"La batalla contra Irán se está jugando en Siria"
- El periodista Andrés Mourenza destaca la creciente influencia turca
- Coordina junto al profesor Veiga el libro 'El retorno de Eurasia: 1991-2011'
Con los últimos ataques del ejército formado por desertores, Siria parece deslizarse cada vez más claramente hacia la guerra civil. La hipotética caída del régimen de Bachar al Asad, que algunos países, como Israel, dan por descontada, podría tener consecuencias regionales más amplias, llegando incluso a Irán.
"La batalla contra Irán se está jugando en Siria, asegura el periodista y corresponsal de la Agencia Efe en Atenas Andrés Mourenza, que ha pasado más de seis años trabajando en Estambul. La influencia de Irán sobre Damasco, explica Mourenza, puede ser sustituida por la de Turquía, que, bajo el gobierno de Recep Tayyip Erdogan, "ha decidido espolear sus relaciones internacionales".
En el caso sirio, ha dado cobijo a los opositores a Asad. Turquía podría suponer un contrapeso a Irán, con quien no obstante mantiene buenas relaciones.
Eurasia, región a tener en cuenta
La situación en Siria es solo un ejemplo de los cambios que la caída de la URSS causó en el tablero geopolítico y de los nuevos actores en Asia Central. Esta es la tesis principal de El retorno de Eurasia: 1991-2011, un libro de reciente aparición, coordinado por Mourenza y por el profesor de la UAB Francisco Veiga.
El volumen se ha escrito de manera colaborativa en el llamado Eurasian Hub, un foro en el que participan especialistas españoles e hispanos provenientes de diversos campos (periodistas, militares, académicos) y conocedores de los países que ocupan el corredor comprendido entre China y Europa Oriental.
"Es un laboratorio de ideas", explica Mourenza sobre el Eurasian Hub. "Nunca podremos competir con los think tanks anglosajones, que cuentan con una gran financiación, pero aportamos nuestros conocimientos sobre el terreno y usamos la información para nuestro trabajo".
"Buena parte de los intereses de este siglo - dice Mourenza - se van a jugar en esta región. Muchos de los creadores de estrategia Estados Unidos, como Zbigniew Brzezinski (exasesor del presidente Jimmy Carter) hablan de un 'óvalo de la violencia' que incluye no solo Oriente Próximo, sino Oriente Medio, hasta Afganistán". "En esta región se están jugando muchar partidas políticas", subraya.
Acercamiento EE.UU.-Irán
Y no todas las partidas conducen inevitablemente al conflicto. En medio de una tensión creciente entre EE.UU. e Irán, y cuando se baraja la posibilidad de un enfrentamiento abierto con la excusa del programa nuclear, hay quien piensa que aún es posible un acercamiento entre ambos países.
"En EE.UU. hay quien opina que un ataque a Irán sería meterse en un avispero", dice Mourenza. "Incluso la oposición iraní se opone", explica.
En El retorno... Pablo Martín, militar y experto en el sistema político de los ayatolás, advierte contra las pretenciones estadounidenses de un "cambio de régimen" en Teherán.
"Cualquier presión exterior que busque provocar cambios en las reglas del juego político iraní (...) solo producen un amplio rechazo y refuerzan las posiciones mas extremistas del regimen", escribe en el capítulo dedicado al "búnker iraní".
Como ejemplo, Martín explica que la política dura de la Administración Bush contribuyó, en parte, al fracaso de la tendencia reformista iraní del entonces presidente Mohamed Jatamí, pese a que este había ofrecido colaboración en la campaña contra Afganistán tras los atentados del 11-S.
Intereses comunes
"A ambos les interesa que fluya el petróleo", dice George Friedman en un artículo para la fundación Stratford Global Inteligence (traducido al español por el historiador Javier Romero para el Eurasian Hub). Friedman toma como base para su tesis algunas declaraciones de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y la evolución de los sucesos en Siria.
El comentarista del New York Times Bill Keller, así mismo, recoge en su blog algunas de las propuestas que harían posible un mínimo acuerdo de bases para rebajar la amenaza bélica, y que podrían incluir una limitación del enriquecimiento de uranio.
A tal escenario apunta el que, junto con las amenazas militares, Irán haya jugado la carta diplomática de la distensión al permitir la visita de los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).