Portugal coloca 1.500 millones en deuda a corto plazo y logra bajar el interés ofrecido
- El interés de las letras a tres meses se sitúa en niveles de hace 9 meses
- Sin embargo, la demanda es mucho menor a la de la anterior subasta
Portugal ha colocado 1.500 millones de euros en letras a tres y seis meses, la máxima cantidad prevista, a un interés inferior al de emisiones anteriores similares, según informó la institución en un comunicado. Y eso pese al aumento de la presión que ejercen los mercados sobre la deuda a largo plazo del país luso.
La clave vuelve a estar, según los expertos, en la barra libre de liquidez del BCE ofrecida a los bancos el pasado mes de diciembre.
En concreto, el Tesoro portugués colocó 750 millones de euros en letras a tres meses, con vencimiento en el mes de mayo, a un interés del 4,068%, en comparación con el 4,346% de la anterior emisión realizada el pasado 18 de enero.
El interés obtenido supone la menor tasa registrada desde el 20 de abril de 2011 (4,05%), en la que fue la primera subasta de deuda de Portugal después de solicitar el rescate financiero de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. Lo peor, la demanda: el ratio de cobertura de esta operación se situó en 2,8 veces muy por debajo de las 4,1 veces de la anterior subasta similar.
Asimismo, Lisboa colocó otros 750 millones de euros en letras a seis meses a un interés del 4,463%, inferior al 4,74% registrado en la anterior subasta similar celebrada el pasado 18 de enero. La demanda alcanzó los 1.987 millones de euros, con lo que el ratio de cobertura se situó en las 2,6 veces, frente a las 3 veces de la anterior subasta.
Sin confianza en el largo plazo
Tras la subasta, la prima de riesgo descendía fuertemente por debajo de la barrera de los 1.400 puntos básicos y la rentabilidad del bono luso a 10 años se colocaba en el entorno del 15,5%.
Los datos de esta última subasta demuestran, según Efe, que los inversores confían en que el país cumplirá sus compromisos financieros a corto plazo mientras, al mismo tiempo, aumentan sus dudas respecto a lo que ocurrirá a largo plazo.
Las elevadas tasas que continúan exigiendo los inversores para comprar las obligaciones lusas a diez, cinco y dos años -consideradas inasequibles por los analistas- revelan que la incertidumbre persiste y complican el objetivo de Portugal de regresar al mercado para emitir deuda a largo plazo durante 2013.