Los rebeldes derriban a patadas el poder de Gadafi
- La toma del bastión militar de Gadafi en Trípoli inclinó la guerra
- La caída de los últimos bastiones gadafistas se prolongó dos meses
- Todo se inició con las revueltas de febrero y la represión del régimen
Un rebelde trata de saltar para darle una patada a la imponente mano que aplasta a un avión -símbolo de de los ataques aéreos de EE.UU. en 1986- en el complejo de Bab al-Aziziya mientras otros patean la cabeza de uno de los bustos de Muamar Gadafi, con el que se desfogan ante la ausencia del líder libio, en paradero desconocido.
Estas imágenes dieron la vuelta al mundo el pasado mes de agosto como el símbolo del fin definitivo del régimen de Gadafi, que ha gobernado durante 42 años un país que veía contra todo pronóstico caer el emblema de su poder militar.
Semanas después, con la toma de Sirte, ciudad natal de Gadafi y enclave básico en el centro del país, y la muerte del dictador los rebeldes libios ponían punto final a ocho meses de infarto en el que el país ha vivido las siguientes fases.
1. Levantamiento popular contra el régimen (16 de febrero -6 de marzo)
Tras las revueltas en los países vecinos de Túnez y Egipto, los libios convocan el 17 de marzo un 'Día de la Ira', que acabará con graves disturbios y con la toma de los manifestantes de Bengasi, la segunda ciudad libia y principal enclave del este del país.
Pese a las amenazas de Saif al Islam, el hijo del coronel Gadafi, los rebeldes no dejan las armas en Bengasi y se levantan en otras ciudades del país.
Mientras en Trípoli son sofocados, sí consiguen avanzar hacia el este por la provincia de la Cirenaica y logran controlar dos enclaves importantes en el oeste que posteriormente serán acosados hasta la extenuación por el régimen: Zauiya, a 50 kilómetros de la capital y Misrata, la tercera ciudad del país.
2. El feroz contraataque del régimen de Gadafi (6 de marzo- 19 de marzo)
Con la ayuda de mercenarios procedentes del sur del país y gracias a su aplastante superioridad militar, las tropas leales al régimen frenan el avance de los rebeldes en el este, donde consiguen recuperar los decisivos enclaves petrolíferos de Brega y Ras Lanuf.
Cuando tras días de acoso las fuerzas del régimen recuperan Zauiya a sangre y fuego y se hacen con la localidad de Ajdabiya, puerta de entrada hacia el este, es evidente que la suerte de los rebeldes está echada sin ayuda internacional.
Pese a las invocaciones de alto el fuego para tratar de calmar a la comunidad internacional, Gadafi anima a buscar puerta por puerta a los rebeldes en Bengasi e invoca a una quinta columna para que los derrote definitivamente. Estas palabras desencadenan la histórica resolución de la ONU que el 17de marzo autoriza los bombardeos para proteger a civiles.
3. Nuevos avances rebeldes tras la intervención internacional (19 de marzo- 16 de abril)
Los líderes occidentales lanzan una ofensiva por aire y mar contra el régimen. Así, aviones franceses y británicos bombardean las posiciones de Gadafi en los alrededores de Bengasi, lo que obliga al ejército a retirarse hacia los enclaves petrolíferos. Mientras, buques estadounidenses lanzan un fuerte ataque sobre los enclaves de Gadafi en Trípoli.
Como resultado, los rebeldes avanzan de nuevo rápidamente por el este y rumbo al oeste, recuperando Ajdabiya, Brega y Ras Lanuf. Sin embargo, cuando avanzan hacia Sirte, la ciudad natal de Gadafi, su avance se frena debido a los límites de los bombardeos aliados, la desorganización de las milicias y la superioridad militar terrestre de Gadafi.
4. La guerra se estanca (17 de abril- 12 de agosto)
El conflicto militar se estanca, con ambos bandos luchando por las decisivas localidades petroleras del centro, fundamentalmente Brega y Ras Lanuf.
El país queda dividido de facto en dos, con la provincia este bajo el control de los rebeldes, que empiezan a organizarse políticamente y logran ser reconocidos por varios países.
En el oeste, Gadafi sigue bombardeando la ciudad de Misrata, que finalmente es liberada tras 100 días de asedio ante la alarma de las agencias humanitarias y la comunidad internacional.
Crecen los rumores de una posible salida pactada de Gadafi pese a que la Corte Penal Internacional emite una orden de arresto contra él por crímenes contra la humanidad. Mientras, la OTAN aumenta la intensidad de sus ataques ante la evidencia del estancamiento y la impaciencia de algunos aliados, pese a que a cambio aumentan las denuncias del régimen de víctimas civiles muertas en sus bombardeos.
5. La ofensiva definitiva hacia Trípoli (12 de agosto-22 de agosto)
Tras meses sin apenas resultados y en pleno Ramadán, los rebeldes consiguen victorias importantes en las Montañas de Nafusa, en la costa oeste del país. Además, ponen fin al acoso de los proGadafi al enclave de Zintan, en el suroeste.
Sin embargo, la victoria más importante es la recuperación de Zauiya, que les da de facto control sobre el abastecimiento de Trípoli, ya que por ella pasa la principal carretera que une a la capital con Túnez. El cerco se cierra con el control de la principal localidad al sur de Trípoli, Garian, a 80 kilómetros.
Rodeada por el sur, el oeste y el este, la capital se enfrenta a un cerco que podría durar semanas pero que los rebeldes quieren finalizar con el Ramadán.
Sin embargo, las deserciones masivas del ejército animan a los rebeldes a entrar directamente en Trípoli. Tras una jornada de intensos combates, se hacen con el práctico control de la ciudad mientras luchan por capturar a un acorralado Gadafi.
6. El eterno cerco de los bastiones de Gadafi (23 de agosto-19 de octubre)
La huida de Gadafi y de sus hijos de Trípoli no acaba con el conflicto, aunque lo focaliza en una serie de bastiones que tradicionalmente han sido fieles al ya líder a la fuga.
El principal de ellos es Sirte, la localidad natal de Gadafi y donde está su tribu, los Gadafa, que se convirtió en el mayor escaparate de su régimen al invertir de forma masiva en la ciudad.
Sirte pasó de ser una pequeña ciudad a acoger grandes cumbres internacionales para convertirse en un centro de poder africano, hasta el punto de que el líder libio llegó a proponer que su pueblo fuese la capital de unos eventuales "Estados Unidos de África".
En un discurso radiofónico el 1 de septiembre, Gadafi proclamó a la ciudad capita de su Jamahiriya, el régimen que él mismo creó en 1977 y que hasta la conquista rebelde había tenido a Trípoli como capital.
Los rebeldes dieron varios ultimátum a los gadafistas, rodeados por tierra y bombareados por aire por la OTAN, pero estos resistieron barrio a barrio, metiendo a los combatientes del ya declarado nuevo régimen libio en una batalla contra francotiradores en cada esquina en la que les ha costado mucho avanzar.
Mientras, los avances en otros feudos gadafistas también se estancó en negociaciones eternas con las tribus del lugar, especialmente en Bani Walid, donde la tribu más poderosa del país, los Hamada, han sido tradicionales aliados de Gadafi.
Los intensos bombardeos y ataques han llevado a una situación humanitaria extrema en Sirte, donde el rencor hacia los rebeldes se ha extendido entre la población civil por el castigo constante a la ciudad, de donde han huido decenas de miles de personas.
Tras una resistencia de casi dos meses, la última semana ha sido definitiva para la caída de los últimos bastiones de Gadafi.
El pasado lunes Bani Walid caía tras una ofensiva de dos días después de sufrir fuertes pérdidas en un contraataque gadafista, lo que hizo que se replegaran durante una semana.
La bandera rebelde en el centro de la localidad volvería a ondearse tres días después en Sirte, poniendo punto y final a un conflicto sangriento que ha teñido de sangre la primavera árabe.