Termina sin acuerdo la reunión de los líderes griegos sobre las exigencias de la 'troika'
- Tiene de plazo hasta el lunes para dar una respuesta satisfactoria a la 'troika'
- Los partidos dicen que los recortes son contraproducentes para la recuperación
La crucial reunión entre el primer ministro griego, Lukas Papadimos, y los principales líderes políticos del país sobre las medidas austeridad que exige la comunidad internacional a cambio de más ayuda financiera terminaron sin resultados y quedaron aplazadas hasta este lunes.
Según la televisión privada MEGA, los tres partidos de la coalición de unidad nacional tienen ahora un plazo hasta mañana, lunes, para contestar a Papadimos si aceptan o no las medidas exigidas por la llamada "troika" internacional.
Para entopnces está prevista una nueva reunión de los líderes políticos, y después será el propio primer ministro quien informará lo decidido a la "troika", compuesta por representantes del Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional, y la Comisión Europea.
Saliendo del Palacio Maximu (sede del Gobierno griego) el líder del partido ultraderechista LAOS, Yorgos Karatzaferis, dijo ante la prensa que no está dispuesto "a contribuir a una rebelión de hambre que en poco será extendida a toda Europa".
Declaraciones similares hizo el líder del partido conservador Nueva Democracia, Antonis Samarás. "No podemos dar nuestro acuerdo a más recesión y más hambre", dijo el líder conservador en aparente referencia a la exigencia de la troika de reducir los salarios en el sector privado en un 25 %, además de recortar el gasto sanitario en unos 1.000 millones de euros.
Papadimos contradijo a los dos líderes de la derecha, y afirmó que en la reunión de hoy sí se alcanzaron algunos acuerdos.
Concretamente, mencionó medidas de reducción de gasto público por un equivalente al 1,5 % del Producto Interior Bruto (PIB), y la recapitalización de la banca local, entre otras.
La "troika" exige la reducción drástica de los salarios en el sector privado, la reducción de los complementos de pensiones y numerosas medidas de reducción del gasto público.
Tanto los sindicatos como la patronal, y también el Gobierno, advierten de que la adopción de estas medidas provocaría aún más recesión y alejaría la perspectiva de recuperación económica.