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Siria acepta prolongar la misión de la Liga Árabe pero no ampliar su mandato

  • La misión expira el próximo jueves y la Liga Árabe debe decidir si sigue
  • Catar ha propuesto incluso el envío de tropas, algo que Siria rechaza
  • Otras 30 personas mueren en una nueva jornada de represión

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Siria se ha mostrado dispuesta a prolongar la misión de la Liga Árabe en el país para comprobar si cumple su plan de paz más allá de su fecha de expiración, el próximo jueves, pero no aceptará una ampliación de su mandato, según ha adelantado una fuente árabe.

El equipo de observadores de la Liga Árabe comenzó su misión a finales de diciembre y se espera que esta semana informe de que Damasco ha fracasado en implementar completamente un acuerdo de paz propuesto por la organización para acabar con diez meses de violencia que han dejado más de 5.000 muertos, según Naciones Unidas.

El mandato de la misión expira el jueves y los ministros de Exteriores de la Liga Árabe se reunirán para discutir su futuro el próximo 22 de enero.

"El resultado de los contactos que se han mantenido durante la pasada semana entre la Liga Árabe y Siria muestra que Siria no rechazará la renovación de la misión de los observadores árabes por otro mes más...si los ministros árabes lo piden en el próximo encuentro", ha declarado la fuente a la agencia Reuters.

Presión de Rusia y China

La fuente ha añadido que China y Rusia, las dos potencias que están bloqueando una resolución de condena contra el régimen sirio en el Consejo de Seguridad de la ONU, han urgido a presidente Asad a que acepte la extensión de la misión de los observadores como una forma de evitar una escalada a nivel internacional.

El pasado lunes el secretario general de la ONU, BAN Ki-moon, pedía desde Abu Dabi al Consejo "seriedad y coherencia" al considerar que la violencia ha llegado a un punto "inaceptable".

"En los contactos entre la Liga Árabe y Rusia y China esos países han subrayado que habían aconsejado a Siria que aceptase la presencia de observadores árabes por más tiempo si era demandado por los ministros de Exteriores árabes dado que su presencia evitará que haya oportunidades para una intervención internacional", ha detallado la fuente.

Sin embargo, pocas potencias occidentales están a favor de una intervención como la aprobada en Libia.

Algunos países árabes han asegurado que los observadores necesitan un mandato más amplio para parar la violencia, que sigue produciendo muertos cada día.

Catar incluso ha sugerido la entrada de tropas árabes, algo que ha rechazado de plano el régimen de Bachar al Asad.

La fuente árabe ha asegurado que Siria aceptaría incluso que el número de observadores -ahora menos de 200- se incrementase, pero no les permitiría entrar en "zonas militares".

Cualquier cambio en el alcance de la misión -si eso significa militalizar o dar un mandato más amplio para investigar violaciones de derechos humanos y potencialmente asignar culpas- requeriría un nuevo acuerdo con Siria, ha remarcado la fuente.

"Siria no expresaría ninguna resistencia si los ministros árabes deciden aumentar el número de observadores o darles un mayor equipamiento necesario para su trabajo pero tendría reservas sobre cambiar la misión de una de observación a otra de investigación", ha añadido.

Los críticos a la misión de la Liga Árabe denuncian que ésta no ha servido para nada más que para hacer que Asad gane tiempo.

Otros 30 muertos

Al menos 30 personas han muerto este martes en Siria por la violencia de las fuerzas del régimen del presidente Bachar al Asad, la mayoría de ellas en la castigada provincia de Homs (centro), según ha informado la oposición.

Los Comités de Coordinación Local han explicado que 18 de los fallecidos se han registrado en Homs, otros ocho en Idleb (norte), además de uno, respectivamente, en las localidades de Madaya, Qatana (Rif Damasco), Deraa (sur) y Sahl al Ghab (Hama, centro).

Entre los muertos hasta ahora se cuentan cuatro reclutas que habían desertado de las fuerzas armadas sirias, una mujer, un joven discapacitado y dos menores.

Estas informaciones no han podido ser verificadas de forma independiente debido a las restricciones impuestas por el régimen a los periodistas para trabajar.