Hungría cede a las presiones y enmendará la reforma del Banco Central
- La UE y el FMI amenazaron con dejar quebrar al país por controlar el banco
- Este miércoles, Bruselas ha mandado otro aviso al Gobierno por su déficit
Tres semanas de presiones y la amenaza de quedarse sin la imprescindible ayuda financiera internacional han obligado al Gobierno húngaro a ceder y mostrarse dispuesto a enmendar una reforma del Banco Central denunciada por la UE como una pérdida de independencia de la institución.
La presión sobre Budapest se ha acentuado además este miércoles cuando la Comisión Europea ha amenazado con la retirada de fondos de cohesión al país por su elevado déficit, a pesar de sus duros ajustes.
El pulso entre el gobierno del ultraconservador Viktor Orbán se abrió justo después de su aplastante triunfo electoral en 2010, cuando declaró la "lucha de independencia" del país contra las instituciones financieras internacionales, recuerda Efe. Además, sacó adelante una reforma constitucional muy polémica que limita la independencia de otros órganos.
Apenas hace tres semanas, Orbán insistía aún en que no modificaría la ley que crea nuevos puestos de vicegobernadores y establece una nueva figura de control, nombrada por el presidente, y que deja al actual gobernador del banco emisor en un segundo plano.
Un banco central con moneda propia decide la política monetaria del país (por ejemplo, los tipos de interés, herramienta básica para la gestión de la economía nacional) y supervisa el sistema financiero.
La presión de la deuda
La actitud del Gobierno llevó a la UE y al Fondo Monetario Internacional (FMI) a suspender las negociaciones para conceder un préstamo de entre 15.000 y 20.000 millones de euros para evitar la quiebra del país, hasta que Budapest no otorgara garantías plenas de que el Banco Central no perderá independencia.
La advertencia ha tenido efecto y el martes se hizo pública una carta del ministerio de Exteriores húngaro que ratifica la disposición del Ejecutivo a modificar la ley, informa Efe.
Con un endeudamiento del 80 % del PIB y un déficit que el Gobierno está tratando de volver a poner por debajo del 3% mediante severos recortes de gasto, la economía húngara se encuentra en una delicada situación.
Además, el forinto, la moneda nacional, se ha depreciado un 6% respecto al euro en las últimas semanas, mientras que las tres grandes agencias calificadoras han colocado la deuda soberana del país al nivel de "bono basura", lo que ha dificultado la financiación de la deuda soberana húngara en los mercados. Los bonos a diez años de la deuda magiar han alcanzado ya una tasa de interés del 10%, según los datos que recoge la misma agencia.
Otro pulso con la UE
Ante ese panorama, Orbán y sus ministros comenzaron a modificar su discurso en los últimos días y a hablar de su disposición de dialogar sin condiciones y de la necesidad de llegar a un pacto rápido con el FMI y la UE. El año pasado, el Gobierno húngaro ya se vio forzado a cambiar una ley que limitaba la libertad de prensa tras las presiones de los Veintisiete.
Con independencia de ese cambio, la Comisión Europea ha decidido este miércoles seguir un procedimiento contra el país por déficit excesivo, que en 2011 ha llegado al 6%. Al no ser Hungría miembro del euro, la Comisión no podrá proponer multas económicas, pero sí una suspensión de los compromisos de ayuda previstos (los fondos de cohesión), según el Ecutivo comunitario.
La de este miércoles es la primera decisión de la CE basada en las nuevas normas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) dentro del paquete de gobernanza económica, un intento por reforzar la supervisión europea.
Mientras tanto, el Ejecutivo comunitario ha descartado actuar contra Bélgica, Chipre, Malta y Polonia -los otros países que corrían el riesgo de no cumplir con los plazos dados por Bruselas para rebajar sus déficit-, pues cree que sus gobiernos han tomado medidas efectivas.