Reino Unido niega que haya provocaciones a Argentina acerca de las Malvinas
- El príncipe Guillermo participará en unas maniobras en el archipiélago
- Reino Unido no aclara si ha desplazado un submarino nuclear a la zona
El ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, ha insistido en que el envío de un buque de guerra a las islas Malvinas es algo "totalmente rutinario" y aseguró que no es una provocación hacia Argentina.
En unas declaraciones a la cadena Sky News, Hague se refirió así al despliegue dispuesto por el Gobierno británico del destructor "HMS Dauntless", equipado con misiles antiaéreos y cuyo envío ha causado el malestar de Argentina, que ha acusado al Reino Unido de militarizar la disputa por la soberanía de las islas.
Además, el ministro dijo que su país recordará los treinta años de la guerra de las Malvinas, que se cumplirán entre abril y junio de este año, pero ha insistido en que será una "conmemoración" y no una "celebración" del conflicto bélico.
Creo que Argentina también tendrá conmemoraciones (para recordar) a los muertos en el conflicto. Y creo que no hay nada provocativo en esto teniendo en cuenta que los dos países harán lo mismo. Y tampoco es una provocación el movimiento militar que es totalmente rutinario", afirmó el jefe de la diplomacia británica.
Hague no quiso comentar sobre una información divulgada el sábado por el periódico "Daily Mail" que indicaba que el Reino Unido ha enviado al Atlántico Sur un submarino nuclear.
"Normalmente no comentamos sobre los despliegues de nuestros submarinos nucleares. Pero nuestras naves visitan regularmente el Atlántico Sur", puntualizó.
El príncipe Guillermo, de maniobras en las Malvinas
Sobre la presencia del príncipe Guillermo en las Malvinas, donde cumple un entrenamiento como piloto de helicóptero de rescate, Hague resaltó que forma parte de su trabajo y no permitirá que este asunto sea utilizado por Argentina para "subir la temperatura" en las relaciones bilaterales.
El príncipe Guillermo, nieto de la reina Isabel II de Inglaterra, llegó el pasado jueves a las Malvinas en medio de la tensión entre el Reino Unido y Argentina por la soberanía de las islas, que reclama el país suramericano desde 1833.
El hijo mayor del príncipe Carlos y la fallecida Diana de Gales estará en las islas seis semanas y su estancia forma parte de su entrenamiento en la unidad de rescate, labor que ya realiza en Anglesey, en Gales.
Según Defensa, el príncipe ha recibido ya asesoramiento sobre el medio ambiente para volar en las Malvinas, una zona caracterizada por el intenso viento.
El comandante Miles Bartlett, a cargo del escuadrón de rescate en las islas, dijo a los medios británicos que trabajar en las Malvinas es una "parte vital" del progreso en la carrera de Guillermo como piloto de la unidad de búsqueda y rescate.
"La experiencia que recibe aquí es única. Es un trabajo de desafío y variado, que aporta una ayuda esencial a los militares y a la población de las islas Falklands (como llaman los británicos a las islas)", agregó Bartlett.
Entre las tareas con las que el príncipe puede encontrarse figuran el rescate de pescadores, llevar gente enferma al hospital o entregar diversos suministros a áreas aisladas, dijo.
El Gobierno argentino ha rechazado la presencia del príncipe en las islas y ha criticado el envío del destructor.
El "HMS Dauntless", un buque equipado con misiles antiaéreos de alta tecnología Sea Viper, es uno de los seis nuevos destructores Tipo 45 que cuenta la Marina británica.
Una guerra que causó un millar de muertos
En 1982, los dos países libraron una guerra por la posesión de las Malvinas, que empezó después de que los militares argentinos ocupasen las islas el 2 de abril de ese año y terminó dos meses después -el 14 de junio- con la rendición argentina.
En el conflicto bélico de 1982 murieron 255 militares británicos y más de 650 argentinos.
Las relaciones angloargentinas atraviesan por un momento de fuerte tensión, después de que varios países latinoamericanos decidieron bloquear la entrada a sus puertos de barcos con bandera de las islas del Atlántico Sur.
En una cumbre celebrada en diciembre en Montevideo, los países del Mercosur -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- acordaron impedir el acceso de estos buques.