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Llega al golfo Pérsico un segundo portaviones de EE.UU. en medio de un clima de tensión con Irán

  • Washington asegura que es para apoyar la misión en Afganistán
  • Transporta cerca de ochenta aviones y helicópteros

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Un segundo portaaviones estadounidense, el Carl Vinson, ha llegado a la zona de responsabilidad de la V Flota estadounidense, encargada del golfo Pérsico, el mar de Omán y el mar Rojo, ha anunciado este miércoles hoy el Pentágono. Este nuevo movimiento naval se produce en medio un clima de gran tensión entre EE.UU. e Irán en torno al programa nuclear de Teherán, y que se ha incrementado después de que el régimen de los ayatolás hayan acusado a Washington de estar detras del asesinato de este miércoles de un científico nuclear.

No obstante, el Departamento de Defensa de EE.UU. ha subrayado que se trata de un desplazamiento de rutina y que ya estaba previsto desde hace meses. Mientras, el portaaviones Abraham Lincoln se encuentra también de camino a la zona y atraviesa en la actualidad el océano Indico.

En apoyo a las misiones en Afganistán, según Washington

Según el Pentágono, el Carl Vinson, al que acompañan un crucero y un destructor y que transporta cerca de ochenta aviones y helicópteros, llegó el pasado lunes para desarrollar tareas de apoyo en la guerra en Afganistán y relevar al portaaviones John Stennis.

El portavoz del Pentágono John Kirby, capitán de Marina (empleo equivalente al de coronel en los ejércitos de tierra y aire), ha manifestado que el Carl Vinson -el buque desde el que se arrojó al mar el cuerpo de Osama bin Laden, el líder de la red Al Qaeda, tras su muerte a manos de un comando de EE.UU.  en mayo- no se encuentra en el golfo Pérsico.

"No quiero dar a nadie la impresión de que estamos enviando a toda prisa a dos portaaviones para allá porque nos preocupa lo que está pasando en Irán", ha declarado Kirby. "Es sólo un requisito de nuestra estrategia militar establecida por el mando", ha añadido.

Tensión en el estrecho de Ormuz

El Golfo ha sido escenario de tensiones entre EE.UU.  e Irán en las últimas semanas a raíz de las amenazas de Teherán de cerrar el estrecho de Ormuz, la puerta al golfo Pérsico y el petróleo que contiene.

La tensión entre EE.UU. e Irán por el programa nuclear del régimen de los Ayatolás se incrementó el pasado noviembre cuando el presidente estadounidense, Barack Obama, aprobó un nuevo paquete de sanciones contra todo el sistema bancario iraní. Esas nuevas sanciones se produjeron después de que el Organismo Internacional de Energía Atómica, (OIEA) publicara un informe que aseguraba que Teherán estaba desarrollando armas atómicas.

La semana pasada, el Stennis y su grupo de batalla atravesaron el estrecho pese a las amenazas iraníes de cerrar el estrecho en represalia por las sanciones internacionales a su programa nuclear.

Poco antes, el pasado día 2 de enero, Teherán lanzó dos misiles tierra-mar, de largo y corto alcance, y uno tierra-tierra en unas maniobras navales que realizó en muestra de su fuerza militar y para probar que puede atacar a Israel y distintas bases de EE.UU. en la región si el país es atacado por su programa militar.

Los ejercicios incluían el simulacro de cierre del Estrecho de Ormuz, por donde pasa el 40 por ciento del tráfico mundial de petróleo.

El paso, que en su punto más angosto mide 54 kilómetros, es una vía de navegación situada en aguas territoriales de Irán y Omán por la cual transitan, cada día, un promedio de 13 buques cisternas que transportan más de 15 millones de barriles de petróleo crudo, es decir un tercio de los embarques mundiales de hidrocarburos.

La situación, ya de por sí delicada, se ha tensado aún más este miércoles con el asesinato del científico nuclear iraní Mustafá Ahmadi Roshan al estallar una bomba en su automóvil en el norte de Teherán.  Irán ha responsabilizado del atentado a EE.UU. e Israel, aunque el Gobierno en Washington ha rechazado "categóricamente cualquier implicación en esta muerte".