañoso y sensible, comenzó a reparar estos juguetes, y poco a poco le empezaron a traer los que se vendían en otras tiendas para que los arreglase. Así nació el negocio.", cuenta Juan.
Muñecos de antes, muñecos de ahora
Últimamente este establecimiento, que se ha especializado exclusivamente en muñecos, ha notado un "pequeño repunte" de los juguetes que se llevan a reparar, pero Bolivar no lo achaca directamente a la crisis porque "muchas veces llegan destrozados y sale más barato comprar uno nuevo". Los padres prefieren pagarlo porque es lo que le hace ilusión a sus hijos, cuenta el encargado.
Llegan muñecas de todo tipo, "desde la antigua Mariquita Pérez, pasando por la tradicional Nancy a otras más modernas", pero no todas se pueden arreglar.
"Las de ahora estan hechas de plástico y goma, materiales que no se pueden pegar, por lo que hay que pedir las piezas nuevas a la fábrica, a la que muchas veces no le sale rentable" responder al pedido, cuenta Bolivar. Las de antes eran de cartón piedra, cerámica o celuloide, y son más fáciles de manipular.
Este empresario cuenta que, no obstante, el negocio recibe muñecas de todas partes de España e incluso del extranjero. "Como estamos en una calle tan turística, hay mucha gente que cuando vuelve de visita aprovecha para traernos sus muñecos y se los arreglemos", señala.