Crece la incertidumbre en Latinoamérica por el riesgo de los implantes PIP
- La decisión de retirar estas prótesis en Francia pone en jaque a otros países
- Decenas de miles de implantes se han vendido en el sur del continente
- Holanda reconoce que un millar de mujeres podrían verse afectadas
El miedo y la ira crecen entre las mujeres latinoamericanas con implantes mamarios Poly Implant Prothse o PIP después de que Francia haya recomendado la extirpación de este tipo de silicona industrial por los riesgos que conlleva para la salud. A pesar de que Brasil, Argentina y Colombia prohibieron en 2010 los implantes PIP, ahora bajo sospecha por su inusual tasa de ruptura y una posible vinculación con el cáncer, se calcula que solo en Latinoamérica se han vendido decenas de miles de las 300.000 prótesis repartidas por todo el mundo. En Holanda, las autoridades sanitarias aseguran que podría haber un millar de mujeres afectadas. Una firma holandesa compró el excedente a la marca francesa, que quebró en 2010, vendiendo estos implantes con otro nombre.
“Estoy muy preocupada. Necesito saber si tengo veneno en mi cuerpo o no. No puedo dejar mi salud al azar. La vanidad tiene un precio, pero la vida vale mucho más” comenta a Reuters la presentadora de televisión colombiana Alexandra Correa, de 32 años, que lleva una década con este tipo de implantes.
"¿Por qué se deja a las mujeres saber si están en riesgo? Debe haber una campaña del gobierno para averigüar quién está en riesgo” se queja Correa, enfadada por la falta de información al respecto
Latinoamérica, un importante mercado
Según la Sociedad Internacional de Cirugía Estética, cinco países de América Latina - Brasil, México, Colombia, Venezuela y Argentina - están entre los 20 países que realizan mayor número de cirugías al año. En Venezuela, la cirugía estética de pecho está tan extendida que algunos padres se la regalan a sus hijas por su 15 cumpleaños o incluso se regalan en rifas para recaudar fondos.
“He tenido esta prótesis desde hace casi 10 años, después de mi tercer hijo, y hasta ahora siempre me he sentido muy bien al respecto, pero ahora no tengo ni idea de voy a hacer. Voy a consultar con mi médico en cuanto vuelva de vacaciones" dice Marta, una profesora de 47 años.
“"Necesito saber si tengo veneno en mi cuerpo o no"“
En Argentina, el diputado Mauricio D’Alessandro aboga por la extirpación gratuita a cargo de las compañías de salud. "Autorizar la eliminación de forma gratuita es una medida preventiva que tiene un sentido económico, para evitar problemas futuros que podrían costar millones al sistema de salud" ha comentado este diputado que trabaja en un proyecto de ley al respecto.
No obstante, Virgina Luna, abogado de un creciente grupo 50 afectadas exige también el reemplazo mamario gratuito. "Hemos comprado un producto defectuoso o de riesgo y el que nos lo vendió debe asumir la responsabilidad” ha afirmado Luna agregando que en Argentina se han importado 13.500 implantes PIP. Una cifra que asciende a 25.000 unidades en Brasil.
“Hemos comprado un producto defectuoso y el que nos lo vendió debe asumir la responsabilidad“
"En los últimos tres o cuatro años, he tenido que quitar dos o tres (implantes PIP) porque se han roto antes de tiempo. Hemos estado siguiendo el rastro de estos implantes desde hace algún tiempo" afirma el presidente de la asociación de cirugía plástica de Panamá. El cirujano Raúl de León ha matizado que podría haber hasta un centenar de afectadas en el país centroamericano, aunque su determinación es complicada debido al turismo médico.
Por último, en Holanda la portavoz sanitaria Diane Bouhuijs ha confirmado que una empresa de los Países Bajos compró las existencias de la firma francesa tras quebrar en 2010. Unas unidades que se rebautizaron como M-implantes y se vendieron a un millar de mujeres. En la actualidad, las autoridades llevan a cabo una investigación en curso al respecto.