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La UE busca cuadrar el "crecimiento" en el círculo de la austeridad y los recortes

  • La primera cumbre de 2012 reúne a los líderes de los Veintisiete en Bruselas
  • Los líderes empiezan a debatir sobre empleo y no solo sobre ajustes
  • Consensuarán el pacto fiscal y aprobarán el fondo permanente de rescate

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Rajoy llevará como tarjeta de presentación para Bruselas el acuerdo salarial

"Austeridad" y "recortes" han sido el motor de los discursos de los líderes europeos durante 2011, pero en los primeros días de este nuevo año parece que la canciller alemana, Angela Merkel ha aprendido a pronunciar "crecimiento" y "empleo", síntoma del cambio de narrativa en el guión económico de este 2012.

Por primera vez, la cumbre europea que  los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete celebrarán este lunes en  Bruselas, no estará solo centrada en la consolidación fiscal y la estabilidad presupuestaria, los mantras a los que ha invocado Merkel para superar la crisis de deuda soberana.

"Debemos adoptar medidas activas para reforzar el crecimiento y la  competitividad y, sobre todo, crear puestos de trabajo (...) Quisiera  que nos centráramos en esta ocasión en la acción inmediata que debe  emprenderse en los ámbitos específicos del desempleo juvenil, el Mercado  Único y las PYME", escribe el presidente Herman van Rompuy en la carta de invitación al Consejo Europeo informal. Toda una declaración de intenciones que, de momento, no aspira a ser nada más.

"Es una buena música para comenzar el año, pero este cambio de discurso no será radical", asegura a RTVE.es Federico Steinberg, investigador principal de Economía Internacional en el Real Instituto Elcano y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, que no cree que en la cumbre se vayan a adoptar medidas concretas de estímulos económicos.

Una de las principales propuestas que se debatirán este lunes viene de la mano del presidente español y ya ha sido respaldada por Merkel. Mariano Rajoy anunció, tras entrevistarse con la canciller alemana, que propondrá a los líderes europeos destinar los excedentes de los fondos estruturales de la UE -unos 83.000 millones de euros según la CE- a programas de creación de empleo, sobre todo juvenil.

Crecimiento o austeridad

Aunque este tipo de propuestas tan solo se perfilen este lunes, el mero hecho de empezar a tenerlas en cuenta significa que Merkel ha decidido reconciliar el debate polarizado en Bruselas entre estímulos y austeridad y escuchar las voces que advertían de que los recortes no son suficientes para generar crecimiento.

El primer síntoma de este cambio de discurso lo dejó ver el presidente francés, Nicolas Sarkozy, tras un encuentro en Berlín con la canciller alemana el pasado 9 de enero.  "Somos conscientes de que el crecimiento y el empleo deben ser prioritarios",  señaló entonces.Y Merkel lo corroboró esta semana en la rueda de prensa conjunta con el presidente español al declarar que "presupuestos sólidos y crecimiento no son polos opuestos".

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no ha trasladado a la canciller alemana, Angela Merkel, la posibilidad de que Bruselas relaje la consecución de los objetivos de déficit. En la rueda de prensa posterior al encuentro bilateral, Rajoy ha reiterado su compromiso con el recorte del gasto y la reducción de la deuda. "Soy un absoluto convencido de reducir el déficit público, de no gastar por encima de las posibilidades de uno", ha defendido Rajoy, que ha recordado que no le gusta que en 2011 las administraciones públicas gastaran el año pasado "90.000 millones de euros más de lo que ingresaron". Rajoy apuesta por tener una deuda "razonable". "Creo en ello, es lo más sensato y lo más razonable", ha reiterado. Además, ha admitido que España parte de una "circunstancias difíciles" y hay que conciliar "la reducción del déficit con políticas que estimulen el crecimiento y el empleo".

Según Steinberg, "la diferencia en el cambio de postura de Alemania es que su economía ha empezado a decrecer" y la canciller alemana ha empezado a replantearse si la receta de austeridad es insuficiente.

En el año del "ajuste", los países del euro han visto cómo los recortes impuestos por el eje franco-alemán, lejos de generar crecimiento, han desincentivado la economía y han destruido miles de puestos de trabajo. La cifra de desempleo en la UE se ha incrementado del 10% al 10,3 de enero a diciembre de 2011, pero los que registran los peores datos son los que han aplicados programas de ajustes económicos más duros.

España, con 5.273.600 parados y una tasa del 22,85%, ha batido el récord absoluto de desempleo de su historia. Italia, Grecia e incluso Francia también han sido incapaces de frenar la sangría de pérdida de puestos de trabajo.

