Un sándwich incorruptible que dura dos años
Ciencia al cubo
El nacimiento de perritos fluorescentes, la muerte de una chimpancé calva, qué son las neuronas espejo, el origen de los ojos azules o por qué nos salen canas. De la mano de América Valenzuela, en 'Ciencia al Cubo' pueden escuchar las historias más variopintas sobre temas científicos de actualidad. Emisión en Radio 5: Lunes a jueves a las 15: 42; Sábados 09:22 / 17:52 / 21:06; Domingos 09:22 / 17:55
Un sándwich imperecedero que dura hasta dos años en perfecto estado, sin alterarse. Es un invento de un equipo de científicos estadounidenses y como casi siempre, se ha diseñado para el ejército, para los soldados que en plena batalla no están para pensar en muchas delicias sino en alimentarse y punto.
El sándwich prodigioso lo ha diseñado Departamento de Defensa, combate y alimentación del Centro de Sistemas para el Soldado en Natick (ver PDF). Se conserva dos años intacto si la temperatura está por debajo de los 26 grados centígrados, y unos seis meses si está por encima de los 37 grados.
Aportan entre 300 y 500 calorías y hay multitud de variedades: pollo barbacoa, con sabor a nachos, pepperoni, bacon y queso cheddar... Y están trabajando en incluir nuevos sabores, para que los soldados no se cansen, como por ejemplo, vegetarianos o con un toque asiático. El mayor reto es conseguir el clásico americano de sándwich de crema de cacahuete y gelatina. Es difícil conseguirlo porque con el paso del tiempo el pan absorbe los ingredientes y se queda como un sándwich vacío.
Un objetivo difícil para las bacterias
La estrategia para conseguir que las bacterias y otros microbios no ataquen al sándwich es ponérselo muy difícil. Para prosperar las bacterias necesitan un pH suave, agua y oxígeno. Lo que han hecho los científicos es evitar que la bacterias tengan acceso a todo eso en el sándwich.
Para ello han creado un ambiente ácido con el que están incomodísimas.
En cuanto al agua, los alimentos para que estén frescos y jugosos necesitan tener agua en su composición, así que no se puede prescindir de esta molécula en el sándwich. Lo que han hecho los científicos es unirla a otras moléculas para que esté presente pero inaccesible para las bacterias. Algo tan simple como presentar el agua en forma de mermelada, sal, o miel.
“Dentro del envoltorio hay un sobrecito con limaduras de hierro que atrapan el oxígeno y la humedad“
El último ingrediente que necesitan las bacterias para prosperar es el oxígeno. Para que no haya nada de oxígeno en el entorno del sándwich han incluido dentro del envoltorio un sobrecito con limaduras de hierro. Estas atrapan el oxígeno y también humedad.
Con todas estas tretas para evitar que esos minúsculos seres vivos llamados bacterias se lo coman es posible que el sabor y la textura del alimento estén alterados. Mientras, los científicos ya han anunciado la próxima creación: la porción de pizza eterna.
CIENCIA AL CUBO
SUSCRÍBETE al podcast de Ciencia al Cubo, el programa sobre Ciencia de América Valenzuela en Radio 5.