La agencia Fitch degrada en dos peldaños la nota de solvencia de España e Italia
- Sigue los pasos de S&P y la calificación de España pasa de AA- a A (notable)
- Lo justifica ante las tensiones políticas y el empeoramiento de las previsiones
La agencia de calificación Fitch, profundamente cuestionada por las autoridades europeas, ha cumplido su amenaza al rebajar en dos peldaños la calificación de solvencia de España e Italia. En total, ha rebajado la nota de cinco países del euro por el "significativo empeoramiento" de la perspectiva fiscal y económica a las tensiones en la eurozona.
La agencia sigue así los pasos de Standar and Poor's, otra de las tres grandes agencias, que hace dos semanas hizo una rebaja de la nota de nueve países de la eurozona, también de dos escalones en el caso de España e Italia.
Solo unos días después, Fitch dijo que se planteaba la revisión de seis países. De ellos, solo Irlanda ha mantenido su nota (aprobado alto: BBB+). El resto la ha visto rebajada y en todos los casos con perspectiva negativa (lo que abre la puerta a posibles nuevas degradaciones).
El desvío de España
Bélgica pasa de sobresaliente alto (AA+) a sobresaliente (AA). España y Eslovenia pierden dos posiciones y pasan de un sobresaliente bajo (AA-) a un simple notable (A). Italia pasa de un notable alto (A+) a un notable bajo (A-) y Chipre, que tenía un aprobado (BBB) pasa a las puertas del "bono basura" (BBB-), informa Efe.
Para la rebaja de España, la agencia ha tenido en cuenta el "significativo desvío fiscal" en 2011 (del 6% de déficit previsto al 8%) y el deterioro de las perspectivas económicas, que tendrá "implicaciones negativas" a medio plazo en las finanzas públicas.
En el lado positivo, Fitch reconoce que España está ya corrigiendo los desequilibrios que se originaron durante el boom inmobiliario y reconoce también sus "instituciones fuertes y una gobernanza sólida", así como una economía diversificada y de alto valor añadido.
El Gobierno de España ha aprobado este mismo viernes un anteproyecto de ley para prohibir los déficits en la administración y rebajar la deuda pública, que ha crecido en los últimos años por la crisis económica y que está poniendo en peligro la financiación del país ante la incapacidad de los gobiernos europeos.
Un sector en el disparadero
Las agencias de calificación asignan grados a las emisiones de bonos de las administraciones públicas y grandes empresas, que pagan por ello. La calificación AAA es la más alta para todas ellas y significa que el impago es una posibilidad extremadamente baja.
La actividad de estas compañías es objeto de grandes críticas desde el estallido de la crisis financiera en 2007, que no previeron. El propio FMI asegura que las agencias “usan y abusan del poder que tienen” y “necesitan una supervisión más estricta”.
Tribunales de diversos países han abierto investigaciones sobre varias de sus prácticas al respecto a instancias de la sociedad civil. Las agencias alegan que solo emiten opiniones cuyos efectos dependen de la importancia que le den los inversores.