Perry, el halcón tejano con pánico a los debates
- El gobernador de Texas despegó como candidato favorito del Tea Party
- Su historial económico y conservador le colocaban como alternativa a Romney
- Sus meteduras de pata en los debates han enterrado su candidatura
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El gobernador más veterano del país. Largo historial de defensa de los valores religiosos. Contrario al establishment de Washington y a la intervención del Gobierno. Procedente de la cuna del expresidente George W. Bush.
Con esta hoja de servicios Rick Perry, de 61 años, entró con fuerza en la carrera presidencial el pasado mes de agosto, colocándose en primera posición sin problema en los sondeos tras lograr el respaldo de la derecha conservadora y el Tea Party, enemigos acérrimos de la candidatura del moderado Mitt Romney.
Sucesor de Bush al frente del gobierno de Texas, Perry ha sido reelegido cómodamente en 2002, 2006 y 2010. Su enfrentamiento con el gobierno federal es tal que llegó incluso a insinuar la secesión de su estado en 2009, aunque luego dijo que sus palabras fueron malinterpretadas.
No siempre fue un halcón republicano. En los años 80 fue congresista estatal en Texas por el Partido Demócrata e incluso llegó a apoyar la candidatura presidencial lanzada sin éxito por Al Gore a finales de los 80.
Hoja de servicios
Sin embargo, sus fuertes creencias religiosas y sus posturas sobre el aborto y la homosexualidad le han confirmado como un importante representante del ala derecha del Partido Republicano.
Además, cuenta con un importante historial economico de creación de empleos en su estado, que no ha dudado en confrontar a la pol´ñitica económica de Barack Obama.
Con esta hoja de servicios y la inversión de grandes recursos -más de 500 voluntarios y 4 millones de dólares en publicidad- Perry se presentó en Iowa en el arranque de la campaña presidencial, pero la mayoría de votos fueran a otras alternativas a la derecha de Romney como Rick Santorum o Ron Paul.
Estos resultados sorprendieron a pocos, ya que pese a la idoneidad de su candidatura sobre el papel Perry ha ido perdiendo fuelle gracias a sus pésimas intervenciones en los debates electorales.
La más sonada se produjo en noviembre, cuando se quedó en blanco y se olvidó el nombre de una de las tres agencias que se comprometió a eliminar si era eelgido presidente. Además, también se permitió calificar el programa de jubilación de la Seguridad Social como una estafa que sigue el esquema Ponzi.
Todo a Carolina del Sur
Tras el fiasco de Iowa, el gobernador de Texas decía que se marchaba a su casa para replantearse su candidatura, en un gesto que muchos interpretaron como el inicio de la retirada de la carrera presidencial.
Poco después desmentía los rumores. "Y la siguiente parada en la maratón: el estado del Palmetto... ¡Ahí vamos, Carolina del Sur!", escribía Perry en su cuenta oficial de Twitter, junto a una foto de sí mismo vestido con ropa deportiva.
"Hemos vuelto", confirmaba poco después a la cadena CNN una fuente de la campaña de Perry.
Sin embargo, su retorno ha sido más que fugaz. Apenas 48 horas antes de la decisiva votación en el estado sureño, Perry se ha retirado consciente de que no era la opción preferida del electorado conservador cristiano que no quiere al exgobernador Romney de candidato.