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El 'depredador' Romney frente al 'equipaje' de Gingrich: duelo de miserias en Carolina del Sur

  • Los anuncios negativos se disparan entre los dos favoritos en las primarias
  • Se apoyan en supercomités teóricamente independientes para criticar
  • Los ataques entre ambos pueden lastrarles de cara al duelo con Obama

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Romney y Gingrich, durante un receso del último debate electoral en Carolina del Sur.
Romney y Gingrich, durante un receso del último debate electoral en Carolina del Sur.

"Mitt Romney fue un depredador y un atracador de las corporaciones. Su empresa no buscaba crear valor añadido. En vez de eso, como alguien que hurga en la basura, Romney buscaba empresas que pudiese recoger destrozadas. De hecho, representaba la peor forma de depredador, operando dentro de la ley pero bastante fuera de los límites que la mayoría de los auténticos capitalistas consideraría ética".

Este ataque contra el favorito en la carrera de las primarias republicanas no formaba parte de ninguna campaña de intoxicación del Partido Demócrata, sino de un 'supercomité' electoral llamado 'Ganando nuestro futuro', asociado al que es el principal rival en este punto de la carrera republicana, el expresidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich.

Se trata de un vídeo de 28 minutos llamado 'King of Bain' -por la empresa de capital-riesgo Bain Capital con la que Romney se hizo multimillonario en los 80 y 90- que se ha convertido en un símbolo de la espiral de autodestrucción que puede dejar al candidato que gane la carrera republicana en franca debilidad contra el presidente Barack Obama.

Reportajes 'engañosos'

La recta final de las primarias de Carolina del Sur, en las que los rivales de Romney se juegan su superviviencia en la carrera, ha acentuado estos ataques negativos en un estado donde las campañas de publicidad tienen mayor impacto entre los votantes que en los dos primeros estados de la carrera, Iowa New Hamsphire, donde los apoyos tienen que conseguirse casi puerta por puerta.

'King of Bain', una producción que imita el tono de documentales como los de Michael Moore, ataca el pasado de Romney como ejecutivo de Wall Street y recoge testimonios de estadounidenses de clase media que culpan de sus desgracias a los negocios del exgobernador.

Sin embargo, la investigación de periódicos como el Washington Post han puesto en evidencia que se hace un retrato "engañoso" de los años de Romney en Bain Capital, que le asocia con decisiones tomadas por la empresa en los años previos a la crisis económica en los que el exgobernador era accionista pero no ejecutivo de la misma.

En realidad el ataque del 'supercomité', del que el propio Gingrich ha buscado desvincularse ante las críticas a sus inexactitudes, no ha hecho más que enseñar el camino al que se considera la mayor debilidad del favorito, y que paradójicamente es también su mayor fortaleza: su pasado de empresario de éxito.

Las críticas del entorno de Gingrich han sido duramente criticadas por algunas personalidades del Partido Republicano, al considerar que va en contra de uno de sus principios básicos: el apoyo a los empresarios y a la generación de riqueza.

Declaración de impuestos

Pero en tiempos de crisis económica y de indignación con los excesos de Wall Street, la 'hoja de servicios' de Romney -que se presenta a sí mismo como alguien capaz de trasladar su éxito empresarial a la gestión del país, como si fuese un negocio más- presenta problemas.

Tras semanas disfrutando de la relativa tranquilidad de ser uno más entre una serie de candidatos, las altas posibilidades de ser nominado si gana en Carolina del Sur y en Florida, la próxima parada, han hecho que los ataques de sus rivales se concentren en él y han tocado un hueso suculento: su declaración de impuestos.

Una exclusiva de la cadena ABC hecha pública esta semana aseguraba que Romney tenía su fortuna en un paraíso fiscal, las Islas Caimán.

Además, en uno de sus habituales lapsos cuando habla de su fortuna, el exgobernador confesó que pagaba alrededor de un 15% en impuestos, una cantidad mucho más baja de la que tributan las personas que tienen como principal renta su sueldo, no sus acciones y empresas.