Pacto fiscal

Las perspectivas económicas del FMI para Europa han variado dramáticamente del pasado septiembre a enero de este año. Este cambio de pronóstico es especialmente dramático en el caso de la zona euro que sufrirá una contracción del 0,5% en 2012. La Comisión Europea no actualizará sus previsiones hasta finales de febrero, pero el comisario de Asuntos Económicos Olli Rehn, ya advirtió tras el Ecofin del pasado martes que la UE entrará "en una recesión moderada" en el primer semestre de este año.

"Con este panorama macroeconómico es inviable cumplir los objetivos de déficit que se han marcados los países europeos", asegura a RTVE.es el profesor Steinberg, que cree que, aunque no esté en la agenda, los líderes también discutirán sobre una relajación de la austeridad fiscal para proponer objetivos más "realistas".

El Gobierno de Rajoy ha insistido en que España "cumplirá con el objetivo del 4,4% de déficit" para el 2012 pero los ministros de Economía y Hacienda han incorporado a sus declaraciones muletillas como "hoy" y "por el momento", que insinuan que con las nuevas previsiones, la CE revisará al alza los objetivos de déficit, no solo para España, sino para el conjunto de la UE.

Pero al margen de la posible desviación en los objetivos fiscales, los Veintisiete consensuarán su compromiso con la estabilidad fiscal. La diferencia estará en si lo hacen dentro o no del nuevo tratado fiscal,  un acuerdo intergubernamental para imponer mayores controles en el rigor presupuestario y promover la competitividad de la zona euro a largo plazo.

Todos los países de la UE, a excepción de Gran Bretaña, se han sumado al  pacto, aunque algunos, como Polonia, han exigido participar en las reuniones del Eurogrupo -como paso previo para su integración en la moneda única- para aprobarlo. España ya incluyó en su Constitución la "regla de oro", que limita el déficit estructural anual del Estado el pasado 7 de septiembre y Alemania e Italia también han incorporado normas similiares en sus legislaciones.

"Se llegará a un acuerdo porque es una imposición de Alemania, pero habrá que esperar a que cada país lo apruebe y qeu las sanciones sean efectivas", opina Steinberg, que recuerda que París y Barlín ya incumplieron el pacto fiscal -de mantener el  déficit presupuestario por debajo del 3%- en 2003

El ministro español de Economía y Competitividad, ha pedido un acuerdo "ambicioso y consensuado" y ha vinculado la bajada de las primas de riesgo de la zona euro en la última semana con una mayor  confianza de los mercados respecto a la disciplina fiscal que quedará plasmada en el pacto fiscal este lunes. Sin embargo, la mayoría de los expertos reunidos en el Foro de Davos creen que se debe a las operaciones de liquidez anunciadas antes de Navida por el BCE. 

 

"Es hora de que Alemania revierta la austeridad fiscal y permita una  relajación monetaria por  parte del BCE para depreciar el euro" como ha  hecho la Reserva Federal  de EE.UU. con el dólar, considera el investigador del Real Instituto Elcano. Un planteamiento que defienden con especial énfasis los países del sur de Europa y Reino Unido.

"El BCE podría hacer más" para restaurar la confianza y la inversión a corto plazo, afirmó el primer ministro británico, David Cameron, en Davos, donde apuntó a Grecia, al sector bancario y a los programas de rescate como las "prioridades de la eurozona".

El "cortafuegos"

Precisamente, el fondo de rescate permanente para los países con dificultades financieras, el llamado "cortafuegos", será el otro gran punto importante de esta cumbre. Los líderes esperan aprobar el Tratado Constitutivo del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) para que pueda empezar a funcionar a partir del 1 de julio.

Dotado inicialmente de 500.000 millones de euros, no faltarán las voces que pidan una ampliación que Alemania no contempla por ahora. El primer ministro italiano, Mario Monti, y Rajoy, entre otros, han subrayado la necesidad de que el fondo cuente con una dotación mayor que sirva como un elemento disuasorio eficaz ante los ataques especulativos de los mercados. Una opinión que también comparte la directora general del FMI, Christine Lagarde.

Monti se reunirá con Merkel y Sarkozy, y Rajoy mantendrá un breve encuentro con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, poco antes del Consejo Europeo para consensuar posturas.

Y, entretanto, la crisis griega como amenazante telón de fondo.  Atenas y sus acreedores privados siguen negociando para llegar a un nuevo acuerdo sobre la quita de parte de su deuda y Merkel ha subrayado que, mientras el calendario siga su curso, no se tomarán medidas adicionales como incrementar la contribución financiera al segundo programa de rescate.

"Esta cumbre no tiene la urgencia de las anteriores, sobre todo de la última, que fue la cumbre para salvar el euro", señala Steinberg. Los mercados han dado una tregua, tras la inyección de liquidez del BCE, que permitirá a los líderes ir más allá de decisiones cortaplacistas, pero tienen la tarea de convencer de que el pacto fiscal y el fondo de rescate permanente son garantía suficente para que no vuelvan al ataque.