Gingrich se hunde frente a Romney en el último debate antes de las decisivas primarias en Florida
- Romney y Newt Gingrich pugnaron por mostrarse como los más sólidos
- Todos son conscientes de lo que está en juego en Florida
Los aspirantes a la candidatura presidencial republicana en EE.UU. han reiterado este viernes sus ataques al régimen cubano y han prometido otra vez mano dura para frenar la inmigración ilegal en su segundo debate en Florida, donde el próximo martes se celebran una de las primarias más decisivas de la campaña.
"Si soy presidente (...) usaré todos los recursos posibles para asegurarme de que cuando Fidel Castro muera seremos capaces de ayudar al pueblo cubano a alcanzar la libertad", ha expresado un tajante Mitt Romney, exgobernador de Massachusetts, durante el debate televisado organizado por CNN y CNN en español en Jacksonville (Florida).
Romney y Newt Gingrich pugnaron durante todo el debate por mostrarse como los más sólidos, con duros ataques mutuos, conscientes de que se juegan mucho en las primarias de Florida.
"Mano dura" en Cuba
Para Gingrich, es "increíble" que el presidente de EE.UU., Barack Obama, se haya preocupado por la primavera árabe y no imagine una "primavera cubana".
EE.UU. debería declarar de forma "explícita" que "quiere facilitar una transición de la dictadura a la libertad" en Cuba, ha subrayado el expresidente de la Cámara de Representantes.
El exsenador Rick Santorum fue más allá en sus críticas y acusó a Obama de aliarse con los "marxistas" en Latinoamérica y de ir de la mano de los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Cuba, Raúl Castro, "contra el pueblo de Honduras" cuando ese país sufrió el golpe de Estado de 2009.
En el lado opuesto, el legislador de ideas libertarias Ron Paul abogó por promover el comercio con Cuba y sostuvo que no dialogar con el régimen de los Castro lo que realmente hace es "ayudar a esos dictadores y herir a la población" de la isla.
"Creo firmemente que es hora de tener amistad y comercio con Cuba", expresó Paul, cuya postura en este asunto lo aleja de buena parte del electorado republicano.
Los momentos más tensos del debate se vivieron cuando Romney consideró "repulsivo" que Gingrich lo caracterizara como "el más antiinmigrante" de los cuatro candidatos.
"No soy antiimmigrante. Mi padre nació en México. El padre de mi esposa nació en Gales. Ellos vinieron a este país. La idea de que soy antiinmigrante es repulsiva", comentó Romney, exaltado.
No obstante, el exgobernador volvió a defender su idea de la "autodeportación", que consiste básicamente en una "guerra de desgaste" para que los inmigrantes no consigan empleos en EEUU y por voluntad propia decidan marcharse del país.
Tensas críticas
Gingrich, en su turno, dijo que está dispuesto a ser "muy duro" en política migratoria y aumentar el control de las fronteras, aunque reiteró que su plan es poder legalizar de alguna forma a personas que llevan varias décadas viviendo en EE.UU. y tienen familiares a cargo.
"Necesitamos la inmigración", pero dentro "de los parámetros de la ley", opinó Santorum.
Tampoco faltaron en este debate los comentarios contra el patrimonio de Romney, que en 2009 y 2010 pagó una tasa anual del 14% en impuestos, por debajo de la media de los estadounidenses, y tiene inversiones millonarias en paraísos fiscales.
Además, Gingrich fue atacado otra vez por su relación con Freddie Mac, aunque él niega haber estado involucrado en el grupo de presión política del gigante hipotecario.
En cuanto a la reforma del sistema fiscal que propone Obama para que aquellos que ingresen más de un millón de dólares contribuyan al erario público con al menos el 30% de sus ingresos, los cuatro candidatos coincidieron en rechazarla.
También hubo espacio para hablar de la exploración espacial, dado que el Centro Kennedy de la NASA está precisamente en Florida.
Sobre la posibilidad de tener una base permanente en la Luna, Romney lo descartó con el argumento de que sería un gasto enorme y Santorum se pronunció en una línea parecida, mientras que Paul dio una idea: "mandar a algunos políticos a la Luna".
Con esa misma ironía, cuando a Paul, que tiene 76 años y de ganar se convertiría en el presidente más anciano de la historia del país, le preguntaron si estaría dispuesto a enseñar su historial médico contestó que sí, porque "tiene tan solo una página", y desafió al resto a una carrera en bicicleta.