Incluso uno de sus principales aliados, el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, le pidió que hiciese pública su declaración de bienes pero Romney, quizá consciente de lo que podría suponer para sus aspiraciones en este momento, ha dicho una y otra vez que solo lo hará a partir de abril, cuando se estima que las primarias estén resueltas y -previsiblemente- sea ya candidato.

En el último debate ante de las primarias, el modernador, el periodista de la CNN John King, le pidió que lo revelase ahora y la negativa de Romney fue acompañada de pitidos por parte del público.

"No voy a pedir disculpas por mi éxito", respondió de forma controvertida.

El pasado persigue a Gingrich

En ese mismo debate, Gingrich se mostraba "consternado" por que la primera pregunta del moderador fuese sobre las declaraciones de su segunda esposa, que denunciaba que cuando ella descubrió que le era infiel con su asistente -y actual esposa- en los años 90,  el expresidente de la Cámara de Representantes le pidió tener "un matrimonio abierto".

Esta afirmación, negada rotundamente por un Gingrich que se ha convertido al catolicismo precisamente por influencia de su última esposa, merma seriamente las opciones de un candidato que tiene su principal fortaleza en aunar el voto más conservador que rechaza a un "moderado de Massachusetts", tal y como ha etiquetado Gingrich a Romney en Carolina del Sur.

La agitada vida amorosa del político republicano no es el único elemento que puede dañar su imagen, tal y como demuestra la campaña agresiva que otro 'supercomité', el cercano a Romney (Restaurar nuestro futuro) hizo el pasado mes de diciembre y que hizo que Gingrich perdiese su fugaz liderazgo en las encuestas a nivel nacional.

En ella, se aseguraba que "Newt tiene más equipaje que las líneas áereas",  en referencia a su pasado político y a diferentes declaraciones y meteduras de pata que podrían ser usadas de forma constante por la campaña de Barack Obama.

Paradójicamente, entonces Gingrich pidió a Romney que parase esa "campaña de intoxicación".

"Debemos entender que esta es su gente, que pone sus anuncios, le hace el trabajo sucio mientras hace como que está por encima de eso", denunciaba el candidato republicano, en una censura que se puede aplicar a todo 'supercomité'.

La paradoja del 'supercomité'

Ésa es la tragedia última de la campaña de intoxicación que un candidato lanza sobre otro: que lo hace a través de elementos interpuestos que les permiten dar rienda suelta a mensajes negativos sin hacerse responsable de ellos.

Los supercomités son elementos teóricamente independiente en los que, al contrario que las plataformas de apoyo a los candidatos, no existe limitación para donar dinero, de forma que las ayudas de empresas, sindicatos y grupos de presión fluyen sin control.

A cambio, no están autorizados a coordinarse con la campaña de los candidatos, de forma que pueden concentrarse en hacer el 'trabajo sucio'.

En total, desde el inicio de la campaña, los supercomités han gastado unos 26 millones de dólares, según los datos de la Comisión Federal Electoral citados por The National Post.

"Los supercomités han gastado más que los candidatos en una proporción de dos a uno, sobre todo con publicidad negativa que permite a los candidatos tener las manos limpias pero beneficiarse de ello", declaraba al National Post Paul Ryan, abogado del Campaign Legal Center, una organización sin ánimo de lucro que pide una reforma electoral.

Curiosamente, el papel de los 'supercomités' puede provocar una de las sorpresas de la noche en Carolina del Sur.

En un movimiento que pone en solfa todo este sistema, el humorista Stephen Colbert ha creado su propio supercomité para ser "Presidente de los Estados Unidos de Carolina del Sur'.

En él, ha difundido un anuncio en el que tacha a Romney de "asesino en serie" y pide el voto para Herman Cain, un magnate afroamericano que se retiró de la carrera hace semanas por sus múltimples escarceos sexuales.