Enlaces accesibilidad

Dior rescata el glamour de los años 50

  • La Maison sigue sin revelar quien sustituye a Galliano
  • El new look vuelve a los salones de la alta costura

Por
Una modelo posa con un vestido de alta costura de Dior.
Una modelo posa con un vestido de alta costura de Dior.

Parecía que las modelos no podrían respirar ya que todas llevaban vestidos que marcaban, con ansia, la cintura. Han pasado más de 50 años desde que Monsieur Christian Dior crease la silueta new look en 1947 y hoy, esta línea, vive una nueva juventud.

Se ha copiado y revisitado en muchas ocasiones, tanto diseñadores europeos o norteamericanos como Zac Posen, que lo ha recuperado para varios de sus desfiles.

Viaje a los años 50

Para esta colección Bill Gaytten, creativo de la firma hasta nueva orden, lo decora con flores y cuadros, siempre en juegos de blanco, negro y gris. Toda la colección tiene un aire de los años cincuenta, muy repetido tras el éxito de la serie Mad Men. Así encontramos vestidos coctel en colores suaves como el visón, que pretende un reinado tan largo como lo tuvo (o tiene) el tono nude.

La gama de lilas y morados se expande a lo largo de la colección entre los blancos y los negros, para dejar que el rojo eclipse con tan solo aparecer. En los modelos de coctel lo vemos en conjuntos de dos piezas con frases estampadas en la falda. Para los diseños de noche tiñe tules y sedas en vestidos palabra de honor con enormes faldas de tela plisada.

Un lazo que decora y aprieta

Los lazos, que vemos apretando cinturas, se exhiben en diferentes tamaños, siempre en los tonos del vestido o de la chaqueta, y se llevan en la parte delantera o en un lateral.

Las faldas llegan a la rodilla con una silueta lápiz , para mostrar altísimos zapatos de tacón, o caen con amplio volumen y elegancia hasta el suelo en cascadas de volantes o plisados.

Cuadros, flores y mensajes en los vestidos

El estampado se muestra en tamaño grande pero en muy pocas salidas. Letras, flores y cuadros son los temas elegidos para esta colección, unas veces a juegos con el color del vestido, y otras creando bellos contrastes.

Casi toda la colección desprende un aire relajado, sin estridencias, y apenas vemos diseños sofisticados. Tan solo un vestido de fiesta con el cuerpo bordado de cristales y plumas. Una caricia del glamour que esta casa intenta mantener a raya, metido en cintura.