Schulz pide al primer ministro húngaro que no trate a los líderes europeos como "idiotas"
- Schulz ha instado a Orban a no agitar la confrontación en Hungría
- El líder húngaro se entrevistará con Barroso para solucionar la disputa
- Bruselas abrió a Hungría tres expedientes sancionares por su reforma constitucional
El recién elegido presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, ha instado al primer ministro de Hungría, Viktor Orban, a que no tome a los funcionarios de la UE por "idiotas", en referencia al doble discurso que mantiene el mandatario magiar sobre su polémica reforma constitucional, según se encuentre en Bruselas o en Budapest.
Orban "debe tener en cuenta el hecho de que los líderes europeos no son tontos", ha advertido Schulz, tras recibir al primer ministro húngaro en la sede del PE en la capital belga.
"Para el primer ministro sería más aconsejable no elegir la confrontación en su país (...) y tratar de conciliar a la opinión pública en lugar de dividirla", ha señalado el nuevo presidente socialista de la Eurocámara.
"Orban es un hombre eficiente (...) Se vale de un discurso eficaz en Bruselas, pero luego culpa esa misma retórica cuando se encuentra en Budapest", ha añadido el político alemán.
La independencia del banco central, la clave
A pesar de que Schulz ha señalado que sus palabras expresan una "opinión personal", significan una seria advertancia para Orban, minutos antes de entrevistarse con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, para tratar de resolver la disputa que mantiene con los otros 26 países de la Unión Europea.
Orbán ha llegado a Bruselas para garantizar a Barroso que se plegará a las exigencias de Bruselas, que la pasada semana inició un triple expediente sancionador contra la polémica reforma constitucional de Budapest al entender que "viola el derecho comunitario".
El Gobierno húngaro, que vive su peor momento en sus relaciones con el Ejecutivo comunitario por las dudas que se tiñen sobre su democracia y por sus malos datos de déficit y deuda, trasladará su propósito de enmienda a la CE, como ya hiciera por carta a finales de la semana pasada, sobre todo en relación con la principal preocupación de Bruselas, la independencia del Banco Central húngaro.
Los expedientes tienen por objeto las reformas que amenazan la independencia del Banco Central Húngaro y de la autoridad responsable de la protección de datos, así como de las jubilaciones anticipadas obligatorias para jueces y fiscales.
La ayuda financiera, en juego
Menos de veinticuatro horas después del anuncio de la apertura del procedimiento de infracción, Orban ya había remitido a Barroso una carta mostrando su voluntad de enmendar la legislación que preocupa a la CE pero, según indicó el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, la pasada semana ha expirado el tiempo de las palabras y "los compromisos se tienen que trasladar en medidas concretas".
Se espera que el primer ministro húngaro precise a Barroso cómo piensa reformar la legislación constitucional recién aprobada y que ha sido objeto de controversia, tanto dentro como fuera del país, por su marcado carácter ultraconservador.
En la agenda de la reunión también podría estar la línea de crédito que negocian Budapest y Bruselas para sanear la maltrecha economía húngara.
La visita de Orbán a Bruselas coincide, además, con la reunión que los ministros de Economía de los Veintisiete han llevado a cabo en el marco del Ecofin, donde han decidido respaldar la recomendación de la Comisión Europea del pasado día 11 de seguir adelante con el procedimiento por déficit excesivo abierto contra Hungría, al considerar que no ha hecho lo suficiente para corregir de manera sostenible los desvíos.