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Recrean en laboratorio las condiciones de ausencia de gravedad del espacio

  • Demuestra que la microgravedad altera el comportamiento de los insectos
  • Han generado un campo magnético 200.000 veces superior al de la Tierra
  • Es un estudio internacional en el que han participado investigadores del CSIC

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Reproducción artística de la nave SOYUZ aproximándose a la ISS
Reproducción artística de la nave SOYUZ aproximándose a la ISS

Un estudio internacional en el que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha recreado en laboratorio condiciones de microgravedad que simulan el ambiente del espacio.

El trabajo, publicado en la revista Interface de la Royal Society', confirma que la alteración en el comportamiento de los insectos en el espacio se debe al efecto de la microgravedad y no a otros factores del ambiente espacial.

Según el CSIC, estos resultados suponen un nuevo paso en la investigación de sistemas de soporte vital en condiciones ambientales extrañas, como las que podrían darse en misiones espaciales.

Los resultados avanzan en la investigación de sistemas de soporte vital en condiciones ambientales extrañas

"Hemos estudiado el comportamiento de la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster) en condiciones de microgravedad. Fue idéntico al observado en el espacio durante distintas misiones espaciales", explica el investigador del CSIC Raúl Herranz, del Centro de Investigaciones Biológicas.

En todos los experimentos, tanto los realizados en el espacio como en esta investigación, las moscas mostraron un comportamiento acelerado, con movimientos más rápidos de lo habitual.

"Esto podría estar relacionado con el envejecimiento prematuro, observado en estudios previos, que sufren las moscas que han vivido en el espacio", añade Herranz.

Condiciones próximas a la gravedad cero

Este estudio confirma que los seres vivos que se desarrollan en el espacio presentan alteraciones en algunas de las funciones biológicas fundamentales, como el crecimiento, la proliferación celular, el desarrollo y el comportamiento animal.

Los primeros apuntes a estas conclusiones fueron realizados por misiones espaciales, aunque las condiciones de trabajo limitaban los resultados y la posibilidad de comprobación.

"La investigación en instalaciones espaciales como la Estación Espacial Internacional es hasta ahora la única forma de obtener microgravedad de calidad, muy próxima a la verdadera gravedad cero".

De este modo, apunta Herranz, es esencial encontrar métodos de simulación de las condiciones espaciales en la Tierra y "emplear esos instrumentos para anticipar los efectos espaciales en experimentos piloto y reservar la Estación Espacial Internacional solo para experimentos clave".

La novedad de este trabajo, señalan los responsables del estudio, es el empleo de fuerzas magnéticas para compensar la fuerza de la gravedad, de forma que la fuerza neta total sea cero.

"No está distribuida espacialmente sino que realmente la fuerza magnética y la gravitacional se anulan en un punto y de forma constante en el tiempo y a nivel molecular", remarca el investigador.

Un asombroso campo magnético

El levitador magnético usado en este estudio consiste en un aparato capaz de generar en un espacio muy pequeño un campo magnético de gran intensidad, 200.000 veces superior al de la Tierra.

El levitador magnético genera un campo magnético 200.000 veces superior al de la Tierra

El gradiente del campo magnético generado permite la levitación de materiales aunque no sean ferromagnéticos, sino diamagnéticos, como el agua.

"Los seres vivos pueden levitar dentro de este aparato porque están compuestos en un 75% de agua. La única limitación es el tamaño de la muestra que puede introducirse en el área de microgravedad, cuyo espacio equivale aproximadamente a un dedal de costura", comenta el investigador del CSIC.

"Los resultados del estudio permiten vislumbrar cómo los seres vivos pueden adaptarse a condiciones ambientales no óptimas para su existencia. Por ello podría ayudar a preparar futuros sistemas de soporte vital en misiones espaciales, o incluso en el camino hacia una hipotética colonización de Marte", considera.

Además, "nos aportan pistas de cómo seremos capaces de afrontar los posibles cambios ambientales derivados del cambio climático global, al que se enfrentarán todos los seres vivos de la Tierra", concluye Herranz